Un tribunal juzga a un pederasta de Alicante por reincidir tras pasar dos d¨¦cadas en prisi¨®n
El acusado reconoce abusos contra cinco ni?os y acepta otros 18 a?os de c¨¢rcel
La Audiencia de Alicante ha juzgado este mi¨¦rcoles a un pederasta que abus¨® sexualmente de dos menores, lo intent¨® con otros dos y fotografi¨® desnudo a un quinto. Tal como ¨¦l mismo ha admitido durante la vista, celebrada a puerta cerrada para preservar la intimidad de las v¨ªctimas, cometi¨® los siete delitos que le atribuye en esta causa la fiscal¨ªa (abusos, inducci¨®n a la prostituci¨®n y corrupci¨®n de menores) tras pasar casi dos d¨¦cadas en la c¨¢rcel por hechos similares.
Antonio Rojo, de 73 a?os, ha aceptado ahora una nueva condena de 18 a?os tras un acuerdo con el fiscal, que solicitaba 24 a?os inicialmente para ¨¦l, ha se?alado su abogado, Vicente P¨¦rez, a EL PA?S. No obstante, el l¨ªmite m¨¢ximo de privaci¨®n de libertad ser¨¢ fijado por el tribunal en 15 a?os, como prev¨¦ la legislaci¨®n penal.
Este depredador sexual ya fue condenado en 1997 a penas que sumaban un total de 96 a?os de c¨¢rcel por ocho violaciones perpetradas contra ni?os de edades inferiores a los 12 a?os. El l¨ªmite de cumplimiento efectivo de esa condena qued¨® fijado en 30 a?os (venc¨ªa el 11 de octubre de 2024), pero Rojo fue excarcelado el 22 de noviembre de 2013 en aplicaci¨®n del anterior C¨®digo Penal.
Apenas un a?o y medio despu¨¦s de salir en libertad, a partir del verano de 2015, el pederasta volvi¨® a las andadas. La primera de sus v¨ªctimas fue un chico de 15 a?os que padece una discapacidad mental del 50% y al que agasaj¨® con diversos regalos como una tostadora, una estufa o dos tel¨¦fonos m¨®viles para ganarse su confianza y abusar de ¨¦l en m¨¢s de 20 ocasiones.
El menor, al que sol¨ªa dar tambi¨¦n peque?as cantidades de dinero en efectivo (entre 5 y 20 euros), acud¨ªa a casa del sospechoso, en el barrio alicantino de Pla, de dos a tres veces por semana. All¨ª era fotografiado desnudo a la vez que sufr¨ªa tocamientos, masturbaciones y felaciones. El adolescente presenta ahora indicadores de un trastorno por estr¨¦s postraum¨¢tico, depresi¨®n y ansiedad por los deber¨¢ ser indemnizado con 9.000 euros.
Ese mismo verano de 2015, el pederasta fotografi¨® en posturas de car¨¢cter sexual a un ni?o de solo seis a?os que estaba pasando unos d¨ªas de vacaciones en su casa. El peque?o es el hijo de la novia de un amigo suyo, un hombre a quien hab¨ªa conocido en la c¨¢rcel de Valdemoro (Madrid) y con el que ¨¦l mismo hab¨ªa mantenido una relaci¨®n sentimental. Este amigo lleg¨® a estar imputado en esta causa, pero fue exculpado durante la instrucci¨®n al no hallarse pruebas de que supiera lo que estaba ocurriendo.
Ya en enero del a?o siguiente, Rojo trab¨® contacto con otro ni?o, de 12 a?os, en un parque de la ciudad y le obsequi¨® con refrescos y bolsas de patatas. No tard¨® mucho en convencerle para que acudiera a su domicilio. Lo logr¨® mediante enga?os, dici¨¦ndole que podr¨ªa mantener relaciones sexuales con unas vecinas suyas. Una vez en casa, le acarici¨® los genitales en repetidas ocasiones.
El escrito de acusaci¨®n del fiscal, al que ha tenido acceso El PA?S y cuyo contenido ha reconocido punto por punto esta ma?ana el procesado, relata tambi¨¦n sus maniobras en las redes sociales para tratar de mantener encuentros sexuales con otros dos adolescentes, de 14 y 16 a?os, entre diciembre de 2015 y febrero de 2016.
Aunque obtuvo fotograf¨ªas de desnudos de las v¨ªctimas y de sus ¨®rganos sexuales, y les ofreci¨® regalos y dinero, no logr¨® sus prop¨®sitos. La polic¨ªa encontr¨® esas im¨¢genes en sus dos tel¨¦fonos m¨®viles tras su detenci¨®n, el 16 de marzo de 2016, junto a numerosos mensajes SMS y whatsapps incriminatorios y gran cantidad de archivos de pornograf¨ªa infantil.
Tras unos titubeos iniciales, al escuchar los cargos de boca del presidente del tribunal, el pederasta se ha declarado culpable. En prisi¨®n provisional por esta causa desde hace dos a?os y medio, ha vuelto en un furg¨®n policial al Centro Penitenciario de Fontcalent, en Alicante, para aguardar su nueva condena.
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