La cueva de los visados espa?oles falsos en Rabat
Ni la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n ni el Ministerio de Exteriores aclaran las irregularidades denunciadas en tres informes internos en 2016
Cuando hace 10 d¨ªas trascendi¨® que la polic¨ªa marroqu¨ª hab¨ªa desarticulado una banda de 13 miembros y cuatro ¡°funcionarios locales¡± en el consulado espa?ol de Rabat volvieron a saltar las alarmas. La subsecretaria del Ministerio de Exteriores, Beatriz Larrotcha, admiti¨® el viernes en el Congreso la gravedad del fraude en la concesi¨®n de visados falsos. Pero en el ministerio tampoco se pueden llamar a enga?o.
Las falsificaciones de visados y las detenciones en los consulados son una lacra que se repite en Marruecos desde que se oblig¨® a ese tr¨¢mite en 1992. En 2014 ya se detect¨® otro fraude en el de Rabat en 18 documentos, se alert¨® a Madrid y no se arregl¨® nada. En 2016 apareci¨® otra trama y su investigaci¨®n descubri¨® una cueva de gangrena casi total dentro de las oficinas espa?olas que ha derivado en un enfrentamiento descarnado entre empleados, jefes y personal.
En el epicentro de ese conflicto a¨²n est¨¢ la funcionaria espa?ola Rosario Castillo Garc¨ªa, quien durante cinco a?os fue una de los cuatro jefes del servicio de visados en Rabat. En marzo de 2016 Castillo estaba en el final de su tiempo de destino y el c¨®nsul, Rafael Fern¨¢ndez Pita, le pidi¨® que prorrogase su estancia para salvar la situaci¨®n de casi colapso que se produce en muchos consulados en verano. Castillo acept¨®.
En esos meses el c¨®nsul conoci¨® por su canciller el resultado de una primera prospecci¨®n interna. Se detectaron ciertas irregularidades que implicaban a Castillo y las luces rojas se encendieron cuando se ratific¨® que en un expediente oficial firmado por ella se conced¨ªan los papeles salt¨¢ndose varios procedimientos y con huellas falsificadas a la nun¨² (empleada dom¨¦stica marroqu¨ª) de un contratado local. Ese expediente apareci¨®, adem¨¢s, escondido entre un grupo de visados falsos y correlativos hallados m¨¢s tarde. Con todos esos datos el canciller elabor¨® un memor¨¢ndum, que entreg¨® en Madrid.
Castillo, por su cuenta, tambi¨¦n comenz¨® una investigaci¨®n tras recibir una llamada de la polic¨ªa belga para saber si el seguro m¨¦dico de una joven ingresada en un hospital de su pa¨ªs y con visado espa?ol cubr¨ªa un ataque psiqui¨¢trico. Se busc¨® su expediente y ni figuraba. Castillo sostiene que aprovech¨® ese caso para indagar y comprob¨® en apenas dos semanas que hab¨ªa otros 25 visados mal dados. Dice que inform¨® al c¨®nsul y que nunca le respondi¨®. Y mand¨® sus pesquisas al ministerio, que tampoco la llam¨®. El c¨®nsul y el canciller fijaron sus sospechas sobre otro jefe de visados y le encargaron a ¨¦l otro informe para ver si se delataba. Acab¨® pidiendo cambio de destino.
El 22 de junio de 2016 lleg¨® una respuesta contundente desde Madrid, pero no la que Castillo esperaba. Con la firma del exministro Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa Margallo se informaba de su cese inmediato ¡°por cumplimiento del plazo m¨¢ximo de permanencia¡± y se le daba un mes para incorporarse a los servicios centrales. La funcionaria Castillo retorn¨® a Madrid, fue aparcada en un pasillo como administrativa con nivel 18 y opt¨® por jubilarse e instalarse con su marido en T¨¢nger. ¡°Sufr¨ª una campa?a terrible de mobbing, acoso y derribo del c¨®nsul, el canciller y todo el ministerio y tengo pruebas¡±, avisa indignada.
Cuando en septiembre de 2016 acudi¨® a Rabat para recoger sus enseres la recepci¨®n fue muy mala. ¡°Todos mis compa?eros me se?alaban como la jefa de la mafia de los visados, todo el consulado me difamaba y decid¨ª subir a ver al c¨®nsul, que me sac¨® de la caja fuerte un papel arrugado y me solt¨®: tenemos pruebas contra ti sobre que eres la jefa de la banda¡±, recuerda Castillo. ¡°Me molest¨® much¨ªsimo y me march¨¦ dando un portazo y le dije: Nos veremos en los tribunales¡±. Fuentes del consulado confirman esa conversaci¨®n y ratifican que el papel arrugado era el expediente con la firma de Castillo para regalar un visado a la nun¨² marroqu¨ª que se rescat¨® de su papelera.
Castillo acudi¨® con su informe y sus pruebas a la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n. El ministerio mand¨® su inspecci¨®n interna en 2017, entrevist¨® a muchos trabajadores, despidi¨® a dos empleados locales y se olvid¨® de Castillo, que nunca fue citada. Anticorrupci¨®n s¨ª tom¨® declaraci¨®n a Castillo y al otro jefe de su confianza, pero no al c¨®nsul ni al canciller. No hay conclusiones finales p¨²blicas de ninguna de esas dos investigaciones.
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