La resiliencia de Mariano Rajoy
El peor momento del l¨ªder popular y el mejor de Rivera apuntan tendencias, pero no implican un cambio de orden, m¨¢s all¨¢ de la ¡°defunci¨®n¡± del bipartidismo
El bipartidismo ha muerto...otra vez. Es la conclusi¨®n que arroja, del verbo arrojar, la encuesta del CIS. El que m¨¢s sube (CS) no sube demasiado. Y el que m¨¢s baja (PP) no lo hace de manera elocuente, de tal forma que la aton¨ªa del PSOE -un peque?o retroceso- y el sorprendente y moderado ascenso de Podemos, sobrentiende la coexistencia de cuatro partidos en una servilleta, hasta el extremo de exig¨ªrseles un esfuerzo de coalici¨®n en la que Rivera re¨²ne mayores facultades, precisamente por la versatilidad o ambig¨¹edad de su posici¨®n pol¨ªtica.
Mariano Rajoy tiene buenas razones para alborozarse con el cocinero del CIS. No porque deba dudarse de la alquimia de los fogones, pero s¨ª porque la encuesta publicada este lunes exorciza el sorpasso de la amenaza naranja. Incluso la relativiza a la tercera posici¨®n, cuestion¨¢ndose la variaci¨®n jer¨¢rquica con que otros sondeos predispon¨ªan la hip¨®tesis de Rivera en la Moncloa.
El mejor hipot¨¦tico mejor momento del l¨ªder de Cs y el hipot¨¦tico peor momento de Rajoy no han implicado un cambio de orden. Ni siquiera despu¨¦s del desastre ¡°popular¡± en Catalu?a ni de la victoria de Arrimadas el 21D. Se dir¨ªa que los espa?oles agradecen la firmeza de Rajoy en la aplicaci¨®n del 155. Y que el desgaste de Catalu?a ha tenido un efecto compensatorio en el resto de Espa?a, hasta el extremo de rescatarlo de la catalepsia en que se encontraba.
Deber¨ªa reaccionar Rajoy ahora que el CIS ha conseguido reanimarle. Porque no se trata de un indulto, sino de una severa advertencia. El PP se desangra poco a poco -del 28% al 26% en tres meses- y Ciudadanos adquiere corpulencia progresivamente. De ah¨ª la relevancia que alojan las tendencias y la urgencia de una reacci¨®n. No con soluciones tan populistas ni coyunturales como la prisi¨®n permanente revisable, sino con medidas traum¨¢ticas. La m¨¢s elocuente consiste en una crisis de Gobierno -may¨²sculo suspenso del CIS a los ministros-. Y la m¨¢s improbable acaso sea la m¨¢s propicia al PP: un proceso de abdicaci¨®n al que podr¨ªa poner remedio la candidatura de N¨²?ez Feij¨®o, por mucho que en G¨¦nova se le considere una extravagancia del ¡°apparatchik¡±.
El sondeo es muy descriptivo del decaimiento del PSOE. Pedro S¨¢nchez no logra estimularlo. Y la competencia de Ciudadanos en el ala moderada de su caladero se a?ade a la vitalidad de Podemos. Lejos de penalizarle la estrategia de Catalu?a, el CIS le otorga cierta energ¨ªa. Y permite a Iglesias la ocasi¨®n de pavonearse camino de su reuni¨®n con Rivera del jueves. Difieren en todo menos en la defunci¨®n del bipartidismo. M¨¢s veros¨ªmil ahora que nunca.
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