El dif¨ªcil primer a?o en el Congreso de la nueva pol¨ªtica
Podemos y Ciudadanos parecen asentados, pero el trayecto hasta su confirmaci¨®n a¨²n es largo
La nueva pol¨ªtica ha cumplido su primer a?o natural ininterrumpido en el Congreso. Tras la investidura de Mariano Rajoy el 17 de noviembre de 2016, Podemos y Ciudadanos han vivido los 12 primeros meses de trabajo en su nueva casa.
Puede parecer un hito menor porque hace ya cuatro a?os que ambos partidos llegaron a escena: Ciudadanos hizo su presentaci¨®n nacional en el Teatro Goya de Madrid en octubre de 2013 y Podemos present¨® su plataforma en enero de 2014. Pero la vida institucional es un reto distinto.
La implantaci¨®n de los nuevos partidos es de momento s¨®lida, pero no est¨¢ garantizada. De momento, el saldo es dispar. "La experiencia es frustrante aunque pudiera ser previsible", dice Alberto Penad¨¦s, profesor de la Universidad de Salamanca. Hay al menos siete rasgos que caracterizan este primer a?o.
1. Los votantes dicen que prefieren el multipartidismo. Los sondeos durante todo 2017 han sido generosos con el multipartidismo. La opini¨®n de los votantes de PSOE, Podemos y Ciudadanos es robusta desde mayo de 2014: la preferencia general por el multipartidismo nunca ha bajado del 60%, seg¨²n Metroscopia. Solo desde el PP son esc¨¦pticos: "Los votantes del PP y los mayores de 55 a?os son quienes peor lo ven", dice Francisco Camas, analista de Metroscopia. En la cifra m¨¢s reciente, un 69% de espa?oles cre¨ªa en noviembre que "es mejor que existan varios partidos de tama?os similares pues, aunque haga m¨¢s dif¨ªcil la formaci¨®n de gobiernos, aumenta el pluralismo".
La relaci¨®n de multipartidismo con pluralismo puede darle esa buena fama. El resultado de las encuestas podr¨ªa ser distinto si la pregunta se planteara al rev¨¦s: "Si pregunt¨¢ramos a los ciudadanos si prefieren que se aprueben m¨¢s leyes seg¨²n est¨¢n en los programas o que se negocien el Parlamento y al final las leyes sean a gusto de todos, quiz¨¢ cambiar¨ªa", dice Penad¨¦s. En los resultados de la encuesta "subyace, como hemos constatado tambi¨¦n, un rechazo mayoritario de la mayor¨ªa absoluta como resultado electoral preferible", dice Camas.
2. El Congreso ha sido poco productivo y la gobernabilidad se ha complicado. Los ciudadanos dicen que el multipartidismo actual les gusta, pero a¨²n ven a los pol¨ªticos como uno de los grandes problemas de este pa¨ªs: son el tercer problema tras el paro y la corrupci¨®n, seg¨²n el CIS de noviembre de 2017. ?Son m¨¢s responsables los viejos partidos o los nuevos? La soluci¨®n al misterio deber¨¢ esperar algo m¨¢s, pero hay alg¨²n indicador que se?ala que no toda la culpa es de los reci¨¦n llegados. "De momento los electores no achacan a la fragmentaci¨®n la falta de actividad parlamentaria, sino a la incapacidad de los partidos de llegar a acuerdos transversales que permitan impulsar pol¨ªticas", dice Rodr¨ªguez Teruel. Eso implica tanto a viejos como nuevos, y el PP es quien tiene m¨¢s poder porque gobierna. "Quiz¨¢ piensan que no acabamos de ir bien porque los partidos nuevos no tienen suficiente influencia", a?ade.
Este enquistamiento se ha prolongado durante el primer a?o. El Congreso durante los doce meses de 2017 ha sido el menos productivo de la historia reciente. No solo porque no se han generado consensos en el Congreso, sino tambi¨¦n porque el Gobierno ha bloqueado las iniciativas que no le conven¨ªan. Al cumplirse un a?o de legislatura el Gobierno ya hab¨ªa limitado 70 iniciativas de la oposici¨®n. El m¨¦todo m¨¢s com¨²n era el veto con el argumento de que las propuestas afectaban a los Presupuestos del Estado. El Gobierno tiene la capacidad de bloquear los aumentos de gasto. "En un sistema multipartito se requiere que el Parlamento sea fuerte institucionalmente, pero la tendencia aqu¨ª es hacia un sistema casi presidencial", dice M¨¢riam Mart¨ªnez-Bascu?¨¢n, profesora de la Universidad Aut¨®noma de Madrid.
