El exmonaguillo espa?ol que denunci¨® abusos al Papa: ¡°Sufr¨ª temblores y ataques de ansiedad¡±
EL PA?S entrevista al joven que escribi¨® al Pont¨ªfice cont¨¢ndole que fue agredido sexualmente desde los 13 a los 17 a?os
Daniel, el exmonaguillo y catequista de Granada al que el papa Francisco telefone¨® en persona en noviembre de 2014 para pedirle ¡°perd¨®n¡± en nombre de la Iglesia tras recibir una carta suya en la que describ¨ªa haber sufrido abusos sexuales, ha decidido romper su silencio. Lleva a?os escondido de la prensa y recibe a EL PA?S en su despacho de Pamplona: pide anonimato y declina ser fotografiado.
Daniel es nombre supuesto. ¡°No deseo que me vayan se?alando por la calle¡±, indica. Es docente universitario. Tiene 28 a?os, est¨¢ casado y es miembro supernumerario del Opus Dei. ¡°Sufr¨ª mucho, y tambi¨¦n mi familia; llegu¨¦ a tener temblores y ataques de ansiedad; decid¨ª contarlo porque no quer¨ªa que a nadie m¨¢s le pasara lo mismo¡±, aclara. Se siente ¡°muy dolido¡± y ¡°apenado¡± con la evoluci¨®n judicial y can¨®nica de su caso. "Dolido porque algunos de los que abusaron de mi han vuelto a sus parroquias y qui¨¦n sabe si volver¨¢n a las andanzas m¨¢s adelante", advierte.
Recuerda con nitidez el d¨ªa de la llamada del Papa. ¡°Iba por Granada con mi coche y son¨® el tel¨¦fono: ¡°Soy el Padre Jorge¡±, oy¨® al otro lado del m¨®vil. ¡°No conozco a ning¨²n padre Jorge¡±, repuso. ¡°No hijo¡, soy el papa Francisco¡±. Semanas antes hab¨ªa enviado la carta directamente a El Vaticano. ¡°Me qued¨¦ helado, y aparqu¨¦ como pude al lado de la calzada, me puse muy nervioso y sudaba¡±, evoca Daniel. La llamada trascendi¨® a la prensa y su caso ocup¨® portadas en todos los peri¨®dicos.
La Fiscal¨ªa Superior de Granada abri¨® diligencias y, tras interrogarle a ¨¦l y a los curas que citaba en la carta, present¨® una querella por abusos sexuales contra ocho sacerdotes y una persona laica. Fue lo que se bautiz¨® como el caso Romanones. El juez instructor de Granada que asumi¨® las diligencias imput¨® encubrimiento y abusos sexuales menos graves (sin penetraci¨®n) a los nueve investigados; y a uno de ellos, adem¨¢s, un delito de agresi¨®n sexual, con penetraci¨®n (violaci¨®n).
Daniel empez¨® de monaguillo a los siete a?os, luego pas¨® a ser catequista y finalmente, con 15 a?os, ¡°los curas me convencieron para que me quedase a vivir con ellos en la parroquia¡±. Estuvo varios a?os as¨ª. Mantiene que los abusos los padeci¨® entre los 13 y los 17 a?os, cuando huy¨® de la parroquia granadina. "No entend¨ªa c¨®mo me pod¨ªa estar pasando eso en una iglesia y con curas", indica. Su aspecto es atractivo para muchas mujeres. "Siempre me gustaron las chicas; y las cosas que ellos me vend¨ªan como normales, con la argucia de que era lo que Dios quer¨ªa, me produc¨ªan un enorme rechazo".
El Supremo rectifica a la Audiencia de Granada
El Supremo, en efecto, no ha entrado a valorar el fondo del asunto, es decir, si el ¨²nico acusado viol¨® o no a Daniel. Y es que el abogado de Daniel solo recurri¨® ante el Supremo la condena de las costas, pero no el fondo del asunto. Y lo hizo por entender que ¡°es muy excepcional¡± que el alto tribunal transforme en condenatoria (y ya sin posibilidad de recurso) una sentencia absolutoria procedente de una instancia inferior. A¨²n as¨ª, al anular las costas impuestas en Granada, el Supremo, en una ponencia del magistrado Luciano Varela, diferencia ¡°entre la falta de prueba de la verdad del relato [de Daniel] y la prueba de falsedad del mismo (¡)¡±.
Y zanja: ¡°La sentencia tilda de inveros¨ªmil la imputaci¨®n (¡) pero no dice que esta sea falsa¡±. El Supremo refuta al tribunal granadino que no puede haber temeridad en una denuncia sostenida por la Fiscal¨ªa Superior de Andaluc¨ªa y un juez instructor. "Al final de la vista, la fiscal¨ªa retir¨® la acusaci¨®n de violaci¨®n, pero ya hab¨ªan cambiado al fiscal superior que inici¨® mi caso, Jes¨²s Garc¨ªa Calder¨®n, por la actual fiscal jefa, AnaT¨¢rrago", comenta Daniel.
El papa volvi¨® a referirse al caso de Daniel el pasado 27 de agosto, ante periodistas, en el vuelo de regreso a Roma tras su visita a Irlanda. Francisco aludi¨®, a grandes rasgos, a la absoluci¨®n de los curas y coment¨® que incluso se le hab¨ªan impuesto las costas a Daniel. En realidad, el Supremo ha anulado tales costas.
Casi a la vez que el Papa, tambi¨¦n fue informado por escrito de lo que me hab¨ªa ocurrido un alto cargo de la Conferencia Episcopal Espa?ola que fue arzobispo de Granada, pero este, en lugar de actuar, su respuesta fue la siguiente: ¡°Estas cosas solo deben arreglarse en los confesionarios¡±, se lamenta Daniel. ¡°Siento mucha rabia por todo lo sucedido", se desahoga.
El asunto, desde la perspectiva judicial penal, ha quedado en nada, a pesar de que la Fiscal¨ªa Superior, que inicialmente pidi¨® nueve a?os de c¨