Puigdemont, el pr¨®fugo en B¨¦lgica que desestabiliza Catalu?a

Carles Puigdemont ha pasado en una semana de ser un l¨ªder amortizado ¡ªincluso para su partido¡ª a volver a tener en vilo la pol¨ªtica catalana y espa?ola. Con su fuga a Bruselas, el expresident tambi¨¦n se ha convertido en un factor desestabilizador para partidos e instituciones, incluso internacionales. El pol¨ªtico, que siempre asegur¨® que se retirar¨ªa tras esta legislatura, quiere volver a presentarse a las elecciones, hacerlo desde su autoproclamado exilio y utilizar todas las herramientas para frenar la acci¨®n de la justicia.

Le Soir, el principal peri¨®dico franc¨®fono de B¨¦lgica, no dudaba en su edici¨®n de este s¨¢bado en calificar a Puigdemont como ¡°la pesadilla del Gobierno belga¡±.

La huida a este pa¨ªs del expresidente el pasado fin de semana es uno de los movimientos m¨¢s dif¨ªciles de explicar de la pol¨ªtica catalana desde la llegada de la democracia. Y no solo por los motivos que la provocaron, sino tambi¨¦n por las consecuencias que implica. El primer problema es para su propio partido, el PDeCAT.

Hasta el pasado martes los herederos de la antigua Converg¨¨ncia ten¨ªan asumido el fracaso de la declaraci¨®n independentista aprobada en el Parlament el 27 de octubre y se dispon¨ªan a hacer una enmienda a la totalidad, seg¨²n las fuentes consultadas. Sus planes pasaban por dejar a un lado el proceso independentista, ya judicializado, y reformular su proyecto sobre la base de un soberanismo contemporizador, basado en la legalidad y alejado de la CUP. Con todos los matices posibles, el PDeCAT quer¨ªa retomar la senda pactista y emular, de alguna manera, la v¨ªa vasca de I?igo Urkullu. Hasta ten¨ªan candidato para intentar esta complicada maniobra. No era otro que Santi Vila, el consejero que se ape¨® del barco en el ¨²ltimo momento, justo antes de que la declaraci¨®n unilateral de independencia se estrellara contra las rocas a las pocas horas de ser aprobada.

Todo cambi¨® cuando la huida de Puigdemont a B¨¦lgica comenz¨® a propagarse por las redes sociales el lunes a mediod¨ªa. La noticia pill¨® reunidos a los dirigentes del PDeCAT y fue el presidente del partido, Artur Mas, quien tuvo que dar explicaciones a los numerosos cuadros que miraban at¨®nitos lo que llegaba a sus tel¨¦fonos m¨®viles. Les dijo que, seg¨²n hab¨ªa podido saber, los antiguos miembros del Gobierno hab¨ªan decidido colegiadamente la marcha a B¨¦lgica de varios de ellos, y que cada uno hab¨ªa decidido libremente qu¨¦ era lo que m¨¢s le conven¨ªa personalmente.

Puigdemont hab¨ªa pasado de ser un pol¨ªtico amortizado a ser un problema de primer nivel. Los planes del partido de volver a la moderaci¨®n quedar¨ªan congelados pocas horas despu¨¦s. El encarcelamiento de los exconsejeros que decidieron no refugiarse en B¨¦lgica no hizo m¨¢s que contraprogramar los planes. Esto, junto con los constantes mensajes inflamados del expresidente desde B¨¦lgica, ha vuelto a sofocar cualquier voz que apelara a la moderaci¨®n desde el PDeCAT. El partido ha pasado en cinco d¨ªas de querer presentarse en solitario ¡ªincluso a riesgo de que se evidenciara su desgaste¡ª a intentar una lista conjunta de todo el soberanismo encabezada por Puigdemont.

