Soledad Gallego-D¨ªaz: ¡°Soy periodista de Redacci¨®n¡±
La periodista, un referente para varias generaciones tanto de profesionales del periodismo como de lectores, ha sido galardonada con el premio a la Mejor Trayectoria Profesional
No se imagina su vida sin el periodismo. Ni ella, ni nadie que la conozca. Soledad Gallego-D¨ªaz adora su oficio y a?ora el trabajo en la Redacci¨®n. ¡°Soy una periodista de Redacci¨®n¡±, asegura la ganadora del premio Ortega y Gasset en esta 35? edici¨®n a una larga y exitosa trayectoria como profesional. Referente de varias generaciones tanto de profesionales del periodismo como de lectores y columnista desde hace unos a?os de EL PA?S, diario del que ha formado parte desde sus inicios, no se siente opinadora, sino redactora.
Cambia la tecnolog¨ªa, no la informaci¨®n
Soledad Gallego-D¨ªaz sabe bien lo que es una Redacci¨®n y el trabajo colectivo y c¨®mplice de los periodistas. Tambi¨¦n conoce que su labor, sumida ahora en un profundo cambio tecnol¨®gico, no tiene por qu¨¦ destruir la identidad de esas Redacciones. En su discurso de agradecimiento tras recibir el galard¨®n, la periodista asegur¨® que los grandes medios tecnol¨®gicamente avanzados no necesitan usuarios, sino lectores, oyentes y televidentes. ¡°No se trata de conversar con ellos ni de convertirles en nada ni a nada; se trata de informarles, de saber qu¨¦ les pasa y de lo que pasa a su alrededor y buscar los motivos, el contexto en el que eso se produce¡±. Gallego-D¨ªaz destac¨® que la tecnolog¨ªa ha cambiado, pero no as¨ª la informaci¨®n. ¡°La noticia, su b¨²squeda, su comprobaci¨®n y su valoraci¨®n exclusivamente en funci¨®n del inter¨¦s com¨²n sigue siendo como siempre¡±, destac¨®. Y a?adi¨®: ¡°El objetivo del periodismo es convertir una multitud de noticias en informaci¨®n¡±.
A sus 67 a?os, no tiene ni Twitter ni Facebook y siempre va con una libretita cuadriculada y un bol¨ªgrafo en el bolso. ¡°La mayor parte de mi carrera se ha desarrollado en una Redacci¨®n. Mi trabajo siempre ha girado en torno a las noticias y las cr¨®nicas, no con columnas de opini¨®n¡±, destacaba este lunes poco antes de recibir el galard¨®n de manos de la escritora Almudena Grandes. ¡°Lo m¨¢s grande de una Redacci¨®n es que uno est¨¢ al servicio de un colectivo y te sientes orgullosa de ello. No te alegras solo de tu propio trabajo, sino de aquel que ha conseguido otro compa?ero. Como colectivo, se busca la excelencia profesional y se disfruta de esa efervescencia que se vive cuando los periodistas quieren contar lo que sucede. Es un espect¨¢culo maravilloso¡±, a?adi¨®.
Gallego-D¨ªaz comenz¨® muy joven trabajando en Pyresa, la agencia de noticias de la cadena de Prensa del Movimiento. Franco estaba en el poder y no hab¨ªa libertad de expresi¨®n. ¡°Una agencia de noticias es un lugar ideal para aprender. No firm¨¢bamos las informaciones, porque lo que primaba era la noticia y no qui¨¦n la hac¨ªa. Aprend¨ª much¨ªsimo. Independientemente de que los jefes fueran franquistas o no, eran unos vagos. Eso nos permiti¨® trabajar mucho y hacer cantidad de cosas. Desde ese punto de vista, les estoy muy agradecida¡±, recuerda ir¨®nica.
Tras ser despedida por una huelga, pas¨® a formar parte de la Redacci¨®n del semanario Cuadernos para el Di¨¢logo, donde vivi¨® los ¨²ltimos a?os del franquismo y los inicios de la Transici¨®n. Convocada por el entonces director de EL PA?S, Juan Luis Cebri¨¢n, se incorpor¨® a este diario, en el que ha sido de todo: cronista pol¨ªtica, corresponsal en Bruselas, Par¨ªs, Londres, Buenos Aires y Nueva York, directora adjunta y Defensora del Lector.
