Viaje al origen de los tatuajes maor¨ªes
Las cr¨®nicas de los primeros navegantes europeos del XVIII son las primeras descripciones de la pr¨¢ctica del ¡®moko¡¯ en la actual Nueva Zelanda
Con golpes r¨ªtmicos y repetitivos, los maor¨ªes, los habitantes originarios de Nueva Zelanda, sol¨ªan hacerse tatuajes por todo el cuerpo con una herramienta punzante hecha de hueso de albatros, diente de tibur¨®n o espinas. Tatuarse era un ritual sagrado, llamado tapu, con una serie de pautas: tras el periodo de sangrado y al empezar la cicatrizaci¨®n, no se pod¨ªa comer con las manos, mantener relaciones sexuales ni entrar en guerra. Se dec¨ªa adem¨¢s que a cualquiera que rompiese las reglas se le hinchaba tanto el rostro por las m¨²ltiples escarificaciones en la piel que mor¨ªa asfixiado. Nada de ello ha permanecido, salvo el nombre. Estudios de tatuaje de grandes ciudades ofrecen ahora cat¨¢logos con dise?os maor¨ªes, unos s¨ªmbolos que, seg¨²n la tatuadora e investigadora Paula Mu?oz, poco tienen que ver con lo que significaban para los habitantes primitivos de las islas.
Para llegar a los or¨ªgenes del tatuaje maor¨ª hay que sumergirse en las cr¨®nicas de los primeros navegantes europeos que zarparon hacia las islas del Pac¨ªfico en el siglo XVIII. Mu?oz, de 32 a?os, abord¨® esa tarea despu¨¦s de que un cliente le pidiera un dibujo de esas caracter¨ªsticas. De nombre art¨ªstico Pau Beyondskin, decidi¨® revisar durante m¨¢s de siete a?os los cuadernos de bit¨¢cora del navegante brit¨¢nico James Cook (1728-1779), uno de los principales exploradores del Pac¨ªfico, y los dibujos de Sydney Parkinson, el bot¨¢nico que lo acompa?¨®. As¨ª, logr¨® recuperar gran parte de los primeros documentos que describ¨ªan el proceso y el significado del conjunto de iconos en forma de l¨ªneas, tri¨¢ngulos redondeados y espirales tallados en la piel.
El tatuaje maor¨ª o moko lo efectuaba un tahunga, que ten¨ªa un cargo parecido al de un sacerdote. Mojaba las herramientas en una mezcla untuosa de cenizas de ra¨ªces quemadas que restregaba en los surcos de la piel al tiempo que hac¨ªa preguntas a quien iba s someterse al proceso. Los tatuajes eran de dos tipos: iconograf¨ªas oscuras sobre la piel no tatuada o de color piel sobre fondo negro, llamado puhoro y exclusivo de Nueva Zelanda. Pero, sobre todo, supon¨ªan algo m¨¢s que decorar la piel: estaban totalmente personificados y narraban la historia y la trayectoria geneal¨®gica de cada individuo. Tatuarse era un proceso que se repet¨ªa a lo largo de la vida, a?adiendo cada vez m¨¢s ¨ªconos con significados propios. Por eso, no solo las personas de clase social m¨¢s alta, sino los mayores, eran quienes m¨¢s tatuajes ten¨ªan. Y la zona m¨¢s ornamentada era el rostro.
¡°A trav¨¦s de la iconograf¨ªa facial, se sab¨ªa qui¨¦n era la persona y a quien se hab¨ªa matado¡±, explica Mu?oz durante una conferencia en Casa Asia en alusi¨®n a los mokomokai, las cabezas de jefes maor¨ªes disecadas e intercambiadas por armas de fuego durante la guerra de los Mosquetes, una larga serie de batallas entre los clanes neozelandeses que se extendieron a lo largo de la primera mitad del siglo XIX. Estas cabezas se convirtieron as¨ª en objetos de un comercio que se prohibi¨® en 1831, pero contribuy¨® a surtir de piezas a algunos museos europeos de la ¨¦poca. Hoy, a¨²n se mantiene un programa de repatriaci¨®n para devolver las cabezas maor¨ªes a sus descendientes o, en su caso, al Museo de Nueva Zelanda para que las almacene sin ser expuestas al p¨²blico.
La guerra entre clanes termin¨® en 1840 con el tratado de Waitangi, que determin¨® que Nueva Zelanda pasaba a ser una colonia brit¨¢nica. En las pocas copias que a¨²n se conservan del tratado, las firmas de los dirigentes maor¨ªes son ¨ªconos, los mismos que se pueden observar en los tatuajes, ya que carec¨ªan de lenguaje escrito. Otra prueba de que los tatuajes defin¨ªan a cada individuo. A¨²n no se ha podido establecer el significado exacto de cada s¨ªmbolo.
La investigaci¨®n de Mu?oz abarca los a?os comprendidos entre 1769, fecha del primer dibujo de Parkinson, y 1850, cuando comenz¨® la evangelizaci¨®n de las islas, a cargo de sacerdotes y misioneros que prohibieron los nombres maor¨ªes y la pr¨¢ctica del tatuaje tradicional, pese a lo cual el moko ha llegado hasta hoy en d¨ªa.?
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