Las razones del Supremo para sostener el delito de rebeli¨®n
El tribunal espa?ol quiere llevar a Luxemburgo al veto alem¨¢n de juzgar al expresidente Carles Puigdemont por rebeli¨®n
No ha sentado bien en el Tribunal Supremo que un tribunal regional alem¨¢n (an¨¢logo a una audiencia provincial espa?ola) le imponga que el expresidente Carles Puigdemont no pueda ser juzgado en Espa?a por rebeli¨®n. Fuentes del alto tribunal entienden que se ha ¡°excedido en su cometido¡±. Y que el tribunal alem¨¢n debi¨® ce?irse a lo siguiente: ¡°A mirar si en sus leyes est¨¢n tipificados los hechos que se exponen en el auto de procesamiento del juez Llarena, con independencia de que sean calificados como rebeli¨®n, sedici¨®n, alta traici¨®n o incluso el delito de resistencia que ellos castigan en el art¨ªculo 113 de su C¨®digo Penal. Y no a juzgar sobre el fondo del asunto¡±.
El juez instructor del proceso separatista, Pablo Llarena, plantear¨¢ batalla ante el Tribunal de Justicia de la UE si cuando se acuerde la entrega del pr¨®fugo Alemania persiste en vetar el delito de rebeli¨®n. ¡°Cuando informen de las condiciones, ya veremos las que son y si las aceptamos, o bien si se pone una cuesti¨®n prejudicial ante el Tribunal Europeo de Luxemburgo¡±, se?alan fuentes del Supremo.
Acreditar la violencia, tarea ¡°dif¨ªcil¡± de la fiscal¨ªa
Fuentes del Supremo se?alan que en el juicio a los l¨ªderes del proc¨¦s, que empezar¨¢ este oto?o, la fiscal¨ªa tendr¨¢ que emplearse a fondo, "y no le ser¨¢ f¨¢cil", explican, para acreditar que la violencia del proceso separatista alcanz¨® los caracteres de la rebeli¨®n. Llarena, en su auto de procesamiento, ve violencia de rebeli¨®n, por ejemplo, en las acciones de independentistas que supusieron el destrozo de tres coches de la Guardia Civil y en el asedio a la comitiva judicial que registraba la Consejer¨ªa de Econom¨ªa.
Si la fiscal¨ªa no lograse acreditar la rebeli¨®n, lo que s¨ª est¨¢ ya acreditado en el sumario es el delito de sedici¨®n, que tiene aparejados hasta 15 a?os de c¨¢rcel y que no requiere violencia. ¡°Los separatistas presos en Espa?a pueden ver reducida la rebeli¨®n que ahora se les imputa a la sedici¨®n, castigada con hasta 15 a?os de c¨¢rcel (sin contar los entre ocho y 12 de la malversaci¨®n)¡±. No gusta en el Supremo que Puigdemont pueda beneficiarse penalmente por el hecho de haberse fugado y conseguido, si finalmente la logra, una resoluci¨®n favorable en Alemania. Si as¨ª fuera, el tribunal explicar¨ªa en la sentencia, en caso de ser condenatoria, que Puigdemont es tan culpable como los dem¨¢s de los disturbios separatistas pero que su pena es inferior por imposici¨®n de un tribunal extranjero que se excedi¨® de sus funciones. Luxemburgo tiene la ¨²ltima palabra.
Lo que Alemania ha adelantado de su decisi¨®n es que Espa?a no puede juzgar a Puigdemont por rebeli¨®n, porque este delito exige alzarse ¡°con violencia¡± para modificar las estructuras de un Estado. Y la intensidad de los actos de violencia que sacudieron Catalu?a los pasados meses de septiembre y octubre no fueron de una intensidad como para doblegar al Estado espa?ol.
Desde el Supremo se se?ala que el tribunal regional alem¨¢n que ha dictado esa resoluci¨®n, de acuerdo con la normativa que regula la euroorden, no est¨¢ facultado para valorar la intensidad en s¨ª ni el alcance de unos hechos que no ha investigado. A Luxemburgo ir¨¢ Llarena, en su caso, para que dictamine si el tribunal alem¨¢n ha interpretado correctamente los postulados de la euroorden, partiendo de la base de que principio b¨¢sico debe ser la confianza mutua entre los jueces europeos sobre sus criterios interpretativos.
