Se vende proyecto de fin de carrera
Empresas y particulares ofrecen en Internet la realizaci¨®n parcial o total de Trabajos de Fin de Grado y Fin de M¨¢ster, imprescindibles para obtener las titulaciones
¡°Hacemos de principio a fin trabajos finales de grado¡± ¡°Elaboramos tu proyecto de final de carrera¡±, ¡°?Necesitas un TFG o un TFM?¡±. Basta una b¨²squeda r¨¢pida en Internet para encontrar decenas de anuncios como estos, en los que empresas y particulares se ofrecen para realizar todo tipo de trabajos universitarios. Una pr¨¢ctica que, pese a no ser ilegal, les puede convertir en c¨®mplices o cooperantes de una violaci¨®n de los derechos de autor, tal y como apunta la abogada Beatriz Pati?o. Las universidades advierten a los alumnos de que presentar proyectos realizados por terceros, aunque sean originales, constituye un fraude y admiten la dificultad para probar las infracciones.
La mec¨¢nica es casi siempre la misma. A trav¨¦s de un formulario tipo que se puede enviar online e incluso por mensajer¨ªa instant¨¢nea, el alumno solicita presupuesto para su trabajo, que depender¨¢ principalmente de la tem¨¢tica, la extensi¨®n, las referencias bibliogr¨¢ficas y el idioma. En algunos casos, como en el de empresa No Hagas Nada, el precio se puede calcular de inmediato: 700 euros por un trabajo en espa?ol de 60 folios, con interlineado de 1,5, bibliograf¨ªa de Harvard y que incluya de 16 a 20 fuentes. Por ¨²ltimo, seg¨²n el tipo de proyecto, ¡°se asigna la tarea a un colaborador¡±, se?ala Eduardo ¡ªque no quiere revelar su apellido¡ª, uno de los socios de la plataforma, que apunta como los proyectos para grados de humanidades y ciencias sociales son los m¨¢s demandados.
La historia de Eduardo, de 23 a?os, y su empresa se repite en muchos de los casos. J¨®venes que, durante su etapa de estudiantes se dieron cuenta de un nicho de negocio y lo aprovecharon. ¡°Echabas una mano a compa?eros y dedicabas horas a ayudar a alguien. En el momento en que eso se fue convirtiendo en algo m¨¢s sistem¨¢tico, surge la idea. Empezamos con amigos de la facultad¡±, cuenta. Eso fue hace cuatro a?os, ahora tienen 300 colaboradores que, se?ala, son expertos en las materias. Una garant¨ªa de la que presumen las cuatro empresas que accedieron a hablar para este reportaje, frente al ¡°intrusismo¡± y las malas pr¨¢cticas que, insisten, se dan con frecuencia en este tipo de servicios, en referencia, principalmente a los efectuados por particulares. ¡°Nos llegan a diario muchas solicitudes de presupuesto de gente a la que han timado o la han dejado tirada (lo m¨¢s habitual)¡±, advierten en Aprobar sin estudiar a sus clientes, en el primer contacto telef¨®nico.
Las p¨¢ginas de anuncios clasificados en Internet e incluso aplicaciones m¨®viles de venta de art¨ªculos de segunda mano son los lugares donde los particulares ¡ªalgunos de ellos afirman que son profesores¡ª ofrecen sus servicios. Juan Gonz¨¢lez ¡ªnombre ficticio¡ª, es uno de ellos. A sus 27 a?os es diplomado en Educaci¨®n Primaria y tiene un m¨¢ster, pero su empleo actual no tiene que ver con su formaci¨®n. Sus ingresos los completa elaborando trabajos de fin de grado por un m¨ªnimo de 100 euros, un precio por el que una empresa como No Hagas Nada solo redacta nueve p¨¢ginas sin bibliograf¨ªa ni referencias. ¡°Si se cobra muy elevado, se van a otro. Hay competencia¡±, admite Gonz¨¢lez, que desde que comenz¨® a aceptar encargos hace casi un a?o, ha hecho cinco proyectos, aunque reconoce que no coge todos los que le llegan por falta de tiempo.
La delgada l¨ªnea
?Es la actividad de estas empresas un delito? Las compa?¨ªas sostienen que se limitan a atender las demandas de los clientes y recalcan la finalidad did¨¢ctica de sus servicios. ¡°Es como si hay una empresa que vende armas. Un se?or compra una y mata a alguien. Depende del uso que se haga¡±, compara un responsable de Universitarios en apuros, que tambi¨¦n es fundador de otras dos webs similares. Este mismo ejemplo tambi¨¦n lo utiliza Tom¨¢s ?ngel, de Tu TFG, una plataforma en la que, seg¨²n explica, un proyecto de fin de grado cuesta entre 500 y 800 euros y una tesis puede llegar a los 5.000. ¡°Hay gente a la que no le parece ¨¦tico, pero hoy en d¨ªa la ¨¦tica nos la saltamos todo el tiempo¡±, a?ade el joven que, como el resto de responsables, achaca el ¨¦xito de estos servicios a las carencias del sistema educativo.
La tesis de las plataformas es correcta, pero con matices. Si un alumno presenta como suyo un trabajo original realizado por un tercero, el infractor ser¨¢, efectivamente, el estudiante. As¨ª lo explica Beatriz Pati?o, abogada experta en derechos de autor y propiedad intelectual, que sin embargo advierte de que las plataformas que le hayan facilitado el proyecto al cliente pueden incurrir en un il¨ªcito civil o en un delito penal, como cooperador o como c¨®mplice, en atenci¨®n a la interpretaci¨®n que se realice sobre la implicaci¨®n en el tipo penal. ¡°Est¨¢n en una delgada l¨ªnea roja muy quebrantable. No es un acto ilegal por as¨ª decirlo, pero tiene todas las papeletas para serlo. No pueden negar que saben la finalidad para la que se va a destinar ese trabajo, porque lo dicen en su publicidad, pero toda persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario¡±, se?ala la letrada, que destaca la dificultad de que se emprendan acciones legales. ¡°El que compra el trabajo no va a demandar y el que lo hace ¡ªquienes trabajan para estas empresas¡ª tampoco¡±, a?ade.
