Un pacto sobre el agua cuando no hay agua
El compromiso del PP y el PSOE de negociar un acuerdo nacional sobre los recursos h¨ªdricos llega tras a?os de luchas entre regiones y con los embalses en m¨ªnimos hist¨®ricos
Si en vez de gotas de agua por los r¨ªos corrieran monedas quiz¨¢s se entender¨ªa mejor el conflicto. Porque, en realidad, de eso se trata: de un agua que, si se tiene, enriquece a unas comarcas que ven florecer sus tierras y engordar sus bolsillos y, si no se tiene, resquebraja la tierra y la despuebla.
Las direcciones nacionales de PP y PSOE sostienen que est¨¢n dispuestas a intentar cerrar en esta legislatura un pacto del agua. Si lo logran, ser¨ªa algo in¨¦dito en un conflicto que arrastra desde hace d¨¦cadas los mismos enfrentamientos entre comunidades por un recurso ya escaso y que, si se cumplen los pron¨®sticos ligados al cambio clim¨¢tico, lo ser¨¢ a¨²n m¨¢s. "Los informes del IPCC [el grupo de expertos que bajo el paraguas de la ONU analiza los impactos del calentamiento] pronostican un 20% menos de lluvias en el Mediterr¨¢neo sur", recuerda Hugo Mor¨¢n, secretario federal de Medio Ambiente del PSOE. Por eso Mor¨¢n cree imprescindible ligar cualquier pacto sobre el agua al cambio clim¨¢tico. "Necesitamos una ley de transici¨®n hidrol¨®gica", resume.
La llamada al pacto llega en un momento de profunda sequ¨ªa. El d¨¦ficit pluviom¨¦trico, que se arrastra desde 2014, ha llevado a los embalses a una situaci¨®n in¨¦dita desde 1995. Esta semana los embalses de la Pen¨ªnsula estaban al 41,5%, 20 puntos menos que la media de la ¨²ltima d¨¦cada. "La sequ¨ªa nos recuerda la importancia del problema", indica la secretaria de Estado de Medio Ambiente, Mar¨ªa Garc¨ªa, sobre la posibilidad de cerrar un pacto nacional.
Los presidentes de la Comunitat Valenciana y de Castilla-La Mancha, los socialistas Ximo Puig y Emiliano Garc¨ªa-Page, se reunieron hace una semana y concluyeron: el tiempo de las "guerras del agua est¨¦riles" ha terminado. Ambos, que representan a dos comunidades enfrentadas hist¨®ricamente por el agua, resaltaron la necesidad de llegar a un verdadero acuerdo nacional.
Esa es tambi¨¦n la intenci¨®n que dice tener el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentaci¨®n y Medio Ambiente, que lleva desde el verano reuni¨¦ndose con diferentes colectivos para tratar de montar el pacto. Ahora empieza la fase de las reuniones con los grupos pol¨ªticos. Y el ministerio ha empezado por su propio partido, el PP, para tratar de unificar el discurso. Porque este conflicto por el agua no es de siglas, sino de territorios, de autonom¨ªas con intereses enfrentados al margen de qu¨¦ partido las gobierne.
Quiz¨¢s el mejor ejemplo sea el trasvase del Tajo al Segura. En Castilla-La Mancha, de donde sale el agua, los partidos no ven con buenos ojos que se siga utilizando esta infraestructura ¡ªque data de finales de los setenta del siglo pasado¡ª; mientras en Murcia, una de las comunidades que reciben el agua, PSOE y PP consideran irrenunciable el trasvase y se manifiestan junto a los regantes y en contra de la gesti¨®n del ministerio. El trasvase est¨¢ oficialmente parado desde mayo porque los dos embalses de la cabecera del Tajo tienen tan poca agua que la ley no permite sacar m¨¢s. En estos momentos contienen 236 hect¨®metros c¨²bicos ¡ªest¨¢n a poco m¨¢s del 9%¡ª y tendr¨¢n que casi duplicar el agua embalsada para que se pueda volver a trasvasar.
Si se habla de un pacto del agua es imprescindible hablar del regad¨ªo. "La agricultura consume el 80% del agua del pa¨ªs y su peso en el PIB es cercano al 4%", recordaba un reciente informe del Observatorio de la Sostenibilidad, que propon¨ªa "la paralizaci¨®n de los planes de nuevos regad¨ªos".