¡°Creo en mi oficio¡±
En su carrera no han faltado ni el placer ni la diversi¨®n, siempre unidos a la honestidad. ¡°Si tengo que ser recordada por algo, que sea por la honradez e independencia de mi trabajo. Creo en mi oficio¡±, enfatiza. ¡°El periodista tiene una serie de obligaciones y principios que ha de respetar. La primera norma es que jam¨¢s las cosas pueden ser verdad o mentira; los hechos son los hechos y tu obligaci¨®n es buscar esos hechos y contrastarlos¡±, abunda.
Opina que entre los peligros que acechan a la profesi¨®n de informar se hallan la precariedad laboral ¡ª¡°es imposible tener referentes profesionales, y la calidad se deteriora¡±¡ª y la presi¨®n de las redes sociales sobre los grandes medios de comunicaci¨®n. ¡°Afortunadamente, los medios est¨¢n reaccionando y presentando un frente profesional imprescindible¡±, defiende. A su entender, el periodismo tendr¨¢ el mismo futuro que la democracia: ¡°Si la democracia sigue siendo el mejor sistema pol¨ªtico que se ha inventado, necesita del periodismo¡±.
El discurso ¨ªntegro de Soledad Gallego-D¨ªaz
Muchas gracias.
El premio Ortega y Gasset que recibo hoy es el dedicado a una trayectoria profesional. Yo ahora soy columnista, pero eso es algo bastante reciente. Toda mi trayectoria profesional discurri¨® como periodista de informaci¨®n y reportera. Perm¨ªtanme que como veterana periodista felicite a los compa?eros mexicanos que han ganado el premio por la mejor historia o investigaci¨®n period¨ªstica, a los que han elaborado la mejor cobertura multimedia, con la maravillosa historia Cristina, y a los dos compa?eros, David y Marcela, que fotografiaron con delicadeza, dolor y presencia de ¨¢nimo la peor noticia del a?o. Enhorabuena, son j¨®venes periodistas y su trabajo serio, profesional, en busca de la excelencia, encarna todo lo que siempre hemos admirado en la profesi¨®n que compartimos.
Les dec¨ªa que siempre he sido una periodista de informaci¨®n, o mejor deber¨ªa decir, una periodista de redacci¨®n. Y quiero hacer aqu¨ª, expresamente, un homenaje a las redacciones.
Son las redacciones las que hacen grandes a los medios de comunicaci¨®n. Formar parte de una redacci¨®n supone trabajar para un colectivo y compartir un compromiso, implica una complicidad y una misma manera de concebir esta profesi¨®n, una misma cultura y un mismo respeto por los procedimientos, las imprescindibles reglas de este oficio. Unas mismas normas, una misma voluntad. Un mismo orgullo de profesionalidad.
Los periodistas, se lo dice alguien con una larga trayectoria, no trabajamos en aislados, sino que pertenecemos a lo que algunos llaman ¡°una comunidad de pr¨¢ctica¡±. No es un club, desde luego. Las redacciones son, como dir¨ªa el soci¨®logo Etienne Wenger, grupos de personas que compartimos una misma preocupaci¨®n y una misma pasi¨®n por algo que hacemos y que aprendemos a hacer mejor, precisamente porque lo hacemos juntos. Eso es lo m¨¢s raro y magn¨ªfico de las redacciones, que lo hacen todo mejor, porque lo hacen juntos, porque respetan los mismos procedimientos profesionales, porque aprendemos unos de otros y porque colaboramos unos con otros. Porque, gracias a esa cultura compartida, sabemos identificar el buen y el mal periodismo.
Por eso las redacciones no son incompatibles con los cambios tecnol¨®gicos, por muy radicales que sean. Las nuevas tecnolog¨ªas pueden ser, precisamente, el soporte que necesita la cultura de una redacci¨®n para sobrevivir. Pero es imprescindible que las dos se respeten y cooperen.
Las redacciones en las que muchos hemos pasado la vida eran las tradicionales y es verdad que en la ¨²ltima d¨¦cada la transformaci¨®n ha sido prodigiosa, hasta el extremo de que esas redacciones son ahora m¨¢s bien centros de noticias, que se organizan en torno a diferentes plataformas y mecanismos de difusi¨®n.
