La l¨®gica del desaf¨ªo
Sin el arriesgad¨ªsimo recurso del Gobierno al Tribunal Constitucional, nos hubi¨¦ramos encontrado con una reedici¨®n del comportamiento de la mayor¨ªa del Parlament en los d¨ªas 6 y 7 de septiembre
Los comentarios sobre la declaraci¨®n institucional de Roger Torrent vienen a coincidir en dos puntos: mantiene el reto a las instituciones del Estado, manteniendo la candidatura de Puigdemont a la presidencia de la Generalitat, y al mismo tiempo abre la puerta a la indeseable continuidad de la vigencia del art¨ªculo 155. De esta manera su rigidez contribuir¨ªa a hacer inevitable una soluci¨®n adversa para los intereses del independentismo catal¨¢n que ¨¦l mismo profesa. Salvo, por supuesto, que Puigdemont cancele su propia candidatura o que el Tribunal Constitucional cambie de posici¨®n y avale la presentaci¨®n del expresident en la sesi¨®n de investidura, lo cual tambi¨¦n parece poco probable.
Tal vez convendr¨ªa mirar este ins¨®lito episodio desde otro punto de vista: salvo excepciones como la hecha p¨²blica por Tard¨¢ (y Rufi¨¢n), la prioridad para amplios sectores del independentismo, y en particular para sus cuadros dirigentes, no consiste en normalizar las instituciones catalanas bajo su control, sino en relanzar el proc¨¦s evitando en lo posible los catastr¨®ficos errores que llevaron al 21-D. Su f¨®rmula ser¨ªa, o ha sido, la cancelaci¨®n f¨¢ctica del 155, por medio de un desaf¨ªo al orden constitucional tan reiterado como encubierto en la superficie dentro de lo posible. El primer discurso de Torrent fue una simple cortina de humo. Recordemos que sin el arriesgad¨ªsimo recurso del Gobierno al Tribunal Constitucional, nos hubi¨¦ramos encontrado con una reedici¨®n del comportamiento de la mayor¨ªa del Parlament en los d¨ªas 6 y 7 de septiembre: una modificaci¨®n de ¨²ltima hora del Reglamento por esa mayor¨ªa de cara a la investidura, sin tiempo ya para recursos al Constitucional, autorizando el procedimiento telem¨¢tico o la presentaci¨®n delegada, de suerte que el gobierno tendr¨ªa delante el hecho consumado. Alg¨²n comentarista ha definido como mafioso el comportamiento del Gobierno, pero es que no resulta f¨¢cil jugar una partida pol¨ªtica con alguien que tiene ya las cartas marcadas.
As¨ª las cosas, aun cuando el objetivo principal, la elecci¨®n de Puigdemont, no ha sido logrado, se mantiene el pulso con unas instituciones que desde la alocuci¨®n de Torrent se encuentran ya descalificadas, y sometidas a la preeminencia de la "soberan¨ªa" del Parlament. Un pulso del cual esperan Torrent y los suyos un creciente desprestigio del TC y del Gobierno, a falta de una rectificaci¨®n del primero, para llegar en condiciones de superioridad, en cuanto a imagen de legitimidad, ya que no legales, para el d¨ªa cercano del enfrentamiento final.
Y como Torrent mantendr¨¢ sus principios, si todo sigue igual, la sesi¨®n tendr¨¢ lugar al modo de septiembre, con la mayor¨ªa "soberana" del Parlament imponiendo al ya candidato. Catalunya contra Espa?a: no van a cambiar. La desobediencia es barata.
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