Los penalistas estudian unir abuso sexual y violaci¨®n en un solo delito
La comisi¨®n de reforma impulsada por Catal¨¢ celebra este jueves su primera sesi¨®n en medio de la pol¨¦mica suscitada por la falta de mujeres en el ¨®rgano asesor
La comisi¨®n de codificaci¨®n, el ¨®rgano asesor del Ministerio de Justicia a quien el ministro Rafael Catal¨¢ ha encomendado la tarea de estudiar una posible reforma de los delitos sexuales tras la discutida sentencia de La Manada, echa este jueves a andar. Y lo hace en medio de otra controversia: las catedr¨¢ticas de derecho penal, pr¨¢cticamente en bloque, han decidido no participar en la misma exigiendo la presencia de mujeres de forma permanente en el ¨®rgano (ahora son solo hombres). Por lo tanto, lo primero que tendr¨¢n que hacer los vocales es estudiar c¨®mo afrontan esta primera cuesti¨®n. Despu¨¦s podr¨ªan ponerse a trabajar. Si lo lograran (algo que no est¨¢ claro a¨²n), una de las principales l¨ªneas de reforma legislativa se refiere a la posibilidad de establecer un ¨²nico delito contra la libertad sexual que englobe en un tipo los abusos y las agresiones sexuales (incluida su vertiente m¨¢s grave, la violaci¨®n). De esta forma el eje pasar¨ªa a ser en todos los casos la falta de consentimiento de la v¨ªctima, no la existencia de violencia o intimidaci¨®n.
Respecto a la primera parte, la composici¨®n de la comisi¨®n, el l¨ªo es may¨²sculo. Esta estaba formada por 20 vocales permanentes, todos ellos hombres. Su presidente, Esteban Mestre, anunci¨® que iba a invitar a participar a seis mujeres catedr¨¢ticas como vocales adjuntas ¨Ces decir, nombradas para esta ponencia en concreto-, pero le fue imposible cumplir su anuncio. Casi todas, una treintena en total, se han negado a incorporarse tras firmar dos cartas de protesta colectiva, una de ellas pidiendo la dimisi¨®n de todos sus compa?eros varones para que se vuelva a conformar el ¨®rgano y este incorpore a mujeres como vocales permanentes. En medio de la pol¨¦mica, solo dos accedieron a participar en la ponencia de delitos sexuales, la catedr¨¢tica de la Universidad Carlos III de Madrid Carmen Lamarca y la de la Universidad San Pablo CEU Avelina Alonso, junto a la letrada de las Cortes Blanca Hern¨¢ndez y la presidenta de los abogados, Victoria Ortega ¨Cque es vocal nata en calidad de representante de los letrados-.
Uno de los vocales permanentes ha dimitido por esta cuesti¨®n. Otros no lo han hecho, pero se?alan que la comisi¨®n en ning¨²n caso puede empezar a trabajar hasta que no se resuelva este tema. Opinan que la propuesta de reforma nacer¨ªa ya deslegitimada, que deben participar en ella un n¨²mero representativo de juristas expertas en la materia y que lo primero que debe abordarse en la reuni¨®n del jueves es esto. Si no se lleva a cabo, algunos vocales no seguir¨¢n adelante.
Por otro lado est¨¢ el fondo de la posible reforma. Lo primero que deber¨¢n acordar los miembros de la comisi¨®n es si creen que hace falta reformar el c¨®digo penal en esta materia. Y, si deciden que s¨ª, proponer en qu¨¦ sentido debe hacerse. Uno de los miembros, Manuel Cancio, catedr¨¢tico de penal de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, opina que si finalmente se sigue adelante con los trabajos lo primero que habr¨ªa que hacer es un informe detallado de derecho comparado para ver c¨®mo se resuelve la cuesti¨®n en otros ordenamientos jur¨ªdicos y otro informe sobre c¨®mo se est¨¢n aplicando estos delitos en Espa?a. ¡°No creo que esta reforma deba llevarse a cabo a toda prisa¡±, opina. ¡°Es una oportunidad para legislar con criterios t¨¦cnico-jur¨ªdicos y para que se frene el deterioro de la calidad de las leyes penales de los ¨²ltimos a?os. Eso s¨ª, ser¨ªa imprescindible que, una vez resuelto el problema de la falta de mujeres en la composici¨®n de la comisi¨®n, Justicia empiece a contar con los expertos no solo de manera puntual sino de forma general, como ocurre en los pa¨ªses de nuestro entorno. La pol¨ªtica legislativa la deciden los pol¨ªticos, pero la opini¨®n t¨¦cnico-jur¨ªdica es fundamental para que las leyes est¨¦n bien pensadas y los jueces se encuentren con el menor n¨²mero de problemas posible a la hora de aplicarlas¡±.
El ejemplo alem¨¢n
Alemania y Suecia, entre otros, han optado por un delito unitario contra la libertad sexual. En Espa?a podr¨ªa hacerse algo parecido. Otra opci¨®n, m¨¢s sencilla, podr¨ªa ser llamar violaci¨®n a los abusos sexuales con penetraci¨®n, pero esto no resolver¨ªa uno de los problemas de la regulaci¨®n actual: que gran parte de la sociedad, y muchas v¨ªctimas, consideran que la palabra ¡°abusos¡± quita importancia a ataques contra la libertad sexual que son muy graves ¨Cy que de hecho la ley tambi¨¦n los considera as¨ª al establecer penas de hasta 10 a?os de prisi¨®n-. Se trata de un debate en gran medida terminol¨®gico, pero esto no lo convierte en un debate menor. Las palabras son muy importantes, y m¨¢s en delitos de este tipo.
Por eso se plantea la posibilidad del tipo unitario: un delito gen¨¦rico contra la libertad sexual basado en la falta de consentimiento de la v¨ªctima del que podr¨ªan colgar distintas agravantes: con acceso carnal (es decir, la violaci¨®n, t¨¦rmino que podr¨ªa mantenerse o salir del c¨®digo); con violencia; con abuso de superioridad¡ Esto har¨ªa coincidir m¨¢s el lenguaje com¨²n con el que utilizan el c¨®digo penal y los tribunales y evitar¨ªa que algunos t¨¦rminos ofendan a las v¨ªctimas.
T¨¦cnicamente se plantea tambi¨¦n la posibilidad de simplificar la redacci¨®n de estas infracciones y optar por formulaciones m¨¢s gen¨¦ricas que dejen de lado el actual tenor literal de estos art¨ªculos, muy anat¨®mico, que detalla los tipos de penetraci¨®n, la introducci¨®n de objetos, de miembros del cuerpo¡ y que acaba determinando tambi¨¦n c¨®mo son luego los relatos de los jueces y tribunales.
En todo caso, el debate ser¨¢ complicado si antes no se resuelve el escollo de la composici¨®n del ¨®rgano, que no es menor: las mujeres catedr¨¢ticas reivindican que no se legisle sin ellas. Sobre esto, el ministro de Justicia tendr¨¢ la ¨²ltima palabra, porque es el presidente de la comisi¨®n general de codificaci¨®n y quien nombra a sus miembros permanentes.
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