In¨¦s Arrimadas, la cari¨¢tide del unionismo
La parlamentaria catalana se consolida como jefa de la oposici¨®n en Catalu?a y marca terreno a la hegemon¨ªa de Rivera
No puede decirse que a In¨¦s Arrimadas se le escape el acento jerezano. Escap¨¢rsele querr¨ªa decir que hace esfuerzos para contenerse. Y no ocurre as¨ª. Otra cuesti¨®n es que el mestizaje que ella misma representa ¡ªestudi¨® en Sevilla, se afinc¨® en Barcelona y sus padres son oriundos de Salamanca¡ª haya sido instrumentado por el sistema soberanista como una impureza y un pecado original digno de represalia. Y no es el ¨²nico, pues el retrato distorsionado de la madrina de Ciudadanos en Catalu?a la restringe al papel de marioneta de Rivera, a una portavoz urbanita de casting, a una ni?a pija que acaba de bajarse del alaz¨¢n o de confi¨¢rselo al palafrenero.
Objetivamente hablando, Arrimadas es la jefa de la oposici¨®n en el Parlamento de Catalu?a. Y objetivamente tambi¨¦n, cuesta trabajo encontrar un parlamento occidental u homologable donde semejantes puesto y atribuciones supongan tanto esfuerzo, abnegaci¨®n y resistencia. Arrimadas rema en la tempestad y es la contrafigura de porcelana a la ferocidad de sus adversarios. Una mujer que podr¨ªa descender del linaje de Audrey Hepburn y que, por las mismas razones, ha tenido que demostrar su val¨ªa en una conspiraci¨®n de clich¨¦s y hasta de vejaciones. Le preguntan por sus trucos de belleza. La abruman con la condescendencia ¡°heteropatriarcal¡±.
El desgaste pol¨ªtico y ¡°cultural¡± ha dado la impresi¨®n de haberla fortalecido. Y Arrimadas ha aprendido el oficio. Habla con esmero y veneno. Explora los l¨ªmites del debate parlamentario. Ha ofrecido sus mejores discursos en los momentos m¨¢s delicados, urgentes. Y sostiene como una cari¨¢tide el impopular¨ªsimo discurso del orden constitucional, de la unidad territorial.
Se lo agradece poco la Catalu?a silenciosa. Se lo restriega mucho la propaganda independentista, aunque Arrimadas ha demostrado la obstinaci¨®n de un pastor morm¨®n. No hace otra cosa que predicar. Dentro del Parlamento. Y fuera de ¨¦l, pues la n¨²mero uno de C¡¯s en Catalu?a se multiplica en los programas de radio y televisi¨®n, como si tuviera la piel de amianto y como si necesitara confortar cada d¨ªa a los 750.000 votantes que refrendaron su candidatura en los comicios auton¨®micos de 2015. Nunca Ciudadanos hab¨ªa llegado tan lejos (25 esca?os). Ni se hab¨ªa permitido hasta entonces la ambici¨®n de un doble sorpasso: el PSC de Iceta y el PP de Garc¨ªa Albiol sucumbieron a la campa?a de renovaci¨®n que lider¨® In¨¦s Arrimadas.
Es ¡°muy de Ciudadanos¡± y encarna el relevo generacional de la pol¨ªtica espa?ola
Han creado los tres un pacto de emergencia antisoberanista, pero la pol¨ªtica de alianzas coyunturales es tan elocuente como la rivalidad que mantienen entre s¨ª. Ciudadanos pesca a un lado (PSC) y al otro (PP). Y ha encontrado en Arrimadas la delf¨ªn que necesitaba Albert Rivera para ocuparse de la pol¨ªtica nacional y hacerse menos imprescindible, demostr¨¢ndose que la lideresa ha trascendido el papel de la Galatea de Pigmali¨®n y que sobrepasa el papel de estatua en el altar del partido naranja.
