Los dos alijos de coca¨ªna que acabaron con Sito Mi?anco
La juez Lamela implica al hist¨®rico narco en la introducci¨®n frustrada en Espa?a y Holanda de 4.416 kilos de droga
La nueva organizaci¨®n de Jos¨¦ Ram¨®n Prado Bugallo, Sito Mi?anco, ten¨ªa el mismo grado de especializaci¨®n y reparto de funciones que las anteriores: el transporte, distribuci¨®n y venta de droga, en especial coca¨ªna. Seg¨²n un auto de la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela al que ha tenido acceso EL PA?S, el grupo utilizaba el astillero O Facho, de Cambados, para construir embarcaciones, que en alta mar recog¨ªan los cargamentos de droga de buques nodriza y la transportaban cerca de la costa gallega para traspasarlas a otros barcos, generalmente pesqueros, que no levantasen sospechas. El capo, que contaba con observadores en todo el litoral que alertaban de los movimientos de las fuerzas de seguridad y descargaban los estupefacientes, hab¨ªa realizado una fuerte inversi¨®n en seguridad. Seg¨²n la investigaci¨®n, se gast¨® 700.000 euros en especialistas en telecomunicaciones que prepararon tel¨¦fonos encriptados en que serv¨ªan a los alijadores, siempre ocultos tras alias, a desembarcar los fardos.
Sin embargo, estas medidas de precauci¨®n no fueron suficientes. Las escuchas telef¨®nicas a las que estaba sometido han puesto de relieve que, desde que est¨¢ en situaci¨®n de semilibertad, Prado Bugallo ha intentado introducir en Espa?a dos cargamentos que suman 4.416 kilos de coca¨ªna. El primero, de 3.800 kilos, fue interceptado en noviembre pasado en el carguero Thoran, con bandera de conveniencia de Comoros, a 400 millas de la costa espa?ola entre las islas Azores y Madeira. Para el segundo, de 616 kilos, la red de Sito Mi?anco utiliz¨® un contenedor, que fue aprehendido al mes siguiente en Holanda. Adem¨¢s, las conversaciones grabadas indican que el capo habl¨® con sus colaboradores de introducir 63 kilos de marihuana en Alemania.
Los investigadores tambi¨¦n han detectado grandes movimientos de dinero supuestamente procedente del narcotr¨¢fico. En febrero de 2017, cinco miembros de la red fueron sorprendidos en el aeropuerto de Barajas cuando iban a tomar un vuelo a Bogot¨¢ con un total de 889.000 euros en el doble fondo de sus mochilas. Los pinchazos telef¨®nicos a Luis Enrique Garc¨ªa Arango, uno de los principales colaboradores de Sito Mi?anco, indicaron que estos fondos pertenec¨ªan al famoso narco gallego.
El propio Prado Bugallo en persona utiliz¨® entre noviembre de 2017 y el pasado enero un autom¨®vil Saab 93 con doble fondo para realizar al menos siete transportes de dinero. Los tres que han podido certificarse suman 2,95 millones de euros. La investigaci¨®n ha puesto de relieve, adem¨¢s, que el clan blanqueaba supuestamente sus ganancias a trav¨¦s de una empresa de alquiler de veh¨ªculos de Algeciras, cuyo due?o en la sombra era Sito Mi?anco. Seg¨²n la investigaci¨®n, un concesionario de Marbella le proporcionaba veh¨ªculos a la empresa del narco y le giraba por ¨¦stos facturas con precios hinchados, lo que permit¨ªa a la red introducir sus fondos en el circuito econ¨®mico legal.
En Algeciras, el narco ten¨ªa dos ocupaciones de cara a la galer¨ªa y a la Justicia: por la ma?ana trabajaba en la gesti¨®n de la recaudaci¨®n de una empresa de aparcamientos con negocio en Sevilla, M¨¢laga y Algeciras. Adem¨¢s, durante cuatro meses y medio, por las tardes y en d¨ªas festivos, colaboraba con una ONG de asistencia a enfermos terminales que regenta una congregaci¨®n religiosa en la misma ciudad. Por la noche, dorm¨ªa en el Centro de Inserci¨®n Social (CIS) Manuel Montesinos Molina.
A las puertas de este establecimiento penitenciario, Sito Mi?anco fue interceptado por la ma?ana por agentes de la Unidad contra la Droga y el Crimen Organizado (Udyco) de la Polic¨ªa Nacional. Simult¨¢neamente, 28 colaboradores suyos eran arrestados en Pontevedra (10), M¨¢laga (7), Madrid (6), C¨¢diz (4) y Sevilla (1). La Operaci¨®n Mito, organizada por la juez Lamela, supone el desmantelamiento de la banda, formada por ciudadanos espa?oles y colombianos. En el operativo fueron detenidos al menos dos de sus colaboradores principales, Ramiro Somoza y Juan Antonio Fern¨¢ndez Fern¨¢ndez. El primero fue condenado en 2009 por encabezar la introducci¨®n en Espa?a de cuatro toneladas de coca¨ªna. El segundo fue juzgado junto a Mi?anco por el alijo del Agios Konstantinos, ocurrido en 2001 y por el que ahora cumpl¨ªa condena.