El factor desestabilizador del expresidente tambi¨¦n ha alcanzado a los que han sido sus socios la pasada legislatura. A Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) se le han complicado sus planes para acudir en solitario a las elecciones, lo que le habr¨ªa permitido rentabilizar el hundimiento del PDeCAT. Cultivando su imagen de presidente supuestamente exiliado, Puigdemont vuelve a contar con las simpat¨ªas de un amplio sector independentista, que le considera una suerte de ¨²ltimo basti¨®n de la resistencia ante la aplicaci¨®n del art¨ªculo 155 de la Constituci¨®n. El encarcelamiento de los nueve consejeros, comenzando por el l¨ªder de ERC, Oriol Junqueras, ha dado alas a este estado de ¨¢nimo. ¡°A ver qui¨¦n se atreve ahora en ERC a rechazar una lista encabezada por Puigdemont¡±, dicen voces dentro del PDeCAT.

Los partidos catalanes eval¨²an ahora hasta qu¨¦ punto Puigdemont sigue siendo un activo electoral dada su situaci¨®n legal y sin que pueda participar en actos de campa?a. De ah¨ª que ERC diera ayer largas a la propuesta de los exconvergentes y pusiera todo tipo de condiciones a la petici¨®n del propio expresident para formar una lista conjunta.

Pero la huida de Puigdemont no solo ha significado un hurac¨¢n pol¨ªtico. En el terreno institucional tambi¨¦n implica consecuencias, comenzando por el resto de l¨ªderes independentistas que esta semana han tenido que ir a declarar ante el Tribunal Supremo (que finalmente aplaz¨® las comparecencias) y la Audiencia Nacional. El plant¨®n judicial del expresident no ha sentado nada bien a algunos de ellos. ¡°La ausencia de Puigdemont perjudica al resto, s¨ª¡±, afirm¨® Javier Melero, abogado del exvicepresidente del Parlament Llu¨ªs Corominas el pasado jueves.

Las tensiones en B¨¦lgica por el accidentado aterrizaje del expresident tambi¨¦n son notorias. La diplomacia espa?ola asegura que hasta ahora no ha habido ning¨²n problema con las autoridades belgas, y espera una colaboraci¨®n total en el plano judicial y policial. En el pasado, B¨¦lgica y Espa?a mantuvieron importantes desencuentros en torno a la concesi¨®n de asilo a etarras detenidos. Un roce que en Madrid esperan no ver repetido, informa ?lvaro S¨¢nchez.

Orden de detenci¨®n

La entrada de Puigdemont en la rueda judicial belga est¨¢ llena de hip¨®tesis. Cuando el magistrado reciba la orden europea de detenci¨®n, este convocar¨¢ a Puigdemont y los cuatro exconsejeros, cuyo paradero actual no ha trascendido p¨²blicamente. Est¨¢n acusados de rebeli¨®n, sedici¨®n, malversaci¨®n de fondos (adem¨¢s de, en otra causa, desobediencia y prevaricaci¨®n). Desde el momento en que comparezcan a petici¨®n del juez, se abrir¨¢ un plazo de 24 horas para que el magistrado decida entre dos opciones: mantener a Puigdemont y sus compa?eros del Govern en prisi¨®n preventiva mientras se gestiona su entrega, o dejarles libres con condiciones. Una tercera, la posibilidad de que B¨¦lgica rechace la orden de detenci¨®n, tambi¨¦n est¨¢ entre las alternativas, seg¨²n record¨® ayer el ministro de Justicia, Koen Geens, en un comunicado. Pero resulta del todo improbable que suceda y, de ser as¨ª, abrir¨ªa, esta vez s¨ª, una crisis diplom¨¢tica.

En el Gobierno belga las cosas no pintan mucho mejor. El primer ministro ha suplicado a su gabinete que evite hablar de Catalu?a para no desestabilizar al Ejecutivo, una fr¨¢gil coalici¨®n de la que forman parte, entre otros, liberales franc¨®fonos y nacionalistas flamencos. El hurac¨¢n Puigdemont desestabiliza por donde pasa.