El retrete que dividi¨® a los vecinos de un pueblo de Ourense
El desacuerdo sobre la instalaci¨®n de un v¨¢ter p¨²blico y unas pistas deportivas cerradas en un parque pone en jaque la gobernabilidad del Ayuntamiento ourensano de Ribadavia
El desacuerdo sobre la instalaci¨®n de un v¨¢ter p¨²blico y unas pistas deportivas cerradas en un parque pone en jaque la gobernabilidad del Ayuntamiento ourensano de Ribadavia (5.000 habitantes) presidido en minor¨ªa por el PSOE. El ¨²nico concejal de la marea ciudadana Ribeiro en Com¨²n (RenC), Brais Fidalgo, ha registrado una moci¨®n de censura, a¨²n consciente de que no prosperar¨¢: necesitar¨ªa el respaldo del tambi¨¦n ¨²nico concejal del BNG que no la secunda. No obstante, Fidalgo ha querido dejar patente su rechazo al ¡°modo dictatorial¡± que asegura que utiliza el regidor, Ignacio G¨®mez, tomando decisiones ¡°unilaterales y contrarias a los acuerdos¡± alcanzados con ¨¦l, con cuyo voto o abstenci¨®n han prosperado hasta ahora los presupuestos municipales en una corporaci¨®n en la que PSOE (la lista m¨¢s votada) tiene, como el PP, cinco ediles y en la que RenC, BNG y Compromiso por Galicia (que respalda al grupo de gobierno) poseen uno cada uno.
El asunto del inodoro ha sido para Fidalgo ¡°la gota que ha colmado el vaso¡± de su paciencia pol¨ªtica: el alcalde no ha incluido esta obra en el proyecto de reforma del Parque dos Xardinillos, ubicado en el entorno hist¨®rico del municipio. En su lugar, sostiene el concejal, ha proyectado dos minipistas deportivas ¡°que roban espacio natural y que no eran necesarias: hay muchos otros sitios en los que hacer deporte¡±.
La reforma de la discordia incluye la reurbanizaci¨®n de la zona de juegos (la instalaci¨®n de un castillete con torre para ni?os de 2 a 12 a?os, canastas de baloncesto y porter¨ªas de balonmano), pavimentaci¨®n de las zonas peatonales y divisi¨®n del arenero en dos partes; una de pavimento reciclado en color rojo y otra de juegos en la que se mantiene la arena. Y Fidalgo asegura que el regidor incumple el compromiso plenario. ¡°Destinar¨¢ una partida de 58.000 euros de los planes provinciales de la Diputaci¨®n a instalar las dos minipistas que reducir¨¢n a la mitad el arenero de la zona infantil en donde pondr¨¢ suelo de caucho¡±, protesta el edil. Junto a ello, alerta de que las peque?as canchas se construir¨¢n en una zona colindante al entorno patrimonial de la iglesia y convento de Santo Domingo.
¡°No es el lugar m¨¢s adecuado¡±, sostiene el edil de la marea ciudadana apelando al valor hist¨®rico del entorno de este parque para el que insiste en reclamar ¡°m¨¢s plantas, m¨¢s ¨¢rboles y menos cemento porque creemos que debe parecerse m¨¢s a un jard¨ªn, como indica su nombre, y menos a un almac¨¦n¡±. Pero, sobre todo, Fidalgo insiste en la necesidad del v¨¢ter p¨²blico.
La suya no es la ¨²nica protesta. Usuarios de este espacio verde, integrados en una plataforma por la defensa del parque que ha realizado una recogida de firmas en Change.org, aseguran que esta es la mejor zona de esparcimiento del pueblo. Precisan que fue arreglada hace solo tres a?os, pero ahora, sostienen, "el alcalde plantea otras obras con las que meter¨¢ a los ni?os en jaulas para que jueguen a la pelota y no molesten y nosotros creemos que a convivir se aprende conviviendo y que los padres deben vigilar que los ni?os jueguen sin molestar, sin necesidad de encerrarlos¡±.
El colectivo ciudadano reconoce tambi¨¦n que la inclusi¨®n del v¨¢ter en el proyecto era importante. ¡°Lo reclaman constantemente las abuelas que suelen acompa?ar a los nietos al parque¡±. ¡°No sabemos a qui¨¦n habr¨¢ consultado el alcalde para cambiar el proyecto pero a nosotros, que vamos siempre, desde luego que no¡±, protestan.
La plataforma ha registrado en el Ayuntamiento un millar de firmas reclamando al regidor que d¨¦ marcha atr¨¢s y acate el compromiso alcanzado por unanimidad en el pleno de diciembre de 2016 mientras que RenC, BNG y PP han presentado una moci¨®n conjunta que ha forzado a la corporaci¨®n a aprobar la paralizaci¨®n del proyecto modificado por la junta de gobierno: siete votos contra los seis que suman PSOE y Compromiso por Galicia.
G¨®mez expresa su perplejidad por la dimensi¨®n que est¨¢ alcanzando este asunto. ¡°Hay un grupo de vecinos que empez¨® a movilizarse diciendo que ¨ªbamos a talar los ¨¢rboles, lo cual no es cierto, y ahora piden que se incluya el aseo p¨²blico y se supriman las dos minipistas que nos reclaman las madres que llevan a diario a los ni?os al parque¡±, argumenta justificando su negativa a dar marcha atr¨¢s.
Afirma el alcalde que la reforma obedece a la petici¨®n de sus vecinos de ¡°propiciar espacios en el parque la convivencia en armon¨ªa de jubilados y menores¡± y asegura que las dos peque?as pistas cerradas tienen como finalidad ¡°evitar los balonazos por los que protestan los mayores y permitir, al mismo tiempo, que los ni?os puedan jugar con la pelota¡±. Asegura que cuenta con el visto bueno de Patrimonio y que la partida no es de 58.000 euros, sino de 54.999 ¡°de los que solo 37.000 son para ejecuci¨®n de obra¡±. Los v¨¢teres p¨²blicos, sostiene, ¡°nos costaban 20.000 euros, por eso decidimos ejecutarlos nosotros con nuestro personal en un nuevo proyecto y emplear la partida de los planes provinciales en la necesaria reurbanizaci¨®n del parque¡±.
Vecinos y oposici¨®n matizan las palabras del regidor. Sostienen que aunque el informe de Patrimonio es favorable, alerta de que en el proyecto ¡°se echa en falta un plan director de actuaciones que regule los usos y unifique criterios de soluciones constructivas y materiales evitando la improvisaci¨®n¡±.
G¨®mez est¨¢ convencido de que la pol¨¦mica obedece al ¨²nico objetivo de desestabilizar al gobierno socialista que preside. En su opini¨®n, Ribeiro en Com¨²n ¡°le est¨¢ haciendo el juego al baltarismo [el sector del PP encabezado por el presidente de la Diputaci¨®n y del partido en la provincia de Ourense]¡± y precisa que ¡°el verdadero beneficiado de esta operaci¨®n es el PP de Ribadavia" encabezado por el exasesor de Baltar y diputado auton¨®mico C¨¦sar Fern¨¢ndez ¡°que ya plante¨® hace unos meses otra moci¨®n de censura que no prosper¨®¡±. ¡°No se trata del parque, ni del v¨¢ter, ni de las minipistas, sino solo del poder local¡±, zanja el alcalde dispuesto a mantener el pulso.
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