La soledad de las v¨ªctimas
Nuestra sociedad, dividida y enfrentada, no sab¨ªa qu¨¦ hacer con quienes han pasado este dolor extremo
Nada puede aliviar esta soledad infinita. Lo saben todos lo que han pasado experiencias extremas: terrorismo, guerra, campos de exterminio¡ Nadie puede entender el dolor de quien ha sobrevivido a una atrocidad como la que vivimos en Barcelona y Cambrils hace un a?o.
Puede que los supervivientes hayan curado r¨¢pidamente sus heridas f¨ªsicas, pero hay otras heridas mucho m¨¢s serias de las que desgraciadamente ser¨¢ dif¨ªcil que se recuperen: ese grito silencioso de los muertos que claman desde la nada y les se?alan como culpables. Culpables de sobrevivir, culpables por no estar en el lugar donde est¨¢n ellos, fundidos en el polvo.
El dolor de las v¨ªctimas es invisible, no se oye, pero irradia. Participan de ¨¦l sus familiares, quienes les atendieron, quienes les han ayudado a regresar al mundo de los vivos¡ Participan tambi¨¦n quienes les escuchan y respetan. Todos podemos participar de este dolor si sabemos escuchar y respetar al superviviente.
Los narcisistas no pueden ser solidarios ni respetuosos porque solo quieren solidaridad y respeto para ellos mismos. Por eso el superviviente tambi¨¦n molesta. Su experiencia denuncia la inseguridad y la impotencia para impedir el crimen. Y su dolor, nuestra indiferencia y nuestra pasividad para prevenir que actos tan perversos vuelvan a repetirse.
Hay preguntas que solo se las pueden hacer los supervivientes y quienes est¨¢n dispuestos a compartir con ellos el peso de su inocente culpa de haber sobrevivido. ?De qu¨¦ sirven los homenajes y los aniversarios si no corregimos los errores que cometimos e incluso somos capaces de repetirlos?
El terrorismo pretende dividir nuestras sociedades, enfrentarnos unos a otros, difundir la idea de una culpa colectiva que debemos purgar mediante el dolor y la muerte que ejercen sobre nosotros. Hacernos fr¨¢giles y vulnerables. Preparados para ser convencidos, para entregar nuestras libertades y nuestros valores. Cuanto m¨¢s dividida y desunida est¨¢ una sociedad sobre las cuestiones m¨¢s esenciales de su vida en com¨²n m¨¢s f¨¢cil es que sea vea afectada por el mal que inocula la acci¨®n violenta del terrorismo.
Dif¨ªcil ser¨¢ vencer al terrorismo si no sabemos ni siquiera identificar quienes son los culpables. Si mezclamos a los terroristas y la ideolog¨ªa que les anima con las culpas del sistema, el comercio de armas, la islamofobia o incluso los servicios de inteligencia, como ha sucedido tantas veces en interpretaciones conspiranoicas. O si no sabemos muy bien quienes son realmente las v¨ªctimas y nos hacemos homenajes a nosotros mismos y a nuestras ideas partidistas.
Las v¨ªctimas han estado ocultas durante todo el a?o transcurrido desde los atentados de Barcelona y Cambrils. Nuestra sociedad, dividida y enfrentada, no sab¨ªa qu¨¦ hacer con ellas y apenas sabe ahora qui¨¦nes son los culpables. Va a costar mucho recuperar esa unidad civil imprescindible para acompa?ar al dolor de los supervivientes, pero hoy se ha hecho el primer paso al evitar al menos la exhibici¨®n imp¨²dica de nuestras divisiones.
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