Seg¨²n el Informe sobre los Regad¨ªos en Espa?a, elaborado por el ministerio, la superficie para este tipo de cultivos ¡ªla forma de producir m¨¢s intensiva y rentable¡ª ha crecido casi ininterrumpidamente en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Entre 2005 y 2015, aument¨® un 9,3%, hasta superar los 3,6 millones de hect¨¢reas. Aunque durante este siglo se ha acometido una labor de modernizaci¨®n de los regad¨ªos para que consuman menos agua, en ese mismo periodo ¡ªseg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica¡ª no se ha reducido; al rev¨¦s, el consumo total ha aumentado un 2,8%. Entre 2005 a 2015 s¨ª se redujo un 4,7% el agua que emplean los regad¨ªos procedente de embalses y r¨ªos; pero las aportaciones desde los acu¨ªferos crecieron un 33% y las de otras fuentes ¡ªcomo la desalaci¨®n¡ª un 84%.
Y esto sin contar con las captaciones ilegales. "En Espa?a hay medio mill¨®n de pozos ilegales", lamenta Eva Hern¨¢ndez, responsable del programa de Agua y Agricultura de WWF.
Hern¨¢ndez ha participado en algunas de las reuniones del ministerio para preparar el pacto. Y se queja de un problema de ra¨ªz: ¡°No hay un an¨¢lisis previo de la situaci¨®n¡±. El ministerio, sin embargo, sostiene que ha querido recoger las aportaciones de todos antes de comenzar a elaborar un texto. "No nos cerramos la puerta a nada", dice la secretaria de Estado.
Normativa europea
El ministerio quiere articular el acuerdo a partir de cuatro ejes: la "atenci¨®n de los d¨¦ficits h¨ªdricos, haciendo hincapi¨¦ en las infraestructuras, la optimizaci¨®n de los regad¨ªos y la adopci¨®n de medidas encaminadas a conseguir un mayor ahorro"; la puesta en marcha de los planes de gesti¨®n de inundaciones; el cumplimiento de objetivos ambientales como la depuraci¨®n de las aguas residuales; y medidas sobre la "gobernanza del agua".
En los tres ¨²ltimos puntos (los que no hacen referencia al regad¨ªo), b¨¢sicamente se trata de cumplir con las directivas de la UE. Espa?a acumula una ristra de denuncias de la Comisi¨®n Europea y de condenas del Tribunal Europeo de Justicia por no depurar el 100% de las aguas residuales urbanas. "Espa?a tambi¨¦n debe cumplir con las directivas sobre inundaciones", a?ade Hern¨¢ndez, que se muestra muy pesimista sobre un posible acuerdo del agua. "Si se basa en los planes hidrol¨®gicos de las cuencas aprobados ser¨¢ un error", concluye. "Estos planes prev¨¦n m¨¢s de 700.000 hect¨¢reas nuevas de regad¨ªos".
El ministerio, por su parte, defiende esos planes de cuenca y la necesidad de seguir modernizando las 800.000 hect¨¢reas en las que a¨²n no se han instalado los sistemas de regad¨ªos m¨¢s eficientes. Y no descarta que el hipot¨¦tico acuerdo desemboque en un nuevo plan hidrol¨®gico nacional ¡ªalgo que el PP en solitario no podr¨ªa ahora aprobar en el Congreso¡ª. El vigente plan data de 2001, cuando gobernaba el PP. Pero fue modificado por el PSOE en 2005 tras volver a La Moncloa. El principal cambio fue la eliminaci¨®n del pol¨¦mico y millonario trasvase del Ebro, que el PP hab¨ªa proyectado y que el PSOE suprimi¨® apostando por la desalaci¨®n. Un buen resumen de los vaivenes en la pol¨ªtica del agua en la que ha vivido inmersa Espa?a en las ¨²ltimas d¨¦cadas.
El regad¨ªo volvi¨® a crecer en 2017
El pasado fue un a?o negro para las reservas de agua, que alcanzaron el nivel m¨¢s bajo desde la gran sequ¨ªa de 1995. Adem¨¢s, fue el octavo a?o hidrol¨®gico con menos precipitaciones desde 1981. Pero, pese a estas condiciones extremas, la superficie de regad¨ªo volvi¨® a aumentar en Espa?a.
As¨ª se desprende de la Encuesta sobre Superficies y Rendimientos de Cultivos del Ministerio de Agricultura, que se hace todos los a?os entre mayo y agosto. Cuando se realiz¨® la ¨²ltima encuesta hab¨ªa 3.721.164 hect¨¢reas de regad¨ªo en Espa?a. Al comparar los datos de 2016 y 2017 se aprecia un incremento del 1,8% de la superficie de cultivo dedicada al regad¨ªo, mientras la de secano cae ligeramente. Lo que no se puede conocer a¨²n es el empleo de agua para el regad¨ªo del pasado a?o, ya que los ¨²ltimos datos oficiales ¡ªdel INE¡ª datan de 2015.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.