Barcelona protesta contra el terror entre abucheos al Rey y ¡®estelades¡¯
Miles de asistentes han mostrado su rechazo al monarca y dem¨¢s representantes del Estado
Los catalanes han salido este s¨¢bado a la calle en Barcelona para demostrar que no tienen miedo al terrorismo isl¨¢mico. Decenas de miles de personas ¡ªmedio mill¨®n, seg¨²n la Guardia Urbana¡ª han ocupado el paseo de Gracia para exhibir su rechazo a los cr¨ªmenes de la semana pasada en La Rambla y en Cambrils. La convocatoria se ha visto enrarecida por los constantes pitidos y abucheos destinados al rey Felipe VI y al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Tambi¨¦n destac¨® una significativa presencia de esteladas y pancartas que vinculaban al Gobierno y a la corona con la violencia en Oriente Pr¨®ximo. Pese a ello, el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, han resaltado la unidad que la ciudadan¨ªa demostr¨® contra los terroristas.
Los lemas de los carteles m¨¢s vistos durante el recorrido, repartidos por entidades independentistas y de colectivos pacifistas, ofrec¨ªan mensajes como ¡°Felipe, quien quiere la paz no trafica con armas¡±, ¡°Mariano, queremos paz, no vender armas¡± y ¡°Vuestras pol¨ªticas, nuestros muertos¡±. Gran parte de los sectores cr¨ªticos con la presencia del jefe de Estado se reunieron en una concentraci¨®n paralela que la CUP y otros colectivos de la izquierda alternativa convocaron dos horas antes de dar inicio la manifestaci¨®n oficial. Las cerca de 3.000 personas que se reunieron en esta marcha alternativa se fusionaron luego con la otra manifestaci¨®n.
Pol¨ªticos y representantes de las instituciones del Estado esperaron en el Palacio de la Generalitat el momento para incorporarse a la manifestaci¨®n. El ambiente en el Palau destac¨® por el cordial di¨¢logo entre representantes de la pol¨ªtica catalana y de Madrid, seg¨²n testimonios recabados por EL PA?S, una situaci¨®n diferente de lo que se vivi¨® en la calle.
Presidentes auton¨®micos, ministros, l¨ªderes de partidos, diputados y concejales, todos fueron transportados en autobuses directamente del Palau a la llamada ¡°c¨¢psula de autoridades¡±, en el cruce con Gran Via, a un kil¨®metro del punto de inicio de la manifestaci¨®n. Ya la llegada de los representantes del Ejecutivo espa?ol fue recibida con sonoras pitadas y gritos a favor de la independencia. Los silbidos contra el Rey y Rajoy se repet¨ªan cada vez que las pantallas gigantes a lo largo del paseo de Gracia mostraban su imagen. H¨¦ctor Fern¨¢ndez, un barcelon¨¦s que asisti¨® con su hija y su mujer a la protesta, se desga?itaba en gritos contra el Rey. Fern¨¢ndez justific¨® su rechazo porque ¡°el Rey no puede venir a una manifestaci¨®n pacifista y vender armas a Arabia Saud¨ª¡±. El hombre a?adi¨®, repitiendo informaciones aparecidas en medios digitales independentistas, que ¡°el Gobierno espa?ol ocult¨® informaci¨®n sobre los terroristas a los Mossos d¡¯Esquadra y no permite que estos se refuercen¡±. Cerca de ¨¦l, otro padre de familia apuntaba que es ¡°pu?etera hipocres¨ªa que sea esta la primera manifestaci¨®n a la que acude el Rey¡±.
En sus primeras palabras tras la manifestaci¨®n, para TV3, ni la alcaldesa Ada Colau ni el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, comentaron los abucheos al Rey y a los miembros del Gobierno. Ambos destacaron la unidad que consigui¨® la marcha. ¡°Es de agradecer que en el mes de agosto haya habido esta respuesta admirable de la ciudadan¨ªa¡±. Colau destac¨®: ¡°Hoy m¨¢s que nunca nos sentimos capital orgullosa de Catalu?a, porque ha venido gente de todo el pa¨ªs¡±. Puigdemont remarc¨® que, pese a las ¡°leg¨ªtimas discrepancias pol¨ªticas en democracia¡±, la coordinaci¨®n entre las Administraciones frente a los atentados ha sido digna de elogio.