Ser¨¢ porque Arrimadas representa la esencia sociol¨®gica o demosc¨®pica de su partido. La edad ¡ªnaci¨® en Jerez de la Frontera en 1984¡ª, la formaci¨®n universitaria ¡ªderecho y empresariales¡ª, la idiosincrasia urbanita y la ¡°aleaci¨®n¡± comunitaria ¡ªcomplet¨® sus estudios en Niza¡ª abundan en una suerte de relaci¨®n mim¨¦tica con el votante tipo de su partido. Arrimadas es ¡°muy de Ciudadanos¡± y encarna el relevo generacional de la pol¨ªtica espa?ola, aunque la Epifan¨ªa que la condujo a la ¡°misi¨®n¡± tiene bastante de accidental o de providencial, seg¨²n se mire.
Resulta que una colega de trabajo en la consultora D¡¯Aleph la invit¨® a un mitin de Rivera en el Teatro Romea (2010). Y ocurre que la aparici¨®n del l¨ªder de C¡¯s adquiri¨® un valor magn¨¦tico, hasta el extremo de alistarse ella en las juventudes ciudadanas. Nunca hab¨ªa pensado Arrimadas dedicarse a la pol¨ªtica. Y tiene claro que dejar¨¢ de ejercerla. Pero Rivera fue capaz de reclutarla, de foguearla en el parlamento catal¨¢n ?¡ªten¨ªa 31 a?os¡ª y de otorgarle toda la responsabilidad en el frente m¨¢s dif¨ªcil de la pol¨ªtica espa?ola. Ha debido servirle de ayuda su afici¨®n a la literatura de Kafka de tanto que proliferan las situaciones kafkianas en la sede del Parlament, un espacio proclive a la suspensi¨®n de la raz¨®n, a los escraches de sal¨®n y a los perfectos antagonismos. Ninguno tan flagrante acaso como el que constituyen Anna Gabriel (CUP) y Arrimadas, extremos pol¨ªticos, est¨¦ticos y conceptuales del cisma catal¨¢n. El activismo de una, frente el escr¨²pulo institucional de la otra. El nacionalismo a ultranza, frente al fervor patri¨®tico y comunitario. El anticapitalismo, contra el liberalismo. La antiglobalizaci¨®n, frente al cosmopolitismo. La devoci¨®n a Castro, frente a la ¡°idolatr¨ªa¡± hacia Adolfo Su¨¢rez. Incluso, la pol¨ªtica del caos y del ruido, frente a la del orden institucional, aunque Gabriel y Arrimadas ¡ªcuya discrepancia se expresa hasta en el peinado y en el vestuario¡ª estudiaron las dos Derecho, tienen or¨ªgenes andaluces, representan una brecha al h¨¢bitat del machismo predominante y comparten la aversi¨®n pol¨ªtica a la figura de Artur Mas.
No es balad¨ª el asunto a efectos dom¨¦sticos. Porque el marido de In¨¦s Arrimadas, Xavier Cima, proviene precisamente de la antigua Converg¨¨ncia. Y porque ha desempe?ado responsabilidades pol¨ªticas en la extinta CiU ¡ªteniente de alcalde en Ripoll, diputado auton¨®mico¡ª antes de simpatizar con un movimiento nuevo, Lliures, que representa la l¨ªnea nacionalista no soberanista.
Su estrategia aspira a aglutinar al nacionalismo moderado, rescatarlo de la inercia ¡°indepe¡±
Es interesante el matiz porque la estrategia de la propia Arrimadas tambi¨¦n aspira a aglutinar al electorado del nacionalismo moderado, rescatarlo de la inercia ¡°indepe¡± y maximalista. No es que la idea le resulte particularmente emocionante al jefe de filas, pero igual que Arrimadas ha dejado atr¨¢s el papel de Galatea, no parece tenerle miedo a colocarse las alas de ?caro.
Las alas de porcelana resisten la combusti¨®n del fuego. Y podr¨ªa ocurrir que la musa volara m¨¢s alto que su mentor. Y entonces habr¨ªa que preguntarse si In¨¦s Arrimadas, muy fan de Led Zeppelin e hincha del Bar?a, no es s¨®lo el presente de Ciudadanos y su expresi¨®n heroica en el cr¨¢ter del Parlament, sino el futuro mismo del partido naranja, abriendo en canal la cuesti¨®n sucesoria.
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