Una infancia al amparo de Aldeas Infantiles
La organizaci¨®n ha multiplicado por dos el n¨²mero de menores que atiende desde que comenz¨® la crisis
La infancia de Javier Saiz se vio truncada por problemas familiares. Los Servicios Sociales tuvieron que asumir su tutela y la de su hermano, despu¨¦s de que su madre enfermara y su padre no pudiera hacerse cargo de ambos. Tras a?os de idas y venidas, finalmente, ingresaron en uno de los hogares que Aldeas Infantiles gestiona en Cuenca, cuando Saiz ten¨ªa 10 a?os. Ahora con 22, estudia Derecho en Granada. "Vivir en la aldea me ha hecho ser m¨¢s fuerte", subraya. La organizaci¨®n internacional, que este a?o cumple 50 a?os de actividad en Espa?a y recibi¨® en 2016 el Premio Princesa de Asturias a la Concordia, se centra en apoyar a ni?os que carecen de un entorno familiar estable desde dos puntos de vista: ayudar a las familias para que los peque?os no tengan que abandonar el hogar o, cuando sus padres pierden la patria potestad, acogerles en las 21 residencias que tienen repartidas por toda Espa?a.
Desde que comenz¨® la crisis econ¨®mica, el n¨²mero de ni?os y j¨®venes bajo la protecci¨®n de Aldeas Infantiles SOS Espa?a se ha multiplicado por dos. En la actualidad, sus programas atienden a unos 7.000 ni?os y j¨®venes. Un aumento que no se ha frenado con la recuperaci¨®n econ¨®mica. "Trabajamos con las familias m¨¢s vulnerables y la recuperaci¨®n no ha llegado a ellos, sus condiciones siguen siendo igual o peores", afirma Pedro Puig, presidente de la organizaci¨®n en Espa?a. Un incremento que se ve reflejado en sus proyectos a corto plazo, pues abrir¨¢n nuevos centros en Oviedo, Zaragoza y Mallorca en los pr¨®ximos meses. ??
La idea que Saiz ten¨ªa antes de ingresar en uno de los hogares de Aldeas era bien distinta a lo que se encontr¨®. "Pensaba que eran casas con much¨ªsimos ni?os, 10 o 15, metidos como en una comuna. Pero mi imagen no se correspond¨ªa con la realidad", manifiesta. Fue recibido con una fiesta de bienvenida en su residencia de Cuenca en la que, al igual que en el resto, seis ni?os viven como una familia en las 12 casas unifamiliares que componen cada aldea, acompa?ados de una adulta ¡ªnormalmente son mujeres las que solicitan el puesto¡ª que duerme con ellos y act¨²a como una aut¨¦ntica "madre". La organizaci¨®n prioriza que los hermanos convivan juntos, como ocurri¨® con los Saiz. A Javier le cost¨® confiar al principio en sus posibilidades acad¨¦micas, pero gracias a su esfuerzo y con un "empuj¨®n" de sus educadores logr¨® avanzar hasta llegar a la Universidad. "Me da mucho coraje que estos ni?os ya est¨¦n etiquetados por la sociedad porque esa imagen no se corresponde con la realidad", subraya Puig.
Aldeas Infantiles acaba de publicar un informe, coincidiendo con el D¨ªa Internacional del Ni?o ¡ªque se celebra este lunes¡ª, en el que denuncian que m¨¢s de 300.000 ni?os est¨¢n en riesgo de perder el cuidado parental en Espa?a o lo ya lo han perdido, de los cuales 42.628 viven bajo una medida de protecci¨®n. Aunque no existen estad¨ªsticas oficiales, la organizaci¨®n ha determinado esta cifra bas¨¢ndose en fuentes de informaci¨®n oficiales recogidas en diversos expedientes del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Puig demanda precisamente a las instituciones que elaboren informes exhaustivos para poder acatar los problemas conociendo con exactitud las causas y las circunstancias en las que se encuentran. ¡°Lo que no se mide, no se gestiona¡±, ?c¨®mo va a haber un plan de infancia sin datos?¡±, explica el presidente de Aldeas Infantiles.
En su informe, la organizaci¨®n eval¨²a factores socioculturales, psicosociales y socioecon¨®micos: la inestabilidad laboral y las condiciones de vida precarias condicionan la vulnerabilidad de los ni?os, porque estas circunstancias pueden conducir a una situaci¨®n en la que los padres no est¨¦n en condiciones de seguir proporcionando el cuidado a sus hijos. En Espa?a, el 31,7% de los menores de 16 a?os est¨¢ en riesgo de exclusi¨®n social seg¨²n AROPE (At-Risk-Of Poverty and Exclusion).
La rutina en Aldeas es como "la de cualquier otro ni?o". Ir al colegio, actividades extraescolares y viajes en verano. "En los campamentos se procuraba que fu¨¦semos solos, para no hacer pi?a y estar relacion¨¢ndote solo con gente de Aldeas y conocer nuevas personas y relacionarte con el mundo exterior", manifiesta Saiz. Aldeas Infantiles se financia en un 80% con donaciones de socios y particulares y en un 20% por las subvenciones p¨²blicas. Son los Servicios Sociales los que derivan a los menores a sus centros, cuando la situaci¨®n en su familia ya no es sostenible. Pero Aldeas tambi¨¦n act¨²a en ese momento previo, para evitar que se produzca la separaci¨®n. "A veces se toman decisiones demasiado r¨¢pidas. Son necesarios estudios detallados porque sino luego hay muchos chicos que van de un sitio a otro. Al final piensan que los malos son ellos y no quieren querer a nadie por el miedo a perderlo", a?ade el presidente de la asociaci¨®n.
Javier Saiz aprendi¨® de su estancia en Aldeas y ahora, tras emanciparse, sigue en contacto con sus educadores y tambi¨¦n con sus padres. Desde la organizaci¨®n aseguran que es fundamental que los ni?os no pierdan el contacto con sus padres, pese a las dificultades. "Para m¨ª todos son mi familia", asegura Saiz.
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