Antes de Navidad, todos a casa

Antes de Navidad, antes del 21-D, antes incluso de que comience la campa?a electoral. Hoy mismo si fuera posible. Hacer unas elecciones de la trascendencia que tendr¨¢n las del pr¨®ximo 21 de diciembre, con un pu?ado de pol¨ªticos en la c¨¢rcel y otros huidos de la justicia y pendientes de procedimientos de detenci¨®n seg¨²n la euro orden no es la mejor de las situaciones deseables ni para los ciudadanos ni para el pa¨ªs, ni para el buen funcionamiento de la democracia ni para el prestigio y la buena imagen de Catalu?a y de Espa?a.

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El art¨ªculo 155 ya no tiene remedio, pero los presos s¨ª lo tienen, y los huidos tambi¨¦n, dado que pueden entregarse y convertirse en presos que sean a su vez puestos en libertad como lo ha sido la presidenta del Parlamento Carmen Forcadell. No cabe escandalizarse con el 155 como hace la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, a la que tampoco le gusta la rep¨²blica del 27-O, pero no sabe decirnos que hab¨ªa que hacer una vez declarada. El 155 es la condici¨®n necesaria de las elecciones, convertida adem¨¢s en condici¨®n casi suficiente gracias a que todos los partidos se han presentado, incluso los que hip¨®critamente piden su suspensi¨®n.

Imaginemos por un momento qu¨¦ ser¨ªan estas elecciones si los partidos independentistas hubieran tenido un comportamiento consecuente y de acuerdo con sus declaraciones y programas, aut¨¦ntica novedad que hubiera sorprendido a todos, incluidos a sus seguidores. No se hubieran presentado a las elecciones, que han calificado de ilegales, pero a la vez hubieran concertado una defensa pol¨ªtica de todos los procesados, en abierta impugnaci¨®n de la legitimidad de los tribunales, del Estado y de la democracia espa?ola. Seguro que habr¨ªan hecho una sola y ¨²nica candidatura para convertir las elecciones en plebiscito de la rep¨²blica nonata. Tambi¨¦n la hubieran proclamado de verdad, no con trucos ling¨¹¨ªsticos pensados para defenderse despu¨¦s ante los tribunales. Hubiera habido balc¨®n, aut¨¦ntica fiesta y banderas espa?olas arriadas. Y ciertamente, mucho m¨¢s riesgo de c¨¢rcel para mucha gente, mucha m¨¢s de la que ha pasado hasta ahora por ella.

Seamos sinceros y claros: mejor que sea as¨ª; mejor que nuestros revolucionarios lo sean solo de fin de semana, fr¨ªvolos e inconsecuentes, adscritos siempre a la ambig¨¹edad de su maestro en catalanismo y en moral, el aut¨¦ntico padre del soberanismo contempor¨¢neo que es Jordi Pujol. Mejor que salgan todos de la c¨¢rcel lo antes posible, despu¨¦s de dar seguridades a la justicia de que no reincidir¨¢n y ser¨¢n as¨ª merecedores de la libertad bajo fianza. Mejor incluso que Puigdemont termine lo antes posible su periplo incomprensible y absurdo, y se entregue a la justicia, evitando el rid¨ªculo y tambi¨¦n el sufrimiento para ¨¦l mismo y para su familia.

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Catalu?a, ?despierta!

Hijos del pujolismo, maestros en autoindulgencia

Gracias al 155

El farise¨ªsmo de los dirigentes procesistas es prodigioso. Todo lo que han hecho desde la formaci¨®n del gobierno Puigdemont se dirige a provocar una reacci¨®n virulenta por parte del Gobierno de Rajoy. Hay que releer las declaraciones y resoluciones parlamentarias, las columnas de sus sermoneadores y escucharlos de nuevo en las tertulias: esperaban y deseaban que los tanques bajaran por la Diagonal, leyes de excepci¨®n, detenciones masivas, regreso de una dictadura. Alcanzaron el ¨¦xito de las im¨¢genes del 1-O, mezcla de astucia propia y de torpeza del gobierno de Rajoy, incapaz de detener el falso refer¨¦ndum con medios pac¨ªficos. Pero no fue suficiente y ahora ha sido necesario inventar la amenaza de una represi¨®n virulenta y mort¨ªfera para justificar ante sus seguidores su indecisi¨®n y su falta de cualquier tipo de plan para el d¨ªa siguiente de la proclamaci¨®n. La verdadera noticia hist¨®rica de nuestra ¨¦poca es que se haya producido un intento de secesi¨®n tan dr¨¢stico, serio y continuo y haya terminado con el balance bien limitado e incruento que conocemos. Y adem¨¢s que esto haya ocurrido en un pa¨ªs como es Espa?a con los antecedentes tr¨¢gicos que tienen tal tipo de experiencias.

El independentismo se merece una derrota resonante, en correspondencia al penoso balance que ofrece del Proceso, de cara al conjunto de los catalanes, pero tambi¨¦n de lo que han hecho a sus mismos seguidores, a los que han enga?ado despu¨¦s de haberlos animado y comprometido. Pero el lugar donde se le debe derrotar es en las urnas, no en los tribunales ni en las c¨¢rceles, en ning¨²n caso en la calle, el lugar elegido precisamente por el mismo independentismo para hacer sus demostraciones y pruebas de fuerza. La democracia representativa y el Estado de derecho son los que tienen que derrotarle, lejos de su terreno de juego de la democracia plebiscitaria y populista y de las apelaciones tumultuarias al pueblo. Y si no se le derrota ahora, gracias a la fuerza de la inercia que tiene a¨²n el procesismo, acabar¨¢ sucediendo m¨¢s adelante, cuando se haga evidente a los electores que s¨®lo una pasada por la oposici¨®n podr¨¢ regenerarlo.

No estamos en los a?os de la transici¨®n espa?ola, cuando se esperaba las leyes de amnist¨ªa con el lema 'En Navidad todos en casa'. Tiempo habr¨¢, cuando todo se haya encarrilado, para emprender los caminos de la clemencia que alivie las penas de quienes puedan ser condenados por las vulneraciones de la legalidad constitucional en el ¨²ltimo tramo del proceso independentista. Pero de momento, de cara a las elecciones, a todos conviene una campa?a lo m¨¢s pacificada posible, con los presos y los huidos en casa. En Espa?a no hay presos de conciencia, por sus ideas, presos pol¨ªticos por tanto, pero mejor que no tengamos pol¨ªticos presos y menos pol¨ªticos presos que son candidatos. ?Todos a casa, lo antes posible!