Vivir acusado de ser tibio, plasta y equidistante
Madrid aloja a una influyente generaci¨®n de periodistas catalanes que desempe?an un papel sobrevenido de puente en esta crisis de incomunicaci¨®n
Susanna Griso, Carles Francino, Angels Barcel¨®, Enric Juliana, Jordi ?vole, Andreu Buenafuente, Gemma Nierga, Jorge Javier V¨¢zquez, Xavier Sard¨¤, Mar¨ªa Casado, Julia Otero, Jordi Gonz¨¢lez... Podr¨ªa hacerse un equipo de f¨²tbol con los periodistas y l¨ªderes de opini¨®n catalanes que ¡°operan¡± en Madrid. Y que, sin pretenderlo, desempe?an un papel de mediaci¨®n entre la sociedad catalana y la del resto de Espa?a. Se les observa con recelo desde uno y otro lado -espa?olistas en Barcelona, independentistas en Madrid-, pero tambi¨¦n se les reconoce un espacio de autoridad, precisamente porque sus mensajes penetran en los dos campos.
¡°Ya s¨¦ que me llaman tibio, equidistante y plasta¡±, explica Carles Francino en los estudios madrile?os de la Cadena Ser. ¡°Pero no me aflijo. Reclamo di¨¢logo, di¨¢logo y di¨¢logo, porque el gran problema de esta crisis es precisamente la incomunicaci¨®n. El papel de puente no es buscado, sino sobrevenido, pero hay que ejercerlo porque no es el momento de callarse ni de estarse quieto. Eso no quiere decir que haya que ser incendiario, al contrario¡±.
La moderaci¨®n forma parte de los recursos amortiguadores que considera urgentes Enric Juliana. Es el delegado de La Vanguardia desde 2004, asume la presi¨®n intoxicadora de las redes sociales y alude a la sobreexposici¨®n propagand¨ªstica de las fuerzas pol¨ªticas en litigio, pero tambi¨¦n cree que los profesionales de la comunicaci¨®n est¨¢n obligados a la mesura.
Serenidad
¡°Hay que hacer, sin caer en la banalidad, un ejercicio de desdramatizaci¨®n, sin enga?arnos, y poner serenidad. Sobre todo a los periodistas, porque si la perdemos, nuestro nerviosismo lo transmitimos a los lectores. Hay mucha gente en Espa?a y en Catalu?a que se siente violentada. Esta situaci¨®n no la quieren. Se les ha abrumado con ella. Y los medios, en lugar de ser solo altavoces de las hipertensiones existentes, tienen que dar voz a la sociedad¡±.
Trata de hacerlo Susanna Griso desde una posici¨®n de equilibrismo. Presenta cada ma?ana Espejo P¨²blico (Antena 3) y lleva 20 a?os arraigada en Madrid, pero no termina de acostumbrarse al papel de mediadora incomprendida. ¡°Se siente una incomodidad especial, m¨¢s que responsabilidad. Se lo escuch¨¦ una vez a Julia Otero, y estoy de acuerdo: en una crisis, o en una guerra dial¨¦ctica, los puentes es lo primero que se dinamita. Y yo me he sentido muy dinamitada por todas partes en muchas ocasiones. En Madrid, los periodistas catalanes somos sospechosos. Es como que tuvieras que hacer m¨¦ritos. Reivindicar la legalidad o la constitucionalidad de cada una de tus palabras. Y en Catalu?a se nos considera unos vendidos al poder¡±.
No puede hablarse de un lobby catal¨¢n en Madrid. Los ha reunido la competencia profesional, el eje medi¨¢tico de la capital y el azar, pero esta heterog¨¦nea generaci¨®n de periodistas comparte un cierto esfuerzo por trasladar a Madrid hasta qu¨¦ extremos ha crecido o cuajado en Barcelona la ambici¨®n del derecho a decidir.
¡°Lo que llamamos el hecho diferencial catal¨¢n¡±, explica Francino, ¡°se resume en que una parte no peque?a de la poblaci¨®n en Catalu?a o no se siente espa?ola o no quiere que se lo recuerden mucho. Esto, que no es ni bueno ni malo, es as¨ª. Y es a esto a lo que hay que dar una respuesta pol¨ªtica. Y no se ha dado, dejando llevar las cosas a un estado de locura. De ah¨ª nuestra responsabilidad de tender puentes. Insistir y picar piedra¡±.
¡°?Qu¨¦ se desea?¡±, se pregunta Juliana. ¡°Que ese 48% de simpat¨ªa independentista pase al 50% y se convierta despu¨¦s en el 60%, Si alg¨²n d¨ªa pasa a ser el 60%, la Guardia Civil no va a impedir la independencia de Catalu?a. No podr¨¢. Cuando la gente en Catalu?a reclama el refer¨¦ndum pactado en un 85%, te est¨¢ diciendo dos cosas. Que quiere un refer¨¦ndum y que quiere un pacto¡±, insiste en un ejercicio de pedagog¨ªa. Y no tiene problemas Francino en reclamarlo: ¡°La ¨²nica salida es preguntar y votar. No as¨ª. Este, el del 1 de octubre, no es mi refer¨¦ndum. Y por eso no ir¨¦ a votar. Pero otro s¨ª. Yo s¨ª quiero otro, y ya veremos qu¨¦ se pregunta y c¨®mo, pero hay que preguntar¡±.
Salvoconducto
El puente accidental pero s¨®lido de los l¨ªderes de opini¨®n catalanes radicados en Madrid se antoja un salvoconducto o una bandera blanca respecto a las esferas medi¨¢ticas, pol¨ªticas e institucionales que rara vez entran en contacto. Les falta el casco azul.
¡°En una situaci¨®n de polarizaci¨®n como la actual¡±, razona Griso, ¡°todo el mundo quiere escuchar sus propios argumentos. Va a buscar los canales que surten de argumentario. Y la situaci¨®n se polariza a¨²n m¨¢s. No quieren escuchar opiniones contrarias ni te interesa el debate. Los muy convencidos lo que quieren es informarse a trav¨¦s de sus medios. Y ah¨ª nuestro esfuerzo es encontrar puentes, v¨ªnculos, pero no es nada f¨¢cil, porque de lo que se dice en Madrid en Catalu?a se recoge la parte m¨¢s altisonante. Y ocurre igual en el sentido contrario¡±.
Es la perspectiva desde la que Juliana se?ala el papel incendiario cuando no narcisista que desempe?an los l¨ªderes agitadores. ¡°El riesgo que veo es el cortoplacismo¡±, explica. ¡°Y dir¨ªa m¨¢s, el narcisismo pol¨ªtico. Hay l¨ªderes catalanes con sed de martirio, y esa sed no est¨¢ en la sociedad. Y, a su vez, hay pol¨ªticos espa?oles que se han enamorado de la autoridad¡±.
Carlos Francino lo explica de otra manera: ¡°Espa?a es un pa¨ªs enfermo de sectarismo y de solemnidad. Y este proceso tiene sectarismo a borbotones. Y la solemnidad de la ¨¦pica. Por un lado, la patria nueva, y por el otro, aqu¨ª est¨¢n mis cojones, y aqu¨ª no pasan. Porque lo hemos convertido en una cuesti¨®n de honor¡±.
El desaf¨ªo independentista
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