Expulsadas de su infancia
Cuatro casos de madres menores de edad en tan solo tres meses sacuden a la regi¨®n de Murcia
Murcia se pone en marcha a las seis en punto de la ma?ana, como si alguien accionara un mecanismo. Las campanas de la Iglesia de Nuestra Se?ora del Carmen dan la hora y las calles por las que minutos antes no circulaba nadie se llenan de furgonetas que transportan a peones agr¨ªcolas. Edison Zambrano espera su turno junto a dos chicos de Mali, frente a la sede de la Archicofrad¨ªa de la Sangre, para salir a recoger limones. Oculto bajo varias capas de abrigo, Zambrano da gracias a Dios porque sus suegros cuidan de sus ni?os mientras ¨¦l y su mujer pasan el d¨ªa fuera de casa. ¡°Tenemos una vecina que a veces llama de piso en piso, desesperada, porque le ha salido una faena y no encuentra a nadie que pueda cuidar de su hija. ?C¨®mo va a renunciar a trabajar? Para eso vino a Espa?a¡±, dice Zambrano.
¡°Todo el d¨ªa en el campo, ah¨ª empieza el problema¡±, afirman Janet Flores y su amiga Ruth Quintero. Saben de lo que hablan: ambas son bolivianas y madres solteras, las dos presiden asociaciones que organizan actividades para mejorar la conciliaci¨®n familiar. ¡°Los padres no vuelven a casa hasta la noche y muchos, al no tener abuelos que les puedan ayudar, recurren a conocidos o al hermano mayor para que cuide de los peque?os. A veces no son la mejor influencia o fallan y los peque?os se quedan solos¡±, cuenta Quintero.
La larga ausencia de los padres es una de las presuntas negligencias que se investigan para esclarecer un suceso que ha sacudido a Murcia. Una ni?a boliviana de 11 a?os dio a luz el 2 de febrero en el Hospital Virgen de la Arrixaca. A la espera de las pruebas de ADN, las autoridades apuntan a que el padre es su hermano de 14 a?os. En los ¨²ltimos d¨ªas se han conocido tres casos m¨¢s en Murcia con menores implicadas, con edades de 12, 15 y 16 a?os. Las relaciones sexuales con menores de 16 son constitutivas de delito excepto si ¡°el autor es una persona pr¨®xima a la v¨ªctima por edad y grado de desarrollo o madurez¡±, seg¨²n la ley. El ¨²ltimo caso se produjo en Lorca con una menor de 15 a?os, de nacionalidad ecuatoriana. La polic¨ªa busca al padre, un adulto. La relaci¨®n fue consentida, seg¨²n el diario La Opini¨®n de Murcia, por lo que no se tratar¨ªa de un delito de agresi¨®n pero s¨ª de abuso sexual. El padre era amigo de los progenitores e inquilino de una habitaci¨®n que estos alquilaban en el apartamento familiar.
En Espa?a, 111 menores de 15 a?os fueron madres en 2016; el total ascend¨ªa hace diez a?os a 177 nacimientos, seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE). Murcia fue en 2016 la segunda comunidad de Espa?a con mayor tasa de fecundidad entre menores de 15 a?os: 3,3 nacimientos por cada mil mujeres. La media espa?ola es de 2. La tasa de fecundidad en menores de 15 a?os es cinco veces mayor entre la poblaci¨®n extranjera que entre ciudadanos espa?oles, seg¨²n el INE. La directora general de Familia y Pol¨ªticas sociales del Gobierno de Murcia, M¨ªriam P¨¦rez, considera que en los casos de embarazos en menores ¡°se pueden dar muchos factores causales, uno de ellos puede ser la conciliaci¨®n, aunque no tiene porqu¨¦ ser determinante ni circunscribirlo a la poblaci¨®n inmigrante¡±.
Todas las personas entrevistadas para este reportaje advierten del riesgo de estigmatizar a comunidades de origen extranjero. ¡°Los medios siempre llaman para cosas negativas. ?Por qu¨¦ no me preguntan por casos de ¨¦xito?¡±, se lamenta Mario Aguilar, presidente de la Asociaci¨®n Nuevos Lorquinos, de Lorca. Aguilar es un caso de ¨¦xito: de faenar en el campo pas¨® a ser comercial de Western Union y luego empleado del BBVA. Hoy trabaja en el Ayuntamiento de Lorca. ¡°Somos la tercera generaci¨®n de ecuatorianos que vive en Espa?a, cada d¨ªa estamos haciendo patria¡±, dice Aguilar mostrando orgulloso unas pulseras que lleva con la bandera espa?ola y la de su pa¨ªs de origen. Para ¨¦l, el nivel cultural de los padres es determinante y considera que no es excusa la necesidad de trabajar hasta la extenuaci¨®n: ¡°Transfieren mucho dinero a su pa¨ªs. Si tienes hijos, puedes reducir esta partida¡±.
