Enemigos para siempre
La divisi¨®n entre catalanes ya no es sobre la independencia, sino sobre el tama?o de la ofensa imperdonable que la mitad de Catalu?a ha infligido a la otra
Exactamente el env¨¦s de 1992. En vez de sonrisas, miradas de desconfianza e incluso odio. En vez de consorcios entre administraciones, ruptura de la legalidad y aplicaci¨®n de art¨ªculos de excepci¨®n de la Constituci¨®n. Desplantes en vez de abrazos. Justicia y polic¨ªa, en vez de deporte y trofeos. Ruina, en vez de prosperidad. Solo la fuerza tremenda de la tecnolog¨ªa del Mobile ofrece una apariencia de normalidad.
Catalu?a est¨¢ escindida en dos partes. Las dos son antidem¨®cratas. Las dos son totalitarias, en sus distintas variantes, franquistas, venezolanas, nazis o trumpistas
Algo se ha roto, se dijo hace ocho a?os. Ahora no es algo lo que se ha roto. Todo se ha roto. Esta es una sociedad dividida, desconfiada, en la que unos y otros no se miran a los ojos y cuando lo hacen descubren en el pr¨®jimo la chispa de una profunda e insoportable detestaci¨®n. Ha sido un trabajo lento, persistente y de una diab¨®lica eficacia.
Para crear una mayor¨ªa que consiguiera la secesi¨®n hab¨ªa que presionar hasta el l¨ªmite de lo soportable, aunque fuera con tergiversaciones, mentiras y promesas incumplibles. Para evitarla, hab¨ªa que encastillarse en el m¨¢s absoluto de los inmovilismos. El resultado ah¨ª est¨¢: una Catalu?a escindida en dos mitades que no se pueden ver y, menos a¨²n, pueden hablarse porque no se escuchan ni se entienden en nada.
Hasta este oto?o del desastre la divisi¨®n era por la independencia y el derecho a decidir. Ahora esto se ha superado: la divisi¨®n, todav¨ªa m¨¢s profunda, es por el tama?o de la ofensa imperdonable que una mitad ha infligido a la otra. Una ha intentado una secesi¨®n ilegal salt¨¢ndose el Estatut y la Constituci¨®n. La otra es el bloque del 155, una agresi¨®n al autogobierno que ha procurado porrazos, c¨¢rcel y exilio. Las dos son golpistas a ojos de la contraria. Las dos son antidem¨®cratas. Las dos son totalitarias, en sus distintas variantes, franquistas, venezolanas, nazis o trumpistas.
As¨ª es como los catalanes nos hemos declarado unos a otros enemigos para siempre. De forma que la aut¨¦ntica distinci¨®n que habr¨¢ que hacer a partir de ahora es entre los que quieran trabajar para recuperar el civismo m¨ªnimo que permite vivir juntos y hacer pol¨ªticas juntos y los que quieran persistir excavando en la divisi¨®n y el enfrentamiento.
De momento, a la vista de los ¨²ltimos acontecimientos, pienso que Colau y Torrent siguen trabajando en favor de la divisi¨®n y que Iceta y Coscubiela son de los pocos que trabajan para evitar que nos instalemos en la ¨¦poca de los enemigos para siempre.
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en CATAL?N y en CASTELLANO
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