Pero eso no es lo definitorio. Lo que las define es si respetan o no su cultura profesional. Las redacciones siempre han sido laboratorios de tecnolog¨ªas y campos de batalla de cambios sociales y econ¨®micos. No se hundir¨¢n por llamarse de otra manera ni por las nuevas tecnolog¨ªas. En todo lo caso lo har¨¢n si pierden su respeto a los procedimientos y el sentido de su origen. Los cambios tecnol¨®gicos no tienen por qu¨¦ destruir esas identidades profesionales. Es m¨¢s, en realidad es imprescindible que no lo hagan, porque es eso precisamente lo que aviva la fortaleza y el empuje de los propios medios.
Los medios de comunicaci¨®n m¨¢s importantes del mundo tienen su propia trayectoria profesional, una cultura profesional propia y compartida y la defienden con u?as y dientes. Es lo que identificamos a veces como su alma, su personalidad. Son grandes medios que buscan la Influencia, que quieren fijar las agendas, pero no de cualquier manera, sino atendiendo al inter¨¦s p¨²blico. Grandes medios que hacen expl¨ªcitas en sus editoriales las razones, los principios, que les llevan a jerarquizar y evaluar las informaciones de esa manera determinada y propia y que tiene redacciones orgullosas de proporcionar a sus lectores los datos exactos que les ayudaran a reflexionar, orgullosos de poner a disposici¨®n del debate com¨²n todos los datos ciertos que necesita esa sociedad.
Son redacciones que saben qu¨¦ es de inter¨¦s p¨²blico y que no. Saben que su trabajo consiste en detectar y exponer delitos o graves fechor¨ªas. Detectar o exponer serias conductas antisociales. Proteger la seguridad y la salud p¨²blica. Evitar que los ciudadanos sean confundidos por declaraciones mentirosas de individuos relevantes o por hechos falsos difundidos masivamente.
Las grandes redacciones tecnol¨®gicamente avanzadas no necesitan usuarios, sino lectores, oyentes, televidentes. No se dirigen a personas que consumen informaci¨®n, sino a personas que la procesan, la comentan y la utilizan para sus propios debates. No se trata de conversar con ellos ni de convertirles en nada ni a nada, se trata de informarles, de saber qu¨¦ les pasa y lo que pasa a su alrededor y buscar los motivos, el contexto en el que eso se produce. Y hacerlo, hay que insistir, de acuerdo con unas reglas, porque no se puede indagar en los hechos, nuestro principal objetivo, sin tener mecanismos de verificaci¨®n. Si la sociedad quiere derrotar a las fake news, las grandes redes de manipulaci¨®n que se han puesto en marcha a trav¨¦s de entornos digitales, tiene que darse cuenta de que necesita nuestras informaciones, nuestros reportajes y nuestro trabajo profesional y nosotros, comprender que necesitamos toda la tecnolog¨ªa de la que podamos disponer en ese camino.
Los puestos de trabajo se pueden redise?ar, como se dice ahora, su organizaci¨®n puede variar (por ejemplo, es imprescindible, y urgente que muchas m¨¢s mujeres se incorporen en los niveles de direcci¨®n y de opini¨®n, reservados de una manera asombrosa a hombres). Seguro que ha habido que cambiar muchas cosas y que habr¨¢ que seguir cambiando muchas otras, pero el objetivo del periodismo es y tiene que ser el mismo: convertir una multitud de noticias en informaci¨®n. La tecnolog¨ªa ha cambiado, pero la informaci¨®n no. La noticia, su b¨²squeda, su comprobaci¨®n de acuerdo con unos procedimientos rutinarios, fijados y conocidos por todos, su valoraci¨®n en funci¨®n, exclusivamente, del inter¨¦s com¨²n, sigue siendo, como dir¨ªa un ingl¨¦s, business as usual, como siempre. Como demuestran mis j¨®venes colegas premiados, las informaciones tienen el mismo esqueleto que siempre, se difundan en el formato que se difundan.
Las utop¨ªas regresivas no sirven de nada. Pero tampoco sirven para mucho las utop¨ªas venideras. El periodismo ha servido a la democracia y a la sociedad y sigue siendo vital para su sostenimiento. Si de algo estoy segura es de que periodismo sigue siendo la indagaci¨®n de los hechos en busca de la verdad. Y que para saber indagar en los hechos hace falta tener entrenamiento y oficio. Y eso es asunto de las redacciones. Todo lo tecnol¨®gicas que quieran y puedan ser, pero redacciones donde se realiza un trabajo colectivo y c¨®mplice. Donde hay periodistas y se hace periodismo.
Muchas gracias
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.