Mijas, laboratorio de la bisagra naranja
Ciudadanos presume gesti¨®n en la localidad malague?a, donde se apoy¨® primero en el PP y luego en el PSOE
Unas exuberantes flores naranjas decoran la fachada del Ayuntamiento de Mijas (M¨¢laga). No porque haya ordenado plantarlas el alcalde de Ciudadanos en un delirio norcoreano, pero la expresi¨®n floral recrea una cierta propaganda subliminal, una primavera pol¨ªtica que identifica igualmente la pulsera que Juan Carlos Maldonado lleva puesta en su mu?eca derecha a semejanza de un talism¨¢n.
Suya es la responsabilidad de gestionar el municipio m¨¢s importante donde gobierna el partido de Albert Rivera. Porque Mijas aloja 80.000 vecinos y abarca 150 kil¨®metros cuadrados. Una orograf¨ªa en cremallera del litoral a la monta?a en la que residen 11.000 brit¨¢nicos y en la que se arraigan 12 campos de golf como si fueran oasis de hierba mullida.
El cosmopolitismo enciclop¨¦dico -125 nacionalidades- coexiste con veneraci¨®n tot¨¦mica del burro. No ya por la escultura de bronce en la que se encaraman los guiris, sino porque el burro-taxi a disposici¨®n de los vecinos y los for¨¢neos proporciona un m¨¦todo de transporte genuino y representa al mismo tiempo la alegor¨ªa de Ciudadanos en este laboratorio pol¨ªtico de la Cost Azul: terco, constante, lento y seguro.
¡°Nosotros somos el reflejo de la pol¨ªtica nacional de Ciudadanos¡±, concede Maldonado en su despacho. ¡°Trasladamos a la ciudad los valores de la regeneraci¨®n, la transparencia, el reformismo. Somos progresistas en los asuntos sociales y liberales en los econ¨®micos. Estimulamos la actividad empresarial. Hemos bajado los impuestos. Hemos dejado la deuda en cero. Y podemos decir que el desempleo de Mijas no sobrepasa el 11-12%, de forma que los vecinos aprecian el resultado directo de la gesti¨®n¡±.
?D¨®nde gobierna Ciudadanos?
Una de las razones que explican el ¨¦xito de Ciudadanos consiste en que no se ha desgastado en el ejercicio del poder. Facilita que los hagan otros partidos, tanto en la pol¨ªtica nacional ¨CRajoy- como en las comunidades aut¨®nomas? ¨CMadrid, Andaluc¨ªa¡- y los ayuntamientos, pero no se expone demasiado a la gesti¨®n directa. Y no lo hace en ninguna capital de provincia.
Hay unas cuantas excepciones del ¨¢mbito municipal. Y Mijas (M¨¢laga) es el caso m¨¢s elocuente por el tama?o y la poblaci¨®n, pero tambi¨¦n hay alcaldes naranjas en otros 76 ayuntamientos. La comunidad m¨¢s f¨¦rtil consiste en la de Castilla y Le¨®n (52). Le siguen la Comunidad de Valencia (9). Los dem¨¢s alcaldes se reparten en Andaluc¨ªa (5), Castilla la Mancha (4), Extremadura (3) y Arag¨®n.
La Comunidad de Madrid tambi¨¦n forma parte de mapa (tres alcaldes), pero Ciudadanos fue desalojada de Valdemoro, de forma que su enclave estrat¨¦gico m¨¢s representativo es el municipio de Arroyomolinos (28.000 habitantes).
Presume Maldonado de haber sacado por primera vez a licitaci¨®n la recogida de basuras en 40 a?os. Y se jacta de una ciudad limpia y segura, aunque la oposici¨®n "popular" denuncia el aumento de la criminalidad en un 12% el pasado ejercicio, del mismo modo que reprocha a Ciudadanos una excesiva lentitud en resolver las emergencias cotidianas, desde los eventuales socavones urbanos hasta la par¨¢lisis de la flota de coches municipales porque no se han llevado a la ITV.
A cambio, la simpat¨ªa que despierta el alcalde puede comprobarse paseando a su lado por la acr¨®polis de Mijas. Se le acercan las se?oras mayores (¡°qu¨¦ guapo eres¡±). Y estrechan su mano los comerciantes, aunque la conversaci¨®n entre callejuelas empedradas y casas ¡°ensabanadas¡± evoca una escena del El show de Truman, como si los periodistas llegados de Madrid particip¨¢ramos de un montaje en el que se han implicado vecinos y figurantes en la descripci¨®n de un municipio ideal.
?Realmente lo es? Difiere de tanta euforia ?ngel Nozal, contrafigura de Maldonado en el Ayuntamiento, l¨ªder del PP en Mijas y protagonista de cuatro imputaciones entre las que sobresale una escandalera por haber intentado, se supone, comprar la voluntad de un concejal podemista como pretexto de una moci¨®n de censura al se?or Maldonado. Ya se ocup¨® de denunciar la fechor¨ªa el propio Albert Rivera en un tuit, pero Nozal conf¨ªa en su plena absoluci¨®n ¨C¡°no ha sido m¨¢s que un vulgar montaje¡±- tanto como denuncia el m¨¦todo de aniquilamiento pol¨ªtico del que se vale Cs para abrirse camino a codazos entre el PP y el PSOE.
