La camarera y el due?o de bar Koxka sostienen que no se enteraron de la agresi¨®n de Alsasua
Los agentes forales que auxiliaron a los guardias civiles: ¡°Fue claramente una paliza¡±
La tercera sesi¨®n del juicio del caso de la agresi¨®n a dos guardias civiles y a sus parejas en la madrugada el 15 de octubre de 2016 en el bar Koxka de Alsasua (Navarra) ha estado marcada por los contrastes de las declaraciones de los testigos. Por un lado, la camarera y el due?o del local han afirmado que no vieron ninguna agresi¨®n, altercado o tensi¨®n dentro del establecimiento esa noche, y que solo supieron del ataque cuando vieron al teniente ?scar tirado en el suelo en la calle con el tobillo roto o cuando ya se lo hab¨ªan llevado en ambulancia. Por otro lado, los agentes de la Polic¨ªa Foral de Navarra que acudieron en primer lugar a las puertas del Koxka y realizaron las primeras identificaciones han descrito un ambiente de extrema tensi¨®n, en el que llegaron a temer por su propia integridad. ¡°Fue claramente una paliza¡±, ha manifestado uno de los agentes forales.
En la primera jornada de la vista oral prestaron declaraci¨®n ¨Csolo a sus abogados- los ocho acusados, para quienes la fiscal¨ªa reclama penas de entre 12 y 62 a?os de prisi¨®n para los delitos de lesiones y amenazas con car¨¢cter terrorista. Todos ellos negaron haber participado en el supuesto ataque. El martes testificaron las cuatro v¨ªctimas, que dieron su versi¨®n de la agresi¨®n, identificaron a los acusados como autores de la agresi¨®n, y relataron el ambiente de rechazo y vac¨ªo social hacia la Guardia Civil en Alsasua, localidad de 7.000 habitantes con fuerte implantaci¨®n de la izquierda abertzale. Este mi¨¦rcoles han comenzado a declarar ante la Secci¨®n Primera de lo Penal de la Audiencia Nacional los testigos ajenos a los hechos.
Naira Navarro, camarera durante a?os del bar Koxka, y conocida, como buena parte del pueblo, de la mayor¨ªa de los acusados, ha asegurado que esa noche, cuando estaba tras la barra, no not¨® nada raro en el local. ¡°La primera noticia que tuve fue cuando ya se hab¨ªan llevado al teniente, no me enter¨¦ absolut¨ªsimamente de nada¡±, ha dicho. El Koxka es un local peque?o, apenas una barra y cinco mesas que se retiran por la noche para que la gente pueda bailar. ¡°En ning¨²n momento percibimos que estuviera pasando nada¡±, afirm¨® la camarera.
Las v¨ªctimas aseguraron el martes que Jokin Unamuno -a quien se relaciona con los movimientos abertzales Alde Hemendik y Ospa, que buscan la expulsi¨®n de la Guardia Civil y la Polic¨ªa Nacional del Pa¨ªs Vasco y Navarra- se encar¨® de forma agresiva con ellos, y a continuaci¨®n, un grupo de unas 15 o 20 personas form¨® un pasillo hasta la puerta del bar en el que les propinaron empujones, pu?etazos y patadas. Los agresores se cebaron especialmente con el teniente ?scar, al que siguieron golpeando en la calle.
Naira Navarro no vio ning¨²n altercado. ¡°Hubo gente que se qued¨® dentro del bar y no se enter¨® tampoco de que pasara nada, siguieron de fiesta. Al d¨ªa siguiente al verlo en televisi¨®n fue un poco extra?o porque no hab¨ªamos percibido semejante jaleo¡±. La camarera, sin embargo, s¨ª sali¨® a la calle, donde los agentes forales hab¨ªan detenido al Jokin Unamuno y trataban de evitar que unas 40 personas lo sacaran del veh¨ªculo policial. Con ellos estaba el sargento de la Guardia Civil ?lvaro, tambi¨¦n agredido, y que indicaba a los agentes a los que cre¨ªa que hab¨ªan sido los autores de los golpes. ¡°Lo primero que me llam¨® la atenci¨®n del sargento fue su camisa blanca, que estaba limpia¡±, manifest¨® Naira Navarro, la camarera, sin que nadie le preguntara por ese detalle.
Los dos polic¨ªas forales que acudieron en primer lugar a las puertas del Koxka han descrito, a preguntas del fiscal qu¨¦ fue lo que vieron al llegar: ¡°Vi claramente al sargento llorando con la camisa blanca llena de suelas de zapato. Algo gordo pasaba, era impactante, eran huellas muy claras¡±, manifest¨® uno de ellos. ¡°La camisa del sargento presentaba huellas de patadas¡±, afirm¨® su compa?ero. Precisamente, la camisa del sargento ?lvaro es una de las pruebas materiales de la agresi¨®n.
