La huida del preso de El Dueso: ¡°Pens¨¦ que estaban preparando un viaje largo¡±
El asesino fugado y su compa?era no levantaron sospechas entre sus vecinos de Torrelavega
A Mar¨ªa Elena Ruiz Sancho y Guillermo Fern¨¢ndez Bueno les vieron por ¨²ltima vez sus vecinos de Torrelavega (Cantabria) cargando varias bolsas y dos bicicletas plegables en una furgoneta blanca. "Era a mediod¨ªa", recuerda ?scar, pero no sabe precisar qu¨¦ d¨ªa ocurri¨® eso. "Eran ellos, estoy seguro. Pero no me llam¨® la atenci¨®n porque pens¨¦ que estaban preparando un viaje largo, algo normal en estas fechas", a?ade. En realidad, estaban ultimando los detalles de una huida que acab¨® este lunes cuando la pareja trataba de cruzar la frontera entre Senegal y Gambia. En el portal n¨²mero 13 de la calle de los Picos de Europa, en Torrelavega, est¨¢n todos muy sorprendidos al conocer que la vecina del segundo piso, "una chica normal" y "de pocas palabras"", hab¨ªa compartido fuga hasta ?frica con el violador y asesino que se encontraba en busca y captura internacional desde que el pasado 22 de julio no se present¨® en la c¨¢rcel de El Dueso (Santo?a).
Ning¨²n vecino hab¨ªa notado nada raro en la pareja. Guillermo sol¨ªa vivir en casa de Elena los d¨ªas de permiso penitenciario. "Hac¨ªan vida normal. No se relacionaban mucho y sol¨ªan sacar a pasear a un perro negro", afirma Presentaci¨®n Conde. Apenas cruzaban "un hola y un adi¨®s" cuando coincid¨ªan en las escaleras. "Nos hemos quedado a cuadros, porque ella es una persona muy agradable a la que nunca hemos visto una actitud rara. ?l no hablaba con nadie", comenta esta vecina. Ahora que la polic¨ªa ha difundido una imagen reciente con la cara del recluso han podido identificarle: "?l siempre iba con unas gafas de sol oscuras. Tiene el pelo largo, con algunas canas, y lo sol¨ªa llevar recogido con una coleta", le describe ?scar.
Pasaban temporadas largas sin que ¨¦l apareciese por el barrio, pero alg¨²n vecino lo atribu¨ªa a "motivos de trabajo". Nadie sab¨ªa que ese hombre que trataba de "pasar desapercibido casi siempre" permanec¨ªa recluido desde 2001 por una doble violaci¨®n y el asesinato de una mujer en diciembre de 2000 en Vitoria, un crimen que levant¨® un alarma social en esta ciudad. Ahora le han puesto cara, pero poco m¨¢s. "Yo creo que no habr¨¦ cruzado una sola conversaci¨®n con ¨¦l", dice Monse.
Elena Ruiz, educadora social que trabaj¨® como voluntaria en la antigua prisi¨®n provincial de Santander y compa?era sentimental de Fern¨¢ndez Bueno, tampoco se prodigaba mucho en su entorno. Al parecer, se dedicaba a la importaci¨®n de muebles de la India y participaba en el mercadillo semanal que se celebra en Torrelavega. "Ella vive en la casa familiar desde que su padre se fue a Paraguay" tras entablar una relaci¨®n afectiva con una persona oriunda de aquel pa¨ªs, asegura una conocida que no quiere dar su nombre. Su padre, "serio y respetable", trabaj¨® en la biblioteca y en el Mercado Nacional de Ganados del pueblo, donde despachaba billetes a los camioneros, asegura el camarero del bar Picos de Europa. A este local sol¨ªa acudir a menudo Elena Ruiz para comprar tabaco: "Hola, ?me cambias para tabaco?", eran sus ¨²nicas palabras en el bar. El empleado la describe como una mujer "con pinta de hippie", "siempre vestida de forma desenfadada con dos trapos". No se relacionaba mucho con la gente, pocos sab¨ªan algo de su vida privada, pero la coincidencia es plena al destacar su "comportamiento correcto".
Ella hab¨ªa adquirido al due?o de un taller mec¨¢nico de la misma calle una furgoneta blanca, que despu¨¦s acondicion¨® para poder habitarla incluso. Es una Volkswagen antigua de color blanco, con unas cortinas interiores que impiden ver el interior. "Sol¨ªa estar aparcada debajo de su casa. Todo muy normal", dice Rub¨¦n, empleado de la cristaler¨ªa que hay junto al portal. La normalidad acab¨® el d¨ªa en que, en la trasera del colegio Vel¨¢zquez, Elena y Guillermo comenzaron a cargar bolsas y dos bicicletas plegables en su furgoneta hippie para ponerse en paradero desconocido.
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