Las mujeres empujan el cambio
La movilizaci¨®n masiva de las manifestaciones del pasado 8 de marzo sigue viva, con reivindicaciones concretas y los primeros logros
Se hablaron de usted en la sala, rodeados de pintura contempor¨¢nea. Durante dos horas, cinco mujeres con camiseta verde reivindicativa le contaron al presidente del Gobierno c¨®mo se te agarrotan las manos y se te encorva la espalda limpiando habitaciones a 2,30 euros la unidad. Mariano Rajoy prest¨® mucha atenci¨®n, tal como recuerda de aquel d¨ªa ?ngela Mu?oz, subgobernanta de hotel y representante de las kellys, las camareras de piso que reivindican desde hace m¨¢s de dos a?os mejorar las condiciones de un sector externalizado y precario y femenino. El d¨ªa 5 de abril llevaron sus reclamaciones a Moncloa. Apenas tres semanas despu¨¦s, el d¨ªa 27, una de las mujeres m¨¢s poderosas de Espa?a public¨® un meditado tuit sobre una sentencia. Ana Patricia Bot¨ªn, presidenta del Banco Santander, escribi¨® 14 palabras que han escocido como otras cr¨ªticas en el sector judicial: ¡°El veredicto de La Manada es un retroceso para la seguridad de las mujeres¡±.
Son solo dos ejemplos de un cambio que empez¨® hace tiempo, revivi¨® con el movimiento MeToo ¡ªy Cu¨¦ntalo en Espa?a¡ª y se ha hecho m¨¢s evidente tras el 8 de Marzo, el d¨ªa que un grupo de mujeres llamaron a la huelga y millones de personas se echaron a la calle para reivindicar el salto necesario de la igualdad legal a la igualdad real. Mujeres, como ha ocurrido con las catedr¨¢ticas de Derecho Penal, que se unen para impulsar que sea una comisi¨®n paritaria la que revise los delitos contra la libertad sexual del C¨®digo Penal. Mujeres como las periodistas de RTVE, a la cabeza de una movilizaci¨®n para que cambie el funcionamiento actual de la televisi¨®n p¨²blica...
¡°El feminismo es, en la sociedad actual, el principal factor del cambio¡±, escrib¨ªa recientemente en este peri¨®dico el periodista y fil¨®sofo Josep Ramoneda. Un giro que tiene descolocados a los partidos pol¨ªticos con el horizonte de las elecciones a la vuelta de la esquina. Una nueva voz que protagoniz¨® tambi¨¦n la manifestaci¨®n del D¨ªa del Trabajo, el 1 de Mayo, que ha zarandeado al poder judicial y ha llevado a un integrante de la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica, el cardenal Carlos Osorio, a decir que la Virgen ir¨ªa a la huelga.
La cuesti¨®n, dos meses despu¨¦s de la manifestaci¨®n del 8 de Marzo, es si se trata de una movilizaci¨®n que provocar¨¢ cambios profundos. La fil¨®sofa y te¨®rica del feminismo, Celia Amor¨®s, lo ve claro: ¡°Lo que est¨¢ pasando representa un cambio social de gran envergadura y muy significativo¡±. La primera mujer distinguida con el Premio Nacional de Ensayo por la obra La gran diferencia y sus peque?as consecuencias... para las luchas de las mujeres, augura: ¡°Cuando la gente est¨¢ cabreada y sale a la calle, hay efectos a todos los niveles. En los trabajos, en los hogares, en ¨¢mbitos pol¨ªticos, permea a toda la sociedad. Esto tendr¨¢ resultados a medio plazo en las estructuras patriarcales, en las relaciones de pareja, en los salarios, y llevar¨¢ a ser mucho m¨¢s cr¨ªticos con una sexualidad que humilla a las mujeres¡±.
Hace m¨¢s de a?o y medio que Bel¨¦n Barreiro, expresidenta del Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas (CIS) y directora de la consultora MyWord, not¨® un cambio en las encuestas. ¡°El auge del feminismo o la idea de que el 8-M pod¨ªa ocurrir se ha visto en los datos¡±, se?ala.
En junio de 2016, el 1,9% de la sociedad se defin¨ªa en primer lugar como feminista en pol¨ªtica, seg¨²n el bar¨®metro del CIS. En el ¨²ltimo, correspondiente a este abril, ascend¨ªa al 4,2%. Entre los m¨¢s j¨®venes ya son el 10,3%. Es la segunda opci¨®n que escogen los que est¨¢n en la franja de 18 a 24 a?os, por detr¨¢s de liberal, en la que se reconocen el 14,1%. ¡°Las tendencias que vienen de la mano de los j¨®venes no son pasajeras¡±, sentencia Barreiro.
Una clase de Bachillerato
Un repaso a vuela pluma de c¨®mo ve Vero, estudiante de 1? de Bachillerato de 17 a?os, a sus compa?eros de clase ampl¨ªa incluso las percepciones del CIS. Comparte aula con 30 alumnos, de los que ¡°feministas de verdad¡± hay 10. ¡°No todos est¨¢n politizados pero s¨ª concienciados con el tema¡±, explica. El resto, salvo un peque?o grupo, son los que ella llama ¡°falsos feministas, que lo defienden pero no hacen nada¡±. Y luego quedan ¡°los machitos¡±, apenas cuatro alumnos, ¡°una minor¨ªa¡±. ¡°En mi instituto, si dices que no eres feminista, no quedas bien¡±, explica la joven.
