Siete preguntas para explicar la Navidad y sus celebraciones
La pugna entre la tradici¨®n religiosa y la persistencia de lo pagano se mezclan desde la antig¨¹edad hasta hoy en una de las mayores fiestas del a?o en el mundo
Llega la Navidad,?convertida en una fiesta en la que se mezclan tradiciones de distintos or¨ªgenes sociales y culturales con el m¨¢s desatado consumismo que, pese al auge del comercio electr¨®nico, sigue atascando las ciudades. Las luces, los ¨¢rboles, las compras, las fiestas, los mercadillos y las cenas de empresa tal vez no dejan ver el bosque: la Navidad es una fiesta religiosa en la que los cristianos celebran el nacimiento de Jes¨²s. Aunque, si se analiza un poco m¨¢s en profundidad, su origen se pierde en la antig¨¹edad, en las primeras creencias humanas a las que a lo largo de los siglos se ha ido incorporando otra serie de nuevas tradiciones. La Navidad ha sido desde el Imperio romano una lucha entre elementos religiosos y paganos, entre lo festivo y lo lit¨²rgico, que se prolonga hasta los centros comerciales de las grandes ciudades de hoy.
?Por qu¨¦ se celebra la Navidad en diciembre?
El solsticio de invierno es la noche m¨¢s larga del a?o y, a la vez, el momento en que los d¨ªas comienzan de nuevo a crecer, una victoria simb¨®lica del sol sobre la oscuridad. Se produce entre el 21 y el 22 de diciembre y se celebra desde tiempos inmemoriales. El historiador Richard Cohen relata en su libro Persiguiendo el Sol. La historia ¨¦pica del astro que nos da la vida (Turner) que ¡°pr¨¢cticamente todas las culturas tienen una forma de celebrar ese momento¡±. ¡°El aparente poder sobrenatural para gobernar las estaciones que se manifiesta en los solsticios ha inspirado todo tipo de reacciones: ritos de la fertilidad, festivales relacionados con el fuego, ofrendas a los dioses¡±, a?ade. En esa misma ¨¦poca del a?o, se celebraban en la antigua Roma las Saturnales, una fiesta en la que se ofrec¨ªan regalos, pero tambi¨¦n se intercambiaban los papeles sociales, una mezcla entre nuestra Navidad actual y los carnavales.
?Qu¨¦ ocurri¨® el 25 de diciembre?
¡°La Navidad fue fijada el 25 de diciembre por el emperador Constantino, porque en esa fecha se celebraba la gran fiesta solar en Roma¡±, explica Ram¨®n Teja, catedr¨¢tico em¨¦rito de Historia Antigua de la Universidad de Cantabria, especialista en historia del cristianismo y presidente de honor de la Sociedad Espa?ola de Ciencias de las Religiones. As¨ª, el emperador que hizo legal el cristianismo en el Imperio romano, quien gobern¨® de 306 a 337, identificaba de alguna manera su figura con la divinidad aprovechando el antiguo Festival del Nacimiento del Sol Invicto. ¡°Fue una fusi¨®n del culto solar con el culto cristiano¡±, prosigue Teja.
?Entonces no naci¨® Jes¨²s en Navidad?
No existe ninguna informaci¨®n indubitada sobre la fecha de nacimiento de Jes¨²s. La inmensa mayor¨ªa de los expertos sostienen que fue una figura hist¨®rica, pero, al igual que s¨ª se conservan datos sobre su muerte ¡ªcrucificado por las autoridades romanas en Jerusal¨¦n durante la pascua jud¨ªa¡ª, su nacimiento sigue siendo un profundo misterio. ¡°El ¨²nico dato hist¨®rico es que reinaba todav¨ªa Herodes I, por lo que el c¨¢lculo del a?o cero estaba equivocado; habr¨ªa que adelantar cuatro o cinco a?os¡±, explica Teja, ya que Herodes el Grande muri¨® en el a?o 4 antes de nuestra era.
