Espa?a se enfrenta a un r¨¢pido auge de la ruta de pateras desde Argelia

En un muelle del puerto de Cartagena se amontonan m¨¢s de 25 peque?as pateras. Botes de color azul y blanco, con los nombres pintados a mano ¡ªcomo Baye, Elhadj Abed II y Khairadyn¡ª, que se balanceaban sobre el agua cuando, el pasado mi¨¦rcoles, irrump¨ªa a pocos metros un buque de Salvamento Mar¨ªtimo. Transportaba a bordo a otros 11 inmigrantes argelinos, rescatados a nueve millas de Cabo de Palos y que se suman a la larga lista de 2.089 sin papeles localizados este a?o frente a las costas murcianas cuando intentaban alcanzar la Pen¨ªnsula, seg¨²n los datos de la Delegaci¨®n del Gobierno en la Regi¨®n. Una cifra que se ha disparado.

Los datos del Ejecutivo revelan c¨®mo el uso de embarcaciones este 2017 se ha multiplicado casi por cuatro respecto a 2016, cuando arribaron 529 personas a esta comunidad; y por ocho respecto a 2015, cuando lo hicieron 278. "Esta no es una ruta nueva. Existe desde hace siete u ocho a?os. Pero en los dos ¨²ltimos ha intensificado su crecimiento", explica Juan Guirado, portavoz de la asociaci¨®n Convivir Sin Racismo, una ONG local, que se?ala el septiembre pasado como el gran punto de eclosi¨®n. Desde entonces, se han sucedido varias llegadas masivas de pateras. La ¨²ltima, el pasado fin de semana, cuando arribaron m¨¢s de medio millar de personas en 49 barcas. Aunque, seg¨²n fuentes de Interior, en esos d¨ªas pusieron rumbo a la Pen¨ªnsula hasta 93 botes, pero varios se dieron la vuelta al ser detectados y otros los fren¨® directamente Argelia en tierra.

El alza de este trayecto entre ambas orillas del Mediterr¨¢neo se explica, seg¨²n fuentes de las ONG y del Gobierno, por la crisis econ¨®mica que atraviesa Argelia; por el cierre parcial de la ruta entre Libia e Italia, despu¨¦s de que Roma alcanzase un acuerdo extraoficial con algunas milicias de este pa¨ªs para que impidan que zarpen embarcaciones; y por la presi¨®n creciente de Marruecos para frenar la entrada de sin papeles en su territorio para salir hacia la Pen¨ªnsula. As¨ª que, taponados esos dos caminos, el flujo migratorio encontr¨® otro alternativo.

"La situaci¨®n en Argelia es muy complicada. No hay trabajo. Y pueblos enteros se han vaciado de j¨®venes y solo quedan los mayores y las mujeres", apostilla Juan Antonio Segura, director de la Fundaci¨®n Cepaim. Walid, de 20 a?os, es uno de esos chavales que dej¨® atr¨¢s a su madre y a su pa¨ªs para buscar un futuro en Espa?a. Lleg¨® a Cartagena el pasado verano, tras navegar 24 horas a la deriva en el Mediterr¨¢neo. Lo rescataron cuando su patera hab¨ªa empezado a hundirse. "Vi la muerte", relata el chaval que, tras pasar por Murcia y Valencia, vive ahora en un pueblo de Castell¨®n. "Hay varios factores que perfilan los rasgos principales de esta ruta. Primero, la gran cantidad de menores (122 en 2017) que viajan. Segundo, que la inmensa mayor¨ªa son argelinos [frente a la marroqu¨ª, con gran presencia de subsaharianos]. Y, tercero, que la gran parte de estos consideran Espa?a un pa¨ªs de paso y quieren ir a Francia", explica Guirado.

Espa?a se mueve este 2017 en un contexto de alza de pateras. No solo en esta ruta. Seg¨²n los datos de Interior, hasta el pasado 20 de noviembre, 19.086 inmigrantes han alcanzado las costas nacionales este a?o, frente a los 7.547 de todo 2016. Aunque queda todav¨ªa muy lejos el r¨¦cord de 2006, cuando se contabilizaron 39.180 extranjeros en plena crisis de los cayucos, este ejercicio es ya el tercero de la historia que m¨¢s personas en embarcaciones han llegado y se prev¨¦ que se supere las 19.176 de 2003. "Pero son cifra que debemos relativizar y que Espa?a puede asumir", insiste Segura, que recuerda los datos de otros pa¨ªses. Italia ha recibido m¨¢s de 114.000 en los primeros diez meses del presente a?o; y Grecia, m¨¢s de 26.000.