Otro de los argumentos esgrimidos por algunas de las empresas es que el derecho de explotaci¨®n de los trabajos pasa a pertenecer a los estudiantes en el momento en el que pagan el servicio. En este sentido, Pati?o recuerda que aunque se ceda a terceros la explotaci¨®n econ¨®mica de una obra, el derecho de autor otorga, adem¨¢s, un derecho moral que reconoce al creador, que no es transferible y que le permite tener un control y un poder de decisi¨®n sobre el proyecto, para que se cite su autor¨ªa, aunque ya no tenga los derechos de explotaci¨®n.
Dif¨ªcil de detectar
Los docentes de las siete universidades que han participado en esta informaci¨®n ¡ªComplutense de Madrid, Rey Juan Carlos, Universidad del Pa¨ªs Vasco, CEU Cardenal Herrera, UOC, UNED y UNIR¡ª coinciden en que ni el plagio literal, ni recurrir a terceros en la realizaci¨®n de trabajos universitarios son pr¨¢cticas nuevas. Sin embargo, en opini¨®n de Luis Hern¨¢ndez, vicerrector de Tecnolog¨ªa de la Informaci¨®n de la Universidad Complutense de Madrid, han aumentado y se han mercantilizado en mayor medida en los ¨²ltimos a?os, debido a la implantaci¨®n con el Plan Bolonia de los trabajos de fin de grado y fin de m¨¢ster ¡ªobligatorios para la obtenci¨®n de los t¨ªtulos¡ª y al desarrollo de las nuevas tecnolog¨ªas. De hecho, ninguna de las plataformas que aparecen en este reportaje fueron creadas hace m¨¢s de cinco a?os, seg¨²n sus responsables.
La alta demanda a la que hacen referencia las empresas ¡ªseg¨²n Tu TFG y Universitarios en apuros, entre un 40% y un 50% de sus encargos son elaboraciones de proyectos de fin de grado¡ª, contrasta con la ausencia de casos de falsa autor¨ªa detectados por las siete universidades. ¡°Si el trabajo es original, ese alumno se lo ha estudiado perfectamente, hace una presentaci¨®n perfecta y responde con precisi¨®n a las preguntas, es muy dif¨ªcil de saber¡±, admite Abraham Duarte, vicerrector de Digitalizaci¨®n de la Universidad Rey Juan Carlos. Algo muy diferente a lo que ocurre con los plagios literales, de los que s¨ª hay constancia en las universidades, que cuentan con aplicaciones para su detecci¨®n y que utilizan de manera sistem¨¢tica en la correcci¨®n de los proyectos. En la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) ¡ªun centro de ense?anza a distancia¡ª, sancionan a alrededor de 30 estudiantes por semestre sobre un total de 45.000 y en la UNED ¡ªen los ¨²ltimos cuatro a?os, se han abierto 33 expedientes por este motivo, seg¨²n indica el responsable del Servicio de Inspecci¨®n, Jorge Montes.
A pesar de la dificultad para identificar y probar los casos de plagio que no sean literales, las universidades conf¨ªan en los m¨¦todos actuales para evaluar los trabajos. Adem¨¢s de la tradicional defensa ante un tribunal durante aproximadamente 20 minutos,¡ªun requisito com¨²n a todos los centros, incluso en aquellos de ense?anza a distancia¡ª hay facultades que establecen entregas parciales de los trabajos durante el proceso de elaboraci¨®n y que tienen en cuenta el informe final del tutor del alumno para la nota final. Otras, como la Rey Juan Carlos, han puesto en marcha un programa de formaci¨®n para profesores y alumnos sobre buenas pr¨¢cticas. Con todo, existe un halo de escepticismo en cuanto a conseguir erradicar completamente estas costumbres. ¡°Eso va a pasar toda la vida¡±, asegura con todo resignado Araceli Gar¨ªn, vicerrectora de estudios de grado y de posgrado de la Universidad del Pa¨ªs Vasco.
Una segunda vida
Una vez entregado el trabajo, hay quien como Alejandro ¡ªno quiere desvelar su apellido¡ª decide darle una segunda oportunidad. Graduado en Derecho, este estudiante de m¨¢ster de 31 a?os, vende su TFG sobre la responsabilidad civil aquiliana calificado con un nueve por 149 euros ¡ªaunque ha bajado el precio en varias ocasiones¡ª en una conocida aplicaci¨®n m¨®vil de venta de objetos de segunda mano. Y aunque es la primera vez que lo hace, ya piensa en poner el anuncio de su Trabajo de Fin de M¨¢ster cuando lo acabe.
A Alejandro, la b¨²squeda de trabajos terminados, ya sea para utilizarlos como gu¨ªa o para evitarse la tarea de hacer uno propio no le pilla de sorpresa. De hecho, reconoce que si volviera atr¨¢s, tambi¨¦n lo comprar¨ªa. "Me saldr¨ªa mucho m¨¢s rentable pagarle a alguien 400€ y que me librara de ocho meses de castigo, pudiendo en ese tiempo haber trabajado o haber continuado en una formaci¨®n real de mi carrera mucho m¨¢s ¨²til y pr¨¢ctica", cuenta, mientras sostiene que su tutora le exig¨ªa "lo inexigible".
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