El citado escrito a Luxemburgo (lo m¨¢s probable es que finalmente Llarena lo interponga) tendr¨ªa un doble efecto: aparte de dilucidar si Alemania ha interpretado correctamente la euroorden, paraliza y deja en suspenso la decisi¨®n del tribunal alem¨¢n, el de Schleswig-Holstein, pero tambi¨¦n evitar¨¢ que Puigdemont siga aireando que la justicia espa?ola le persigue por un delito de rebeli¨®n inexistente. Mientras resuelve Luxemburgo, la acusaci¨®n de rebeli¨®n contin¨²a detr¨¢s del cabecilla del separatismo catal¨¢n.
Fuentes del Supremo insisten en que los pa¨ªses en que se hallan los pr¨®fugos del proc¨¦s no deben entrar a calificar los hechos, solo analizar los relatos de lo ocurrido y ver si esos mismos hechos est¨¢n castigados o no en sus territorios. Llarena imputa delitos de malversaci¨®n, rebeli¨®n y desobediencia a los l¨ªderes separatistas.
Aunque hay dudas en algunos magistrados del Supremo sobre si concurri¨® o no el delito estricto de rebeli¨®n, uno de los motivos por los que Llarena lo muestra en su auto de procesamiento, era porque este delito permite adem¨¢s frenar los intentos de Puigdemont y del resto de cabecillas separatistas de seguir ocupando los mismos cargos p¨²blicos desde los que delinquieron. El delito de rebeli¨®n permite suspender cautelarmente a un cargo p¨²blico encarcelado.
La actitud del l¨ªder de los secesionistas
En el Supremo sigue llamando la atenci¨®n la actitud del principal cabecilla del secesionismo catal¨¢n. ¡°Ni pareci¨® darse cuenta antes de la que se le avecinaba, cuando una y otra vez se saltaba la ley, ni lo parece ahora tras quedar en libertad en Alemania¡±. Su hoja de ruta penal est¨¢ unida a la de sus correligionarios.
Llarena ha investigado los hechos (informes policiales describen 300 hechos violentos en pleno fragor secesionista de los pasados meses de septiembre y octubre) y quiere que el Tribunal de Luxemburgo, como garante de los postulados de la euroorden, dictamine si el tribunal regional alem¨¢n est¨¢ facultado para entrar a valorar si la intensidad de la violencia desplegada esos d¨ªas en Catalu?a alcanz¨® el grado de rebeli¨®n.
Sea como rebeldes o como malversadores (lo que pretende Alemania respecto a Puigdemont), o por ambos, los cabecillas separatistas procesados por el juez Llarena se enfrentar¨¢n en oto?o en la Sala de lo Penal del Supremo a un juicio por hechos muy graves. Incluida la malversaci¨®n de 1,6 millones de dinero p¨²blico para el refer¨¦ndum ilegal del 1-0, castigada con hasta 12 a?os de c¨¢rcel en su forma agravada, y que es por la que ser¨ªa juzgado Puigdemont si finalmente Alemania solo lo entrega por este delito.
Si bien ¡°lo de Alemania cay¨® como un jarro de agua fr¨ªa en el Supremo¡±, puesto que implicar¨ªa un beneficio para quien se parapeta en tribunales europeos, a diferencia de los que se quedaron en Espa?a que est¨¢n presos por ese y otros delitos, fuentes del Supremo entienden que ¡°una entrega por un delito castigado con hasta 12 a?os de c¨¢rcel, no es para que Puigdemont se lo tome a broma y vaya por ah¨ª aparentando que es un preso pol¨ªtico exculpado por la justicia alemana¡±. La intenci¨®n de Puigdemont de que el tribunal alem¨¢n le considerase un preso pol¨ªtico se ha visto frustrada. El tribunal la ha rechazado, y tambi¨¦n lo sit¨²a en el germen que dio lugar al refer¨¦ndum ilegal y los posteriores altercados, m¨¢s all¨¢ de su intensidad. ¡°En el proc¨¦s se han cometido delitos muy graves, la maquinaria judicial est¨¢ en marcha y no hay atajos para la impunidad¡±, advierten fuentes del Supremo.
En el Supremo la actuaci¨®n de Llarena cuenta con el respaldo de sus colegas. De hecho, la sala que revisa sus decisiones, formada por otros tres jueces del alto tribunal, est¨¢ avalando todas sus decisiones, m¨¢s all¨¢ de que haya disparidad de criterios sobre si el delito cometido por los l¨ªderes independentistas es rebeli¨®n o sedici¨®n. En este ¨²ltimo delito (con hasta 15 a?os de c¨¢rcel) no requiere el empleo de violencia y el Supremo cree tenerlo probado. ¡°Basta con que se pruebe un prop¨®sito de modificar las fronteras del Estado al margen de la ley¡±, subrayan fuentes del alto tribunal.
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