Nada que ver con las reacciones que escuchaba cuando empez¨® a manifestarse Justa Montero, feminista de larga trayectoria y una de las impulsoras de la huelga del ¨²ltimo 8 de Marzo. En los 70 del siglo pasado, particip¨® en una manifestaci¨®n que reuni¨® a 2.000 mujeres por el centro de Madrid. Seg¨²n recog¨ªa una informaci¨®n de este peri¨®dico, desde las aceras, algunos hombres aplaud¨ªan al tiempo que se o¨ªan gritos: ¡°??Putas!!¡±.
Cuatro d¨¦cadas despu¨¦s, Montero ve lo que ocurre como ¡°una bola de nieve imparable¡±, pero valora sus posibles efectos con precauci¨®n: ¡°El Gobierno est¨¢ haciendo movimientos sin ning¨²n calado. Que tengan que pronunciarse es un reflejo de nuestra fuerza, pero lo que queremos son cambios reales, no un anuncio de revisi¨®n del C¨®digo Penal que a m¨ª me pone los pelos de punta. A nosotras no nos enga?an¡±.
Las feministas solicitan cambios educativos reales o que las agresiones sexuales entren en el Pacto de Estado contra la Violencia de G¨¦nero, un acuerdo que vio la luz en septiembre y para el que el Gobierno a¨²n no se ha asignado ni un euro, pese a que se comprometi¨® a financiarlo en el primer trimestre del a?o salieran o no adelante los Presupuestos. Distintos colectivos feministas han puesto el foco en este asunto y el mi¨¦rcoles han convocado movilizaciones en 56 municipios para reinvidicar ese dinero. La iniciativa cuenta tambi¨¦n con el respaldo de los sindicatos.
¡°Visto con perspectiva hist¨®rica, la eclosi¨®n del feminismo del 8 de Marzo es el resultado de un cambio social muy importante que se viene fraguando al menos en el ¨²ltimo tercio del siglo XX¡±, a?ade Juan Sisinio P¨¦rez, historiador, profesor de la Universidad de Castilla La Mancha y autor del libro Historia del feminismo, publicado en 2011 por Catarata y reeditado recientemente.
P¨¦rez hace un recorrido desde el feminismo ¡°m¨¢s combativo¡± de la Transici¨®n a otro m¨¢s institucional, el que impuls¨® leyes como la de Igualdad (2007) o contra la Violencia de G¨¦nero (2004). Esto se suma a cambios sociales ¡°profundos¡± que han tenido lugar en paralelo y que suponen que las mujeres ya son la mitad de la poblaci¨®n activa y mayoritarias en algunos estudios universitarios. ¡°Es un movimiento que ha venido para quedarse. El feminismo ha sido capaz de catalizar muchos afanes en un momento de par¨¢lisis institucional, con un Gobierno que no legisla, y ante una izquierda desorientada. La movilizaci¨®n m¨¢s importante a d¨ªa de hoy es la de las mujeres¡±.
La soci¨®loga ?ngeles Dur¨¢n, investigadora del Centro Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC), cree que otro revulsivo de lo que est¨¢ ocurriendo ha sido la crisis econ¨®mica: ¡°Hemos acumulado mucha presi¨®n en esta ¨²ltima d¨¦cada en la que se han reducido ampliamente las prestaciones de las que en gran parte eran beneficiarias las mujeres¡±.
28 millones
Dur¨¢n ha investigado en profundidad el peso y el valor econ¨®mico de labores principalmente ejercidas por ellas, como el cuidado de la familia y las tareas del hogar, que equivaldr¨ªan a 28 millones de empleos a tiempo completo, seg¨²n el INE, y que desgrana en su ¨²ltimo libro, La riqueza invisible del cuidado (editorial Universidad de Valencia). ¡°No se ve que lo que se haya perdido se vaya a recuperar, y ese sentimiento de deuda, sumado a la esperanza de que esto cambie, ha dado alas a la reivindicaci¨®n¡±, seg¨²n la investigadora, que espera que se repartan los beneficios ¡°de manera m¨¢s generosa con las mujeres, principalmente las mayores¡±.
El d¨ªa que visit¨® La Moncloa, ?ngela Mu?oz se fij¨® sobre todo en aquellos cuadros de la sala, le encanta el arte contempor¨¢neo. Y tambi¨¦n, gajes del oficio, en c¨®mo reluc¨ªan los ba?os: ¡°Estaba todo limpito y blanquito¡±. Un mes despu¨¦s de sus dos horas con Rajoy no tiene muy claro que de esa reuni¨®n salgan mejoras concretas para ella y sus compa?eras kellys. Seguir¨¢n reclamando: ¡°?l se hizo la foto. A nosotras esa imagen nos ha servido para que se sumen m¨¢s mujeres a la lucha, para que pierdan el miedo¡±.
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