La camarera Naira Navarro ha asegurado que no vio dentro del bar esa noche ni a Jokin Unamuno, ni a Adur Ram¨ªrez, Julen Goikoetxea o Jon Ander Cob, a quienes Mar¨ªa Jos¨¦, la novia del teniente agredido, vecina de Alsasua, ubic¨® en el local antes del ataque. Cuando la defensa de Oihan Arnanz, uno de los tres acusados que permanece en prisi¨®n, le pregunt¨® por su cliente, la camarera dijo que era un parroquiano habitual del Koxka, y que ha coincidido alguna vez en el bar con el teniente sin que hubiera problemas. Al identificar al joven ha dicho: ¡°entonces sol¨ªa llevar el pelo bastante corto, quiz¨¢ lo ten¨ªa m¨¢s oscuro que ahora¡±. Los agredidos han descrito a Arnanz como un joven con pelo rubio y complexi¨®n atl¨¦tica con conocimientos de artes marciales.
El due?o del Koxka, Josu Mu?oa, ha afirmado que tampoco vio la agresi¨®n. Seg¨²n ¨¦l, tras hacer la caja de esa noche, sali¨® a la calle y vio al teniente tendido en el suelo en el regazo de Mar¨ªa Jos¨¦. Tras sacar el dinero del bolsillo, le puso su abrigo de plumas al guardia, mientras llegaba la ambulancia. ¡°No tengo percepci¨®n de que haya ocurrido nada dentro del bar¡±, ha afirmado Mu?oa. ¡°Tras 22 a?os he visto muchas broncas en el bar y no le he visto romper a nadie el tobillo, pens¨¦ que tal vez se hab¨ªa tropezado con el escal¨®n¡± de la entrada, ha apuntado el propietario del establecimiento.
Los j¨®venes de Alsasua acusados que permanecen en libertad han seguido acudiendo al local tras este episodio. ¡°Han seguido yendo y con el trato normal conmigo, yo tengo 40 y ellos 21. Del tema este no he hablado con ellos, el trato que tenemos es solo de servirles copas¡±, ha manifestado. Mu?oa ha afirmado que tras la agresi¨®n ha recibido amenazas de ¡°falangistas, anarquistas y dem¨¢s gente¡±. ¡°Ha llamado gente pidiendo mesa a nombre de Francisco Franco, aqu¨ª cada uno que interprete si son o no amenazas¡±, ha dicho.
"El ambiente es el que es"
Frente a la calma que han descrito los responsables del bar Koxka, los agentes forales que realizaron la primera intervenci¨®n, han dibujado un panorama de gran crispaci¨®n a las puertas del local. ¡°El teniente ten¨ªa la boca ensangrentada y desvanecido, y hac¨ªa menci¨®n al dolor en el tobillo, estaba semiinconsciente, no contesta a nuestras preguntas¡±, record¨® uno de los agentes. En ese momento, seg¨²n su testimonio, unas 40 personas rodeaban la escena, muchos de ellos grabando con sus m¨®viles. ¡°Un grupo numeroso, en la zona del bar Biltoki, nos vacilaba imitando nuestros gestos¡±, manifest¨®.
El sargento ?lvaro y su novia, Pilar, trataban de identificar a los j¨®venes que les golpearon. Los forales se centraron en dos personas, un chico con barba y gorra [Jokin Unamuno] y otro con camiseta naranja [Adur Ram¨ªrez]. Los agentes no identificaron en ese momento a m¨¢s, porque casi todo el mundo vest¨ªa ropa oscura de monta?a y con la tensi¨®n reinante les result¨® imposible. ¡°El ambiente es el que es, cada vez que nos toca actuar en situaciones as¨ª empiezan los gritos, los insultos y nos empiezan a tirar vasos, cuanto m¨¢s tiempo estamos peor acaba la cosa, tendemos a actuar r¨¢pido¡±, ha se?alado uno de los agentes.
¡°Recuerdo que nos dec¨ªan: Los guardias tambi¨¦n han pegado ?por qu¨¦ no deten¨¦is al sargento? Vosotros sois de aqu¨ª, no os pong¨¢is de su lado, no les hag¨¢is el juego a la Guardia Civil¡±, ha recordado uno de los forales. Sin embargo, y pese a que decenas de personas hab¨ªan grabado la escena, ninguno ofreci¨® su filmaci¨®n a los investigadores ni present¨® denuncia alguna contra el sargento. Un grupo de j¨®venes trat¨® de sacar del coche policial a Jokin Unamuno cuando ya estaba detenido y esposado en su interior.
¡°?Temi¨® por su integridad?¡±, pregunt¨® el fiscal Jos¨¦ Perals a uno de los agentes. ¡°S¨ª, claro¡±, respondi¨® este.
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