Generalizar
¡°El otro d¨ªa una persona me dijo que esto pasa porque es normal en mi pa¨ªs. ?Esto no es normal en ning¨²n lado!¡±, exclama Janet Flores. Aguilar concede que en Ecuador ¡°no es nada nuevo¡± que una ni?a sea madre entre los 14 y los 16 a?os. La Organizaci¨®n Mundial de la Salud estima que la tasa de fecundidad de madres adolescentes en Am¨¦rica Latina es de 64 nacimientos por cada mil mujeres, muy por encima de las medias europeas. Sira Vilardell, directora de la entidad catalana Surt de apoyo a mujeres en situaci¨®n vulnerable, confirma que es complejo generalizar a partir de casos excepcionales y tambi¨¦n porque hay culturas, como la gitana, en las que una chica de 17 a?os ya es una mujer que est¨¢ preparada y quiere voluntariamente ser madre. Vilardell a?ade que igualmente influye si el migrante procede de un entorno rural o urbano, aunque tambi¨¦n subraya lo obvio: ser madre a los 11 a?os es una aberraci¨®n en cualquier lugar del mundo. Jaime Taboada, vicepresidente de la Agrupaci¨®n de Asociaciones Bolivianas de Murcia, cree que la sociedad boliviana es especialmente conservadora, sobre todo si son nativos de zonas rurales, y considera que la soluci¨®n pasa por una mejor educaci¨®n sexual en el colegio y por que la Administraci¨®n facilite m¨¢s servicios de cuidado extraescolar.
Las cifras del INE indican un descenso prolongado de madres menores desde 2007 pero F¨¦lix Notario, portavoz de la Sociedad Espa?ola de Medicina de la Adolescencia, se muestra convencido de que la situaci¨®n empeora y que los abusos en el entorno familiar son dif¨ªciles de exponer. ¡°Si no se est¨¢ a pie de calle, no se ve la realidad¡±, argumenta Notario: ¡°Las relaciones son cada vez m¨¢s precoces, pero siguen siendo ni?os, y las pol¨ªticas educativas afectivo-sexuales no est¨¢n dando los resultados necesarios. Hay que generar m¨¢s confianza con el adolescente¡±.
¡°Yo creo que hay m¨¢s casos y no salen a la luz. La familia puede ser un mundo cerrado¡±, dice Jaime Taboada al despedirse del encuentro con EL PA?S en el barrio del Carmen, cerca de donde Edison Zambrano sube a un furg¨®n cada ma?ana para ir al campo.
Familia, colegio y m¨¦dico ignoraban el embarazo
En por lo menos dos de las recientes maternidades en menores sucedidas en Murcia, las familias alegan que desconoc¨ªan el embarazo. Violeta S¨¢ez, docente y miembro del Centro de Iniciativas Juveniles de la Regi¨®n de Murcia (Dinamur), considera que negar la realidad, incluso normalizar una agresi¨®n sexual, es habitual y no duda de que un aspecto clave son los roles preestablecidos: ¡°El embarazo prematuro supone un acto de violencia hacia las ni?as fruto de la ausencia de una correcta coeducaci¨®n. Por eso la ni?a podr¨ªa fantasear que tener un beb¨¦ es como jugar con sus mu?ecas; la sociedad se lo inculca desde peque?a¡±.
En el caso de la menor de 11 a?os, la familia la llev¨® al hospital porque sufr¨ªa dolores en el est¨®mago. La ni?a tambi¨¦n tuvo una visita pedi¨¢trica por "dolores abdominales", pero el m¨¦dico no detect¨® el embarazo, seg¨²n La Opini¨®n. El Gobierno de Murcia ha destinado temporalmente a la ni?a a una familia de acogida y ha asumido la tutela del reci¨¦n nacido mientras se investiga la actuaci¨®n de la pediatra, del colegio, de la familia y del entorno de la v¨ªctima. A F¨¦lix Notario, portavoz de la Sociedad Espa?ola de Medicina de la Adolescencia (SEMA), le cuesta creer que nadie, ni en el colegio ni en casa, viera el embarazo. "A no ser que sea una ni?a muy obesa, el embarazo es evidente". Tambi¨¦n considera que lo normal en un pediatra sensibilizado con la realidad de la violencia de g¨¦nero es comprobar si la paciente est¨¢ embarazada. S¨¢ez defiende que en una clase de 30 alumnos es posible que un embarazo pase desapercibido al maestro. Ra¨²l Molina, compa?ero de S¨¢ez organizando talleres sobre violencia de g¨¦nero en institutos de Murcia, entiende que es dif¨ªcil cambiar la mentalidad de los padres, por eso los profesores tienen una funci¨®n clave en educaci¨®n sexual.
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