Choque por las banderas
M¨ªriam Hatibi, portavoz de la Fundaci¨®n Ibn Batutta, y la actriz Rosa Mar¨ªa Sard¨¢ leyeron el manifiesto de la marcha. ¡°Cuando los terroristas golpean, en vez de dividirnos, nos encuentran m¨¢s unidos que nunca en la libertad y la democracia desde nuestra diversidad de culturas y creencias¡±, dijo Hatibi. Sard¨¢ a?adi¨®: ¡°No conseguir¨¢n dividirnos, no estamos solos; somos muchos millones de personas que rechazamos la violencia y defendemos la convivencia en Manchester y en Nairobi, en Par¨ªs y en Bagdad, en Bruselas y en Nueva York, en Berl¨ªn y en Kabul¡±.?
La Asamblea Nacional Catalana (ANC) hab¨ªa llamado a participar en la manifestaci¨®n con esteladas marcadas con un cresp¨®n negro para protestar por la presencia de Felipe VI. Pese a ello, la gran mayor¨ªa de asistentes opt¨® por no lucir banderas de ning¨²n tipo. La alcaldesa de Barcelona tuvo que recordar el viernes que no era el d¨ªa para manifestarse con banderas nacionalistas. El vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, quit¨® hierro a la pol¨¦mica y asegur¨® que acudir con banderas no era incompatible con el sentido de la manifestaci¨®n. Durante la movilizaci¨®n, Colau tambi¨¦n relativiz¨® la presencia de esteladas y la consider¨® leg¨ªtima. ¡°En una manifestaci¨®n tan grande hay libertad de expresi¨®n y mucha gente sale con sus s¨ªmbolos y con cuestiones complementarias¡±, afirm¨® la alcaldesa, seg¨²n declaraciones recogidas por Europa Press.
La presencia de banderas espa?olas era excepcional y sobre todo destacaba en el peque?o grupo que marchaba bajo la pancarta del colectivo Sociedad Civil Catalana.
El distintivo m¨¢s com¨²n entre los participantes fueron las cartulinas que reparti¨® el Ayuntamiento con el lema No tinc por (No tengo miedo) y camisetas azules que la gente tra¨ªa de casa. Se eligi¨® el azul como color para te?ir la movilizaci¨®n porque simbolizaba la traves¨ªa de dolor de los refugiados que huyen de la guerra hacia Europa cruzando el Mediterr¨¢neo.
Aglomeraci¨®n sin agobios
El Gremio de Floristas de Barcelona estableci¨® varios puntos a lo largo del Paseo de Gr¨¤cia para regalar rosas rojas, amarillas y blancas, los tres colores de la bandera de Barcelona. Voluntarios de la entidad ?mnium Cultural eran los encargados de repartirlas.
Pese a la multitud y a la cifra de medio mill¨®n de asistentes aportada por la polic¨ªa municipal, la convocatoria dist¨® mucho de las aglomeraciones que han generado las Diadas independentistas de los ¨²ltimos a?os. La ciudadan¨ªa acudi¨® gradualmente, desde primera hora de la tarde, al punto de inicio de la marcha, en la confluencia entre el Paseo de Gracia y la avenida Diagonal. Familias, parejas, abuelos acompa?ados por sus nietos y extranjeros quisieron participar en el acto de repulsa al terrorismo. La mayor¨ªa aprovechaba para fotografiarse con las cartulinas que distribuy¨® la organizaci¨®n ante emblemas de la ciudad como La Pedrera.
En la calle de Valencia, un centenar de j¨®venes europeos de la comunidad cristiana de San Egidio levantaron globos azules con la palabra ¡°paz¡± impresa en varios idiomas. Entre ellos se encontraba Maria Gershak, berlinesa de 26 a?os y profesora de alem¨¢n para los refugiados llegados a Alemania en los dos ¨²ltimos a?os. Gershak defendi¨® que la manera de combatir el islamismo es invertir en formaci¨®n y cursos de integraci¨®n: ¡°Es una apuesta a largo plazo, pero es la ¨²nica manera para que estas personas sientan que son parte de nuestra comunidad y de Europa¡±.
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