C¨®mo llegaremos al 2 de octubre

Ansi¨¢bamos llegar al 2 de octubre. So?¨¢bamos con que tras el 1-O todo recomienzo ser¨ªa viable. Pero ya sabemos que no, que todo fue demasiado lejos. No habr¨¢ 2-O habitable tras un 1-O infernal.

?Lo ser¨¢, sin remedio? El escenario catastr¨®fico, que nadie evoca, es el de un accidente: ese manifestante que se pasa incluso sin quererlo; ese guardia acorralado que sobreact¨²a; ese provocador profesional. Con v¨ªctimas, heridos, quiz¨¢ a¨²n peor. Sucede, en las rupturas geol¨®gicas.

?Efectos? Depende de c¨®mo surgiese, desautorizar¨ªa al pacifismo indepe, que se reclama ?de Gandhi! O propinar¨ªa un severo rev¨¦s al cr¨¦dito del Estado para encauzar litigios. O ambos.

Por debajo est¨¢ el escenario p¨¦simo. Llegar¨¢ si el Estado fuese incapaz de cancelar ¡ªcon car¨¢cter previo¡ª elrefer¨¦ndum ilegal... y la consiguiente proclamaci¨®n de la rep¨²blica catalana en 48 horas, seg¨²n impone la golpista ley del refer¨¦ndum. O si lo abortase proporcionadamente (es dif¨ªcil ser desproporcionado ante tama?o desaf¨ªo), pero no de forma prudente/minimalista, y generase excesivos da?os colaterales.

Ambos supuestos conducir¨ªan a la proclamaci¨®n ret¨®rica de la secesi¨®n: o v¨ªa proclamaci¨®n de la rep¨²blica por presunta victoria del s¨ª; o v¨ªa declaraci¨®n unilateral de independencia (DUI) tras un fiasco de la consulta. La DUI no concita la unanimidad del secesionismo, pero los hechos indican que ante cualquier encrucijada sus moderados siempre acaban decant¨¢ndose por la opci¨®n m¨¢s polarizada, por el mayor desatino.

Proclamaci¨®n o declaraci¨®n de independencia provocar¨ªan una verdadera intervenci¨®n del Estado ¡ªhasta ahora, todo es menor cuant¨ªa¡ª, la inmediata aplicaci¨®n del C¨®digo Penal, la detenci¨®n y/o inhabilitaci¨®n de cargos electos, el cierre de instalaciones propagand¨ªsticas. Llevar¨ªan al triunfo del Estado, pero por la v¨ªa indeseada. Y pues, podr¨ªa ser el gran rev¨¦s para el Estado de derecho, el colapso de Catalu?a, el desplome del r¨¦gimen auton¨®mico, una crisis del concepto moderno de Espa?a para largo tiempo.

Hay un escenario deseable, ¨®ptimo, visto lo visto. Que el d¨ªa 1 se certifique (en la realidad) que ese refer¨¦ndum fue imposible (y no lo hubo), pero que una Diada modelo 9-N a granel result¨® imparable.

El desbloqueo combinar¨ªa convocar elecciones auton¨®micas anticipadas, con la apertura de cauces y foros para desanudar el nudo (comisi¨®n parlamentaria, grupo de sabios, di¨¢logo estructurado). Nada f¨¢cil: ?con qu¨¦ interlocutores? ?Podr¨ªan encapsularse los procesos judiciales iniciados?

As¨ª que esto tiene mal augurio. Debe vencer la legalidad democr¨¢tica, s¨ª. Pero sin derrotar, sin derrotados ni humillados. Porque vae victis, ay del vencido: todos, vencidos. ?Y qui¨¦n convencido?