Las v¨ªctimas ganan a los agitadores

Las v¨ªctimas consiguieron sustancialmente lo que ped¨ªan: ¡°despolitizar¡± el homenaje del primer aniversario. La petici¨®n qued¨® satisfecha porque la ceremonia fue contenida, emotiva, sobria. No hubo discursos que se pudiesen interpretar en t¨¦rminos de aprovechamiento partidista o manipulaci¨®n. Y fracas¨® el boicoteo ¨Cprevisto inicialmente, pero al final retranqueado--a la presencia del jefe del Estado: estuvieron todas las autoridades, sin excepci¨®n. Como debe ser.

Ante esa potencia de arrastre de las v¨ªctimas, quedaron relegadas a segundo plano las conductas disonantes. Que varios dirigentes, como Quim Torra, leyeran sus textos previamente. Que los Comit¨¦s de Defensa de la Rep¨²blica activaran su (testimonial) anunciada agitaci¨®n divisoria. Que contaran con el apoyo del president oficial de la Generalitat, a la saz¨®n, de todos los catalanes; y la presencia de un diputado del partido puigdemontista. Que ?mnium o la Assemblea Nacional Catalana (ANC) no compareciesen en solidaridad con las familias: ?d¨®nde dejaron la proclamada ¡°unitat del poble catal¨¤¡±?. Que una pancarta contra el Rey en la plaza Catalu?a (provoc¨® residuales protestas espa?olistas) pespunteara la conducta bifronte del secesionismo: (fr¨ªa) correcci¨®n en el protocolo unitario; agitaci¨®n callejera --esta vez de menor cuant¨ªa--, fragmentadora.

Esos episodios no lograron marcar la pauta de la jornada (aunque ocurrieron). Afortunadamente, porque en los pa¨ªses civilizados nadie quiebra la unidad antiterrorista. Y su visibilidad.

?Tiene eso alguna importancia? La tiene. La unidad, esto es, la sinton¨ªa institucional, la complicidad de los partidos y el apoyo un¨¢nime de los ciudadanos no constituyen solo un consuelo para las v¨ªctimas. Que tambi¨¦n. Env¨ªan adem¨¢s un mensaje pol¨ªtico muy ¨²til contra los aspirantes a terroristas: est¨¢is aislados, no encontrar¨¦is ayuda, hasta quienes ostentan m¨¢s discrepancias entre s¨ª las aparcan si se trata de erosionar vuestra t¨¦trica causa. Por supuesto que este mensaje no impide su violencia, pues matar es demasiado f¨¢cil. Pero la dificulta, le quita ox¨ªgeno. La deslegitima, evidencia su soledad. La mella, a pocos complace saberse perdedor.

?Por qu¨¦ las v¨ªctimas, con razones sustantivas, reclamaron que se despolitizara el aniversario? Por experiencia propia de la politizaci¨®n indepe practicada hace apenas un a?o, la ¨²nica notoria. En la manifestaci¨®n de homenaje del pasado 26 de agosto, nueve d¨ªas despu¨¦s de la masacre, los servicios de orden de la ANC fueron quienes encuadraron la manipulaci¨®n del acto antiterrorista mediante una encerrona de gritos y pitidos contra el jefe del Estado y en favor de la secesi¨®n.

As¨ª que resulta falso que el boicoteo separatista al Rey eche ra¨ªces en su (mejorable) discurso del 3 de octubre, contra el golpe parlamentario y la deriva hacia la proclamaci¨®n de la secesi¨®n. Lo iniciaron antes las organizaciones soberanistas. Y lo coron¨® Torra en Tarragona el 22 de junio, ?nueve meses despu¨¦s!

?Motivo? Elemental. Desalentar a Felipe de Borb¨®n a cumplir sus obligaciones constitucionales. Como la de saludar atentamente en el acto a la esposa de Joaquim Forn, conseller de Interior cuando los hechos, y hoy en prisi¨®n. Si no hubiese venido a Barcelona, se le habr¨ªa achacado que esa ausencia simbolizaba ese Estado presuntamente hostil a Catalu?a que a¨²n propagan ciertos estrategas de pago.