El periodista de EL PA?S Juan Arias, uno de los grandes conocedores de la figura de Cristo y profundo divulgador de la historia cristiana en libros como Jes¨²s. Ese gran desconocido, ha escrito: ¡°La leyenda del nacimiento de Jes¨²s es silenciada por dos de los cuatro evangelios can¨®nicos: el de Marcos, considerado el m¨¢s antiguo, y el de Juan. Ellos inician el relato de la vida de Jes¨²s cuando ya es adulto¡±. La revista National Geographic ha publicado en su n¨²mero de diciembre un amplio reportaje sobre las certezas arqueol¨®gicas en torno a Jes¨²s, firmado por Kristin Romey y fotografiado por Simon Norfolk, que se pronuncia en igual sentido. ¡°La Iglesia de la Natividad en Bel¨¦n es el templo cristiano m¨¢s antiguo todav¨ªa en uso, pero no todos los expertos creen que Jes¨²s de Nazaret naciese en Bel¨¦n. La arqueolog¨ªa guarda silencio sobre el asunto¡±, escribe Romey. El relato del pesebre y de los pastores aparece en Lucas (2:1-20); los Reyes Magos, la masacre de los inocentes y la huida a Egipto, en Mateo. ¡°Es una interpretaci¨®n teol¨®gica a posteriori¡±, detalla Teja. ¡°Se trata de una forma de indicar que desciende de la tribu del rey David, que proced¨ªa de Bel¨¦n¡±, agrega.
?Y cu¨¢l es el papel de los Reyes Magos?
El relato de la visita de los Magos con sus regalos ¡ªun momento conocido como la Epifan¨ªa¡ª solo aparece en el Evangelio de Mateo (2:1-12). La inmensa mayor¨ªa de los historiadores considera que Gaspar, Melchor y Baltasar tienen una funci¨®n muy importante en la tradici¨®n cristiana porque, como precisa Teja, ¡°los reyes que vienen a visitarle son paganos, no jud¨ªos, y son los primeros que le reconocen como un descendiente de la estirpe de David, como rey y como dios¡±. De hecho, los cristianos de Oriente siguen conmemorando la Navidad el 6 o el 7 de enero. Tiene que ver con las diferencias entre calendario juliano y el gregoriano, pero tambi¨¦n con el hecho de que en Oriente se mantuvo durante siglos la Epifan¨ªa como el momento clave de esta fiesta. Su asociaci¨®n con regalos es mucho m¨¢s tard¨ªa y comienza a finales del XIX, aunque su presencia en nuestra cultura es enorme: la primera obra teatral castellana de la que existe constancia es el Auto de los Reyes Magos, del siglo XII. En otros pa¨ªses tambi¨¦n se celebra: en Italia, por ejemplo, el 6 de enero viene una bruja buena, la Befana, palabra que procede.
?C¨®mo cuadra Pap¨¢ Noel en todo esto?
El viaje de Pap¨¢ Noel o Santa Claus hasta nuestra Navidad es largo y tortuoso. Los m¨¢s radicales entre los protestantes, los puritanos, prohibieron la Navidad porque consideraban que era una fiesta que se estaba paganizando. Adem¨¢s, el protestantismo defend¨ªa la iconoclastia, estaba en contra de la representaci¨®n de figuras sagradas, lo que no cuadraba mucho con las tradiciones navide?as. El Parlamento brit¨¢nico prohibi¨® en 1644 las Navidades,?que no fueron restauradas hasta 1660.
Los puritanos fueron los primeros colonos de Am¨¦rica del Norte y se llevaron aquellas costumbres: en Boston tambi¨¦n prohibieron las fiestas entre 1659 y 1681. Pero, poco a poco, la Navidad fue renaciendo en el Nuevo Mundo, aunque decidieron buscar su propio camino para diferenciarlas de las fiestas cat¨®licas. As¨ª, se acordaron de un viejo santo, san Nicol¨¢s. ¡°Santa Claus es una figura muy cristiana¡±, explica Diarmaid N. J. MacCulloch, profesor de Historia de la Iglesia en el Saint Cross College de Oxford y autor de una monumental Historia de la Cristiandad (Debate). ¡°El nombre es una traducci¨®n holandesa de san Nicol¨¢s. Otra cosa es que realmente existiese: era un santo de Mira, en lo que es hoy Turqu¨ªa, y su leyenda inclu¨ªa la historia de que resucit¨® a tres ni?os asesinados, de ah¨ª su conexi¨®n con la infancia¡±.
La importancia cultural que Estados Unidos ha ido adquiriendo en nuestras sociedades hizo el resto: Pap¨¢ Noel comenz¨® a colonizar las fiestas durante el siglo XX. El gran antrop¨®logo franc¨¦s Claude L¨¦vi-Strauss escribi¨® un peque?o ensayo sobre este proceso, El suplicio de Pap¨¢ Noel. Seg¨²n su teor¨ªa, la clave no estaba en el prestigio de EE UU, sino en ¡°la funci¨®n pr¨¢ctica de los ritos de iniciaci¨®n¡±, en este caso, ense?ar que las buenas acciones tienen recompensas, regalos a cambio de portarse bien.