¡°Estoy desenando que se celebre un juicio oral para dejar en evidencia una campa?a de desprestigio miserable, pero, mientras tanto, Ciudadanos consolida su marca de partido impoluto y contundente con la corrupci¨®n, multiplicando condenas preventivas y dejando fuera de juego a pol¨ªticos que somos honestos. Nadie puede decir que me haya llevado un euro. Me repugna que Maldonado me trate de corrupto. El es un oportunista, un cuerpo extra?o en Ciudadanos, un arrepentido del PSOE¡±, nos explicaba ?ngel Nozal en la cafeter¨ªa as¨¦ptica de un centro comercial de Mijas.
Maldonado fue miltante del PSOE hasta 2014 y quiso ser candidato a la alcald¨ªa desde las filas socialistas, aunque su derrota en las primarias? no le impidi¨® reciclarse como aspirante de Ciudadanos. Su nuevo partido ¨²nicamente obtuvo cinco concejales en los comicios municipales de 2015, pero el duelo hist¨®rico e hist¨¦rico del PP (11 asientos) y el PSOE (7), m¨¢s la posici¨®n gregaria de la marca podemista (2), precipitaron que terminara con el bast¨®n de mando.
Es un argumento premonitorio de cuanto puede suceder en la pol¨ªtica nacional, aunque el pacto de Mijas representa un caso extremo de equilibrismo porque Maldonado gobern¨® con Nozal los primeros meses y despu¨¦s lo hizo con los socialistas, sublim¨¢ndose o engras¨¢ndose hasta extremo definitivos la f¨®rmula de la bisagra naranja y del posibilismo. Ciudadanos es el fiel de la balanza, el mercurio del term¨®metro, entre el pragmatismo y la ambig¨¹edad.
¡°Dejamos de trabajar con el PP porque no pod¨ªamos dar amparo a la corrupci¨®n y porque Nozal quer¨ªa convertir Mijas en su cortijo", explica Maldonado. "Representamos la nueva pol¨ªtica. Y la nueva pol¨ªtica quiere decir regeneraci¨®n y capacidad de pacto. Por eso, despu¨¦s de haber roto con el PP y de haber gobernado en minor¨ªa casi seis meses, entendimos que un acuerdo con el PSOE iba a garantizar estabilidad al municipio. Hemos aprobado sin problema cada a?o los presupuestos. Hemos inculcado la transparencia. Hemos incorporado a los vecinos y sus inquietudes. Nos acusan de lentos, pero lentos quiere decir respetar los plazos administrativos, licitar las obras p¨²blicas con escr¨²pulo, garantizar la honestidad de los concursos. Nozal era m¨¢s impulsivo, naturalmente. Cuando fue alcalde entre 2011 y 2015, todo lo decid¨ªa r¨¢pido y a dedo¡±.
La versi¨®n de Nozal es diferente. Muy diferente. Sostiene en primer lugar que el PSOE y Cs ya ten¨ªan entre manos un acuerdo entre ellos antes de formalizarse la investidura de Maldonado, pero sobre todo atribuye a su rival pol¨ªtico una gesti¨®n negligente, despectiva con la oposici¨®n, herm¨¦tica, acus¨¢ndole incluso de privatizaciones encubiertas -la externalizaci¨®n de la gesti¨®n deportiva, dice- y de no haber ejecutado el presupuesto municipal, m¨¢s o menos como si el inmovilismo fuera el camino para evitar cualquier peligro de corruptela.
¡°Hemos saneado las cuentas¡±, objeta Maldonado. ¡°Y hemos devuelto la confianza a los inversores. Esta ciudad vive del turismo, de los servicios y de los nuevos proyectos urban¨ªsticos. Por ello es necesario ofrecer garant¨ªas de estabilidad y de transparencia. Lentos pero seguros. Como los burros de Mijas¡±, concluye el alcalde del municipio malague?o.
Malague?o es el municipio, pero cuesta trabajo percibirlo. Por las emisoras brit¨¢nicas que peinan la sierra. Por el ajetreo de los jubilados escandinavos en las farmacias. Y porque Mijas -impronunciable en las limitaciones fon¨¦ticas de los for¨¢neos- se antoja una torre de Babel donde las flores naranjas son la premonici¨®n del mesianismo de Rivera.
Ser¨ªa Mijas el invernadero del partido naranja, el laboratorio donde puede escrutarse la realidad nacional, pero es cierto que los vecinos del municipio no quieren sentirse cobayas, sino "ciudadanos" con una vida m¨¢s c¨®moda. Y las encuestas a pie de calle arrojan disparidad de criterios. Hay lugare?os que a?oran los 32 a?os de gobierno socialista. Quienes apreciaban el carisma de Nozal. Y quienes, como los extranjeros, esperan sentirse ahora menos extranjeros.
Stefan, 64 a?os, jubilado, natural de Estocolmo, sostiene que los vecinos de las urbanizaciones ricas, como la suya -en Mijas hay un par de centenares-, han vivido siempre descuidados porque forman parte de la clase "pudiente e invasora", aunque mayores se antojan los problemas de los brit¨¢nicos, sobre todo porque el Brexit los expone a la p¨¦rdida de privilegios sanitarios.?
Maldonado dice haberlos confortado con las mejores garant¨ªas de estabilidad. Igual que sostiene haber aportado a la gesti¨®n del municipio una estabilidad financiera y una garant¨ªa administrativa que incita a los inversores y que convierte el urbanismo en una de las claras expectativas de futuro. Las gr¨²as no le desmienten. Florecen en Mijas tanto como las flores naranjas.
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