Las primarias desnudan al PP en plena crisis tras el desalojo del poder

Cuando, en su ¨²ltimo congreso, en febrero del a?o pasado, aprobaron el sistema de primarias, no imaginaban que iban a tener que utilizarlo hasta sus ¨²ltimas consecuencias, porque, como confiesan distintos cargos de la formaci¨®n, cuando pensaban en sucesi¨®n, pensaban en un ¨²nico candidato y un congreso pl¨¢cido. Pero la espantada de Alberto N¨²?ez Feij¨®o a ¨²ltima hora precipit¨® la batalla: ellas y ellos decidieron presentarse para que no ganaran otras y otros y el PP se encontr¨® con una primera ronda de seis candidatos que ha evolucionado a un cinco contra una (tras la alianza de Casado con los aspirantes que no pasaron el primer corte).

Dos fotograf¨ªas ejemplificaban este jueves esos dos bandos. Mientras Alfonso Alonso, que apoya a Santamar¨ªa, difund¨ªa una imagen comiendo pizza en la sede del PP de Madrid con la exvicepresidenta y parte de su equipo (??igo de la Serna, F¨¢tima B¨¢?ez, Jos¨¦ Luis Ayll¨®n, Javier Arenas...); la candidatura de Casado difund¨ªa otra en un restaurante vasco en Madrid junto a los exministros que se han posicionado contra ella: Jos¨¦ Manuel Garcia Margallo, Jos¨¦ Manuel Soria, Rafael Catal¨¢, Mar¨ªa Dolores de Cospedal, Isabel Garc¨ªa Tejerina y Juan Ignacio Zoido. En el postre firmaron un manifiesto de apoyo al vicesecretario. Fuentes pr¨®ximas a Rajoy aseguran que al todav¨ªa presidente del PP ese encuentro no le pareci¨® oportuno y est¨¢ "molesto" con el tono de la campa?a y las cr¨ªticas a su gesti¨®n.

El partido est¨¢, literalmente, partido en dos. El traum¨¢tico proceso de primarias ha descubierto las entra?as del PP, sometido, durante casi un mes, a lo que m¨¢s ha criticado de sus rivales pol¨ªticos: la exhibici¨®n p¨²blica de sus batallas internas. Casado incluso ha utilizado el t¨¦rmino empleado por Susana D¨ªaz en plena crisis socialista: ¡°Soy experto en coser y voy a coser este partido¡±. No solo hay dos candidatos enfrentados que comen por separado con sus respectivos aliados. Hay dos modelos de entender el PP y su ideolog¨ªa y la elecci¨®n del s¨¢bado puede empujar al partido a una l¨ªnea m¨¢s continuista (la de Santamar¨ªa) o a un giro a la derecha (el de Casado). ¡°Las elecciones se ganan ocupando el centro. Nuestro partido no puede irse a una esquina¡±, declar¨® la exvicepresidenta. ¡°Hablar de principios no es montar una secta. Tenemos que ser todo a la derecha del PSOE¡±, replica Casado, partidario de regresar a la ley del aborto de 1985 y de que figuras como Jos¨¦ Antonio Ortega Lara, que dej¨® el PP para irse a Vox, regresen a las siglas. Ese posible giro a la derecha preocupa en los cuadros internos. ¡°No quiero a talibanes en mi partido¡±, dice un cargo madrile?o.

Desalojados del poder, los populares han pisado en su debut de primarias la bandera de unidad de la que han hecho gala estos a?os. Los candidatos se han echado en cara la edad, el g¨¦nero, la gesti¨®n en el Gobierno, sus padrinos pol¨ªticos. Muchos compromisarios han optado por la discreci¨®n, pero entre los que s¨ª han manifestado p¨²blicamente su apoyo a uno u otro, se aprecia una cierta ruptura de las estructuras del partido. En el Pa¨ªs Vasco, Javier Maroto, exalcalde de Vitoria, apoya a Casado, y Alfonso Alonso, presidente auton¨®mico del PP, a Santamar¨ªa. El presidente de La Rioja apoya al vicesecretario, pero la alcaldesa de la capital, a la exvicepresidenta.

Militantes imaginarios

Las primarias tambi¨¦n han servido para tumbar otra bandera del PP, repetida en cada mitin, la del partido de los 870.000 militantes. En el proceso para elaborar el censo de la primera ronda de votaciones la cifra se redujo a 66.706 afiliados, de los que finalmente votaron 58.304. El reparto de compromisarios, distribuidos por autonom¨ªas en funci¨®n del n¨²mero de supuestos militantes, dej¨® sorpresas: Madrid, que hab¨ªa depurado su censo (elimin¨® a fallecidos) tiene menos (266) que Galicia (324). En total, ma?ana elegir¨¢n al sucesor de Rajoy 3.082 compromisarios. Lo har¨¢n, si lo desean, votando en cabinas y con sobres para evitar lo que Luis de Grandes, presidente del comit¨¦ organizador del congreso, llam¨® ¡°miedo esc¨¦nico¡±.