Investigar con una esperanza de vida
Los agentes fueron cautelosos con Ana Julia porque contemplaron siempre la posibilidad de que Gabriel estuviese vivo
"Ya ver¨¢s que van a llamar, van a pedir un rescate y vamos a recuperar a Gabriel", les dec¨ªa cada dos por tres Ana Julia Quezada al padre y a los familiares del ni?o, de ocho a?os, que permaneci¨® desaparecido 12 d¨ªas.
Convertida casi desde el principio en la principal sospechosa de una investigaci¨®n que contempl¨® hasta el final la posibilidad de que el peque?o permaneciera con vida, su protagonismo y sus sobreactuaciones ¡ªobservados por los agentes o trasladados por los familiares¡ª les obligaron a todos a mantener cautelas. "?Y si lo hab¨ªa secuestrado ella y exist¨ªa un tercero que reten¨ªa al menor? Un mal paso nuestro pod¨ªa provocar su muerte", explican.
Quienes han convivido con ella la definen como "una mentirosa compulsiva". Su confesi¨®n, que matiz¨® cuando acudi¨® por segunda vez al escenario del crimen para la reconstrucci¨®n de los hechos fue ¡ªen resumen¡ª la siguiente: Ella sale de casa y dice que el ni?o est¨¢ en el camino que conduce a la casa de sus primos haciendo tiempo porque a¨²n es temprano para molestar. Son las 15.30 del pasado 27 de febrero. Entonces, Ana Julia le invita a ir al cortijo, a la finca de Rodalquilar en la que se estaba haciendo una casa con su padre, ?ngel Cruz. Seg¨²n su testimonio, el ni?o sube voluntariamente al coche. Una vez en la casa, se produce una discusi¨®n. Ella dice que Gabriel la llama negra y que le pregunta que por qu¨¦ no se va a Santo Domingo. Asegura que le ataca con un hacha y que ella se defiende tap¨¢ndole la boca y la nariz hasta asfixiarlo. Despu¨¦s le desnuda, (no sabe porqu¨¦) y le entierra en un hoyo que hace en una zona de la casa donde hay una capa de chinorros en el suelo, lo que hace imperceptibles los movimientos de tierra debajo. Es entonces cuando le da un golpe en la cabeza con la pala al peque?o y tambi¨¦n le disloca una mu?eca al forzar el cuerpo para meterlo en la oquedad que hab¨ªa cavado.
Este testimonio coindice en algunos puntos con lo que de momento se conoce de la autopsia: que el ni?o muri¨® por asfixia y que falleci¨® esa tarde. Pero otros aspectos est¨¢n por comprobar. Este mi¨¦rcoles se hall¨® un hacha en la parte trasera de la casa y la pala. Est¨¢n analiz¨¢ndose. La autopsia aclarar¨¢ si ese golpe (sin herida) que el peque?o tiene en la cabeza lo recibi¨® antes o despu¨¦s de morir.
Pero mucho antes de todo eso, los investigadores se encontraban ante una desaparici¨®n de un ni?o de ocho a?os y no pod¨ªan descartar la posibilidad de que estuviese vivo. En las batidas de la zona, la Guardia Civil mir¨® los pozos de esa finca familiar de Rodalquilar, donde presumiblemente ocurrieron los hechos: "Busc¨¢bamos un ni?o, no un cad¨¢ver bajo tierra", explican. "La casa la revisaron tambi¨¦n los familiares sin encontrar nada" y fue visitada por amigos y conocidos.
Hasta que, finalmente, llegaron los tres errores de Ana Julia, determinantes para resolver el caso. El primero es encontrar una camiseta del ni?o al cuarto d¨ªa de su desaparici¨®n, en un sitio ya rastreado. El segundo fue el d¨ªa en que quiso deshacerse de la ropa del peque?o. "Fue el ¨²nico d¨ªa que se encontr¨® sola, porque la presi¨®n familiar y de los medios era enorme, vio la oportunidad y tir¨® las ropas en un contenedor de vidrio. Ahora se est¨¢n analizando". Los investigadores estuvieron a punto de pillarla ese d¨ªa, porque unos familiares se cruzaron con ella en la carretera y les alertaron. Pero cuando llegaron al lugar solo pudieron ver de d¨®nde sal¨ªa, no qu¨¦ hab¨ªa hecho. A partir de ah¨ª se especul¨® con la posibilidad de que tuviera un c¨®mplice. Incluso se le tom¨® declaraci¨®n a su expareja, Sergio, el due?o del bar que regentaron en Las Negras, pero "ten¨ªa coartada". ?l les cont¨® que ella "se pul¨ªa el dinero" y que "sacaba dinero de la caja para mandarlo a su familia de la Rep¨²blica Dominicana".
Ya estaban a punto de detenerla, "sin ni?o, sin cuerpo, solo con sospechas basadas en indicios", cuando comete el tercer error. Lo hace el mismo d¨ªa que la Guardia Civil les ha pedido a los medios que dejen de seguir a la familia porque est¨¢n agobiados. Le quitan esa presi¨®n a ella, pero alguien le pide las llaves de la finca. Temerosa de que vayan all¨ª de nuevo, ve la oportunidad de cambiar el cuerpo del ni?o de sitio y lo desentierra. Los investigadores creen que se lo llevaba a la otra casa de su pareja, en Puebla de V¨ªcar ¡ªdonde la detuvieron¡ª, para deshacerse del cuerpo.
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