El operativo de este lunes result¨® m¨¢s arriesgado que en otras ocasiones. Un ciudadano colombiano que fue interceptado en una nave industrial que acoge un club de tiro en Alpedrete (Madrid) recibi¨® con disparos a los miembros de Grupo Especial de Operaciones (GEO) que acudieron a detenerle. Dos agentes resultaron heridos, uno por impacto de bala, y otro por las contusiones de dos proyectiles que impactaron en el chaleco antibalas que llevaba. Fuentes policiales se?alan que este individuo reaccion¨® as¨ª por miedo, ya que un presunto miembro del grupo de Sito Mi?anco, Santiago Q. M., fue asesinado a tiros el pasado 29 de enero en la provincia colombiana de Pereira, apenas seis d¨ªas despu¨¦s de regresar de Espa?a. En su primera detenci¨®n por narcotr¨¢fico, en 1991, fueron vitales las delaciones de dos compinches del c¨¢rtel de Cali.
La investigaci¨®n afect¨® tambi¨¦n a Rosa Prado, una de las hijas del capo. Esta no fue detenida, sino que fue requerida por la Polic¨ªa para que asistiera al registro de la inmobiliaria San Saturnino, eje de la supuesta red de blanqueo por la que Sito Mi?anco ser¨¢ juzgado el 27 de febrero. En este juicio, la fiscal¨ªa pide para ¨¦l seis a?os de prisi¨®n y 10 millones de multa.
El antecedente de la N¨¦cora
Seg¨²n fuentes judiciales, el de este lunes es uno de los dispositivos contra el narcotr¨¢fico m¨¢s relevantes de la Audiencia Nacional desde la c¨¦lebre Operaci¨®n N¨¦cora, organizada por el juez Baltasar Garz¨®n en junio de 1990. De aquella macrooperaci¨®n de hace casi 30 a?os, Sito Mi?anco consigui¨® escapar en un primer momento, aunque fue arrestado en enero de 1991, en un chal¨¦ de Pozuelo de Alarc¨®n (Madrid) cuando, cartas n¨¢uticas sobre la mesa y tel¨¦fono sat¨¦lite en la oreja, organizaba el desembarco de 2,5 toneladas de coca¨ªna por la r¨ªa de Arousa. El capo cumpli¨® siete de los 20 a?os de prisi¨®n que le fueron impuestos por aquel alijo. En agosto de 2001, mientras esperaba otra sentencia por tr¨¢fico de hach¨ªs, Sito Mi?anco fue detenido, tambi¨¦n in fraganti, cuando controlaba desde un chal¨¦ de Villaviciosa de Od¨®n (Madrid) el trasvase de cinco toneladas de coca¨ªna desde el mercante Agios Konstantinos a un pesquero en medio del Atl¨¢ntico. Le cayeron 16 a?os y 10 meses de prisi¨®n y 390 millones de euros de multa.
Pese a lo sofisticado de su organizaci¨®n, con especialistas en cada campo del negocio ilegal, a Sito Mi?anco siempre le ha costado delegar. Quiz¨¢ fuera por el hecho de haber empezado desde abajo como piloto de planeadoras, como relata Nacho Carretero en su libro-reportaje Fari?a o quiz¨¢ por puro af¨¢n de control. Lo cierto es que en 2009, estando el capo en la prisi¨®n de Huelva, la Agencia Tributaria descubri¨® y desmantel¨® el entramado societario del que supuestamente se sirvi¨® para blanquear hasta ocho millones de euros procedentes del narcotr¨¢fico. La Audiencia de Pontevedra prev¨¦ juzgarle por estos hechos el pr¨®ximo 27 de febrero.
Los expertos policiales estaban convencidos de que Prado Bugallo, el hijo de una familia de mariscadores furtivos que en los ochenta dio el salto del contrabando de tabaco al hach¨ªs y a la coca¨ªna, corrompi¨® a pol¨ªticos en Espa?a y en Am¨¦rica, y se asoci¨® al c¨¢rtel de Cali, no hab¨ªa escrito su ¨²ltima p¨¢gina en el negocio del narco. Iban bien encaminados.
La charcutera y un revolver para el capo
Un micr¨®fono instalado por la Polic¨ªa con autorizaci¨®n judicial en un chal¨¦ de Vilagarc¨ªa de Arousa (Pontevedra) permiti¨® interceptar en septiembre una conversaci¨®n entre dos de los principales colaboradores de Sito Mi?anco, Manuel Gonz¨¢lez y David P¨¦rez Lago, en la que hablaban de adquirir un revolver supuestamente para Prado Bugallo.
Las pesquisas apuntan a que en esta compra tambi¨¦n estaban implicados Francisco P. J. y Leonor P. A. El primero, conocido por los alias de Samanta o Paquito, se comunicaba con Sito Mi?anco utilizando un tel¨¦fono que encriptaba los mensajes. La segunda figura como titular de una charcuter¨ªa en la L¨ªnea de la Concepci¨®n (C¨¢diz).
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