3. El problema de una cultura pol¨ªtica poco dada al pacto. El Congreso estaba hasta ahora m¨¢s acostumbrado a aceptar o rechazar leyes, pero no a negociarlas y desmenuzarlas. "Un sistema mult¨ªpartidista dificulta la gesti¨®n del poder", dice Mart¨ªnez-Bascu?¨¢n. "M¨¢s con nuestra cultura pol¨ªtica, que no ha hecho pedagog¨ªa con las transacciones y los pactos. Si se tiene que negociar, parece para los electorados que se est¨¢ traicionando", a?ade.
Ni los partidos ni los electorados est¨¢n por ahora en ceder. El gran ejemplo fue la repetici¨®n de elecciones de 2016: antes reventar que pactar. "Al inicio hab¨ªa dos opciones: equilibrio de cooperaci¨®n o trincheras. Estamos claramente en el segundo escenario", dice Jorge Galindo, investigador de la Universidad de Ginebra. "No solo porque los partidos no lo han sabido hacer mejor, sino porque los electorados piden antes lealtad al programa que ceder en negociaciones".
4. El fen¨®meno de la nueva pol¨ªtica tiene mucho que demostrar a¨²n. El mundo acad¨¦mico comenzar¨¢ a tomar a los dos partidos nuevos como un fen¨®meno estable cuando hayan logrado mantenerse en tres elecciones y dos legislaturas completas. Eso ocurrir¨¢ tras las elecciones de 2024: "Entonces podr¨ªa decirse que hay una din¨¢mica nueva", dice Juan Rodr¨ªguez Teruel, profesor de la Universitat de Val¨¨ncia. Hasta entonces, no puede descartarse que acaben como UPyD.
Es pronto por tanto para analizar con precisi¨®n el impacto y la aceptaci¨®n de Podemos y Ciudadanos en la vida pol¨ªtica espa?ola. Un a?o es a¨²n un periodo de transici¨®n. En este caso, a¨²n no sabemos si este cambio va a cristalizar: "Puedes cambiar la composici¨®n del Congreso en un d¨ªa con unas elecciones, pero es imposible cambiar la cultura pol¨ªtica de un pa¨ªs en un d¨ªa", dice Mart¨ªnez-Bascu?¨¢n.
5. La ultracompetitividad ha espabilado a todos. A pesar de que el Congreso ha ido al ralent¨ª, el drama que el PSOE vivi¨® en 2017 s¨ª tiene relaci¨®n con los nuevos partidos. El resultado est¨¢ por ver, pero el movimiento interno en los dos grandes partidos tradicionales que ha provocado es indudable: "Los nuevos partidos comportan m¨¢s exigencia a los tradicionales por la ultracompetitividad que representan", dice Mart¨ªnez-Bascu?¨¢n. Tras las elecciones en Catalu?a y el ascenso de Ciudadanos, el PP quiz¨¢ empiece tambi¨¦n a preocuparse. La falta de elecciones pronto, sin embargo, da un respiro al partido en el Gobierno. "Ciudadanos ten¨ªa todos los puntos para pagar las facturas de apoyar al PP de un Parlamento de cierta normalidad, aunque produjera poco", dice Rodr¨ªguez Teruel. "Pero la crisis catalana ha hecho que Ciudadanos haya podido trasladar a Espa?a su t¨¢ctica catalana", a?ade.
6. La niebla catalana ha impedido m¨¢s normalidad. Catalu?a ha sido la gran generadora de niebla de la legislatura. Los nuevos partidos han vivido un destino opuesto. Ciudadanos ha salido reforzado de su buen resultado. Podemos ha sufrido los virajes en un asunto tan importante. La polarizaci¨®n pol¨ªtica en Catalu?a y en Espa?a est¨¢ en niveles hist¨®ricos, seg¨²n los datos de Rodr¨ªguez Teruel. El movimiento hacia los extremos de los votantes ha provocado que los dos grandes partidos no solo deban preocuparse del centro para ganar: "En Espa?a la competencia siempre hab¨ªa sido centr¨ªfuga, no centr¨ªpeta. PP y PSOE siempre han luchado por el elector de centro, esperando que el elector m¨¢s extremo les votara por voto ¨²til", dice Rodr¨ªguez Teruel.
7. El Congreso s¨ª es m¨¢s representativo. La llegada de los partidos nuevos al Congreso de los Diputados tuvo un efecto inmediato: lo hizo m¨¢s representativo, que era una de las c¨¦lebres peticiones del 15-M. La brecha que hab¨ªa entre los diputados y la sociedad antes de las elecciones de diciembre de 2015 decreci¨®: el cambio no fue brusco, pero la imagen y los perfiles de los diputados hoy son algo distintos.
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