?El ¨¢rbol de Navidad es otra invenci¨®n de EE UU?
El abeto de Navidad tambi¨¦n realiz¨® un viaje extra?o desde Europa hasta Estados Unidos y vuelta, pero no es en absoluto una invenci¨®n norteamericana. Al rev¨¦s, como Santa Claus, es una exportaci¨®n. En este caso, como ocurre con los solsticios, el culto a los ¨¢rboles se pierde en las profundidades de nuestras tradiciones culturales y religiosas. Sin embargo, como explica MacCulloch, ¡°el ¨¢rbol de Navidad es una tradici¨®n m¨¢s cristiana de lo que piensa la gente¡±. ¡°Todas las religiones utilizan a los ¨¢rboles como s¨ªmbolos y es un elemento esencial en la historia del G¨¦nesis. Los primeros ¨¢rboles de Navidad decorados que conocemos son de Alemania en el siglo XVI, en la ¨¦poca de la Reforma. El propio Mart¨ªn Lutero alent¨® esta costumbre¡±, prosigue el profesor de Oxford. De nuevo, una tradici¨®n relacionada con el protestantismo ¨Cel ¨¢rbol de Navidad evita las representaciones de figuras sagradas¨C cruza el Atl¨¢ntico y vuelve convertida en s¨ªmbolo universal. En Espa?a convive pac¨ªficamente con la representaci¨®n m¨¢xima de nuestra Navidad: los belenes.
?Cu¨¢ndo se comienzan a montar belenes?
El primer bel¨¦n aparece en una leyenda: en la noche del 24 de diciembre de 1223, san Francisco de As¨ªs organiza en una cueva del pueblo de Greccio un bel¨¦n viviente y la figura del ni?o acaba por convertirse en el verdadero Jes¨²s. Este milagro fue plasmado por Giotto a finales del siglo XIII en uno de los frescos m¨¢s famosos de la historia del arte, que puede contemplarse en la Bas¨ªlica Mayor en As¨ªs.
Para el relato de la historia de los belenes hemos recurrido a la erudici¨®n de Antonio Basanta, vicepresidente y patrono de la Fundaci¨®n S¨¢nchez Ruip¨¦rez, pero, sobre todo, due?o, junto a su esposa, Teresa Mart¨ªn, de una de las mayores colecciones del mundo, parte de la cual puede verse en la Casa del Lector de Matadero Madrid hasta el 5 de enero de 2018. La colecci¨®n Basanta-Mart¨ªn est¨¢ integrada por 25.000 piezas, 4.000 conjuntos de belenes, todos realizados por artesanos en activo. ¡°Es un fen¨®meno universal, indisociable de la cultura espa?ola¡±, incide Basanta, quien acaba de publicar el ensayo Leer contra la nada. ¡°Para organizar su bel¨¦n, san Francisco tiene que pedir una dispensa papal, porque Roma los hab¨ªa prohibido en el siglo XIII ya que a trav¨¦s de los pastores se colaban elementos paganos. Eso quiere decir que es un fen¨®meno que ya exist¨ªa antes¡±, apostilla.
El bel¨¦n m¨¢s antiguo de Espa?a se expone en una capilla de la iglesia de La Sang de Palma de Mallorca y fue realizado en 1480 por los hermanos Alamanno. Desde Murcia hasta N¨¢poles, pasando por Barcelona o la plaza Mayor de Madrid, los belenes ocupan un espacio enorme en nuestro imaginario colectivo. En las calles del casco hist¨®rico de N¨¢poles pueden comprarse figuras de Berlusconi o Maradona, santificadas en cierta medida a trav¨¦s de su conversi¨®n en barro, y en los mercados de Catalu?a los famosos caganer ¡ªque, especifica Basanta, provienen de la Edad Media y simbolizan el abono de la tierra¡ª encarnan a los personajes de cada temporada. Este a?o, inevitablemente, se han agotado los Puigdemont y Josep Llu¨ªs Trapero. De nuevo, lo celestial y lo terrenal se funden en unas fiestas que resumen una parte importante del camino largo e inagotable de la relaci¨®n humana con lo divino. Y nos hemos dejado fuera a Scrooge y los fantasmas de la navidades presentes, pasadas y futuras, y las luces, y Qu¨¦ bello es vivir y Love actually¡
S¨ªguenos en Twitter y en Flipboard
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.