En pabellones y polideportivos

Un pabell¨®n antiguo con capacidad para 90 personas en las que se hacina un centenar largo de migrantes. Un polideportivo mal equipado para otro medio centenar de personas. Y poco m¨¢s: en la parte central de la costa granadina, Motril trata de dar cobijo a decenas y decenas de migrantes en infraestructuras que no re¨²nen ¡°unas m¨ªnimas condiciones para la asistencia humanitaria¡±, seg¨²n el Defensor del Pueblo.

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Una plantilla policial escasa y de prestado, y unos equipamientos manifiestamente insuficientes son los instrumentos con los que ese municipio de apenas 60.000 habitantes afronta una acogida de inmigrantes que va camino de r¨¦cord. Solo en julio han llegado 927 personas. En los casi siete meses que van de 2018, 3.784: pr¨¢cticamente las mismas que en todo 2017, seg¨²n las cifras del Equipo de Respuesta Inmediata en Emergencias de la Cruz Roja. Pero el drama nunca se plasma solo en las cifras. Motril est¨¢ en alerta permanente: hasta 60 personas viven pendientes las 24 horas del d¨ªa de la llamada de Juan Alcausa. Alcausa es el responsable del equipo de voluntarios de la Cruz Roja motrile?a para hacer frente a la llegada de embarcaciones. Cuando convoca a ese equipo, lo primero es preparar algo de comida, mantas y el equipo sanitario b¨¢sico. A partir de ah¨ª, esperar al barco y a los inmigrantes: esa es una operaci¨®n que han tenido que repetir infinidad de veces este a?o. En estos siete meses, tantas como en todo el a?o pasado.

A poco m¨¢s 200 kil¨®metros de Motril, el colapso es parecido. En Algeciras, a primera hora de la ma?ana de ayer, el Sindicato Unificado de la Polic¨ªa difundi¨® fotograf¨ªas y un v¨ªdeo de m¨¢s de 50 inmigrantes, aparentemente subsaharianos, hacinados en el patio de acceso a los calabozos de la comisar¨ªa. Unos aparecen sentados, otros acurrucados en el suelo e incluso uno de ellos est¨¢ de pie, apoyado contra un muro. ¡°Estuvimos dudando si difundir o no el material, pero lo hemos hecho por si se remueve alguna conciencia. Esto no puede soportarse m¨¢s¡±, reconocen fuentes del sindicato policial.

La complicada situaci¨®n ha llevado a que al menos 90 migrantes acaben tambi¨¦n hacinados en m¨®dulos de obra del puerto de Barbate. El colapso es tremendo: el plazo m¨¢ximo de detenci¨®n es de 72 horas, pero en esos tres d¨ªas ¡°no da tiempo ni a identificar a los reci¨¦n llegados¡±, seg¨²n denuncia un polic¨ªa de la zona. ¡°Se les pone en libertad directamente porque no nos da tiempo. No somos m¨¢quinas; ya no damos m¨¢s de s¨ª¡±, denuncia el mismo agente.

Ese problema se repite en Motril: C¨¦sar Cal¨ªn, representante del Sindicato Unificado de Polic¨ªa, explica que los trabajos relacionados con la migraci¨®n absorben tantos efectivos que ¡°la labor habitual de prevenci¨®n de la delincuencia est¨¢ abandonada en Granada y en Motril¡±. ¡°Aqu¨ª la gente ya no llama a la polic¨ªa nacional porque sabe que no podemos ir; llaman a la local¡±.

Donde no llegan las instituciones intentan hacerlo las ONG. La Comisi¨®n Espa?ola de Ayuda al Refugiado fleta autobuses desde Motril para trasladar a los migrantes a alguna de sus 1.000 plazas de acogida por toda Espa?a. Si todo va bien, tendr¨¢n un primer periodo de residencia en suelo espa?ol bien asistidos. Si no, acabar¨¢n abandonados en alguna estaci¨®n de autob¨²s.