Todas las pruebas contra Morate
Sin que los restos de las chicas asesinadas en Cuenca hayan aparecido en la casa o el coche del ¨²nico acusado del doble crimen, numerosos indicios le cercan
?l lo sab¨ªa. Se lo dijo a los investigadores que le acompa?aron despu¨¦s de que lo extraditar¨¢n a Espa?a desde Ruman¨ªa. Hasta all¨ª hab¨ªa llegado Sergio Morate con su coche desde Cuenca, en una vertiginosa huida por carreteras secundarias. ¡°Ten¨¦is la botella, ten¨¦is mi ADN¡±, les solt¨® en medio de una conversaci¨®n de desahogo en el mismo avi¨®n militar en el que aterriz¨® en el Aeropuerto de Torrej¨®n de Madrid el 5 de septiembre de 2015.
Sergio Morate lo ten¨ªa (casi) todo perfectamente planeado. Ha quedado claro esta semana en el juicio que contra ¨¦l se ha celebrado en la Audiencia Provincial de la ciudad de las casas colgadas. Y eso defendi¨® ayer la Fiscal¨ªa en su alegato final, tras pedir para el ¨²nico acusado del doble crimen de dos chicas en Cuenca en agosto de 2015 48 a?os de c¨¢rcel. El veredicto, en manos de un juzgado popular, se conocer¨¢ en los pr¨®ximos d¨ªas.
A sus 30 a?os, Morate era un tipo ¡°frustrado¡±, le describieron algunos testigos. Su cuerpo musculado con anabolizantes no impidi¨® que, al menos en dos ocasiones, le abandonaran dos de sus novias. A una de ellas ¡ªque pidi¨® protecci¨®n para declarar en el juicio¡ª la llev¨® un d¨ªa enga?ada a su casa con la excusa de hablar, cerr¨® la puerta por dentro, la meti¨® en la habitaci¨®n, la oblig¨® a desnudarse, le hizo fotos, la amenaz¨® con publicarlas en las redes sociales si no volv¨ªa con ¨¦l, le dijo que se suicidar¨ªa¡ Luego arranc¨® el pomo de la puerta y la dej¨® encerrada hasta que quiso. Ella le denunci¨® y cumpli¨® un a?o en la c¨¢rcel de Cuenca. All¨ª conoci¨® a los que, a la postre, parecen ser sus mejores amigos.
Su obsesi¨®n: las fotos de la boda
Ya detenido, en los asientos del avi¨®n que le hab¨ªa extraditado a Espa?a acusado de un doble crimen, lo ¨²nico que le preocupaba a Sergio Morate eran las fotos de la boda de su exnovia, Marina Okarynska. ¡°S¨®lo quer¨ªa que se las ense?aramos¡±, declar¨® uno de los agentes que le custodi¨®. ¡°Y al d¨ªa siguiente de dormir en los calabozos, nos dijo que no hab¨ªa pegado ojo pensando en las fotos¡±.
No pudo soportar que ella rehiciera su vida. ?l, que la hab¨ªa sacado de su trabajo para meterla en negocios familaires, que la hab¨ªa dejado encerrada en el coche, que la hab¨ªa intentado asfixiar, que la culpaba de su c¨¢ncer de test¨ªculos por una patada que ella le dio en defensa propia... Todo ello declarado por testigos. ?l le dijo al agente: ¡°Antes de suicidarme yo nos ¨ªbamos los dos para adelante¡±.
Todo indica que siete a?os m¨¢s tarde perfeccion¨® su plan con otra exnovia, Marina Okarynska, una chica ucrania de 26 a?os. Est¨¢ acusado de matarla. A ella y a su amiga, Laura del Hoyo, de 24 a?os, que la acompa?¨® a recoger algunas pertenencias a la casa de Morate la tarde del 6 de agosto de 2015. Nunca m¨¢s las vieron hasta que sus dos cuerpos aparecieron semienterrados en cal viva en una poza, en el nacimiento del r¨ªo Huecar, en la localidad de Palomera, a 11 kil¨®metros de Cuenca, el pueblo de la madre de Morate, donde ¨¦l pasaba sus vacaciones desde ni?o.
No hallaron rastros de Marina ni de Laura en la casa de Morate, donde presuntamente las asesin¨® asfixi¨¢ndolas tras golpearles la cabeza. Ni en ninguno de los cuatro coches que us¨® hasta que emprendi¨® su huida. Pero son muchos los indicios que lo acorralan.
Agua de Lourdes. Una garrafa de agua de la Virgen de Lourdes, como las que ten¨ªa la madre de Morate en su casa, fue hallada en el lugar del enterramiento de los cuerpos. Ten¨ªa ADN de Morate.
Bridas negras. En el cuerpo de Marina se encontr¨® una brida que hab¨ªa reducido su cuello de 23 a ocho cent¨ªmetros de di¨¢metro. Era id¨¦ntica a las aparecidas debajo de la cama de Morate.
Pistas telef¨®nicas. Los posicionamientos del tel¨¦fono de Morate lo sit¨²an en su casa a la hora ¡ªentre las 17.30 y las 18.30¡ª que los forenses han determinado que se produjeron las muertes. Tambi¨¦n en Palomera, despu¨¦s, donde supuestamente las enterr¨®. Y posteriormente, el tel¨¦fono adquirido en una tienda d¨ªas antes ¡ªlo que apunta a la premeditaci¨®n¡ª, y que activ¨® al iniciar su huida, sirvi¨® para darle caza en Ruman¨ªa.
Un coche prestado. El mismo d¨ªa del crimen, Morate le pidi¨® con urgencia a un amigo de Chillar¨®n ¡ªel pueblo donde ten¨ªan el negocio familiar en el que ¨¦l trabajaba¡ª, que le prestara el coche. Supuestamente es el veh¨ªculo que utiliz¨® para llevar los cuerpos hasta Palomera. En el coche que ¨¦l sol¨ªa usar en el pueblo, se hallaron las pilas que le sobraron tras ponerlas en una linterna frontal, comprada en d¨ªas previos y hallados en casa de su madre.
Tickets de cal y fertilizante. Los investigadores lograron relacionar con ¨¦l dos facturas de compra de dos sacos de 15 kilos de cal viva y otro de un fertilizante muy potente: ¡°Dijo que lo quer¨ªa para una zona en la que no le crec¨ªa la yerba¡±, declar¨® el vendedor. Todo adquirido d¨ªas antes del crimen.
Dos confesiones. Su amigo de la c¨¢rcel Istvan Horvath, que le acogi¨® en Ruman¨ªa cuando escapaba de la polic¨ªa, declar¨® en su d¨ªa ¡ªno se present¨® en este juicio¡ª que le confes¨® el crimen de Marina en presencia de su mujer, Sof¨ªa, mientras cenaban. Sof¨ªa, por videoconferencia, lo ratific¨®. Tambi¨¦n los dos agentes de la Polic¨ªa Nacional que le custodiaron a su llegada a Espa?a declararon: ¡°Nos dijo: ¡°La he liado gorda¡±.
Conversaciones escabrosas. La noche anterior al doble crimen, Morate estuvo con sus amigos de Palomera comentando casos de cr¨ªmenes famosos y consult¨® a uno de ellos, abogado, los lugares en los que un delincuente no pod¨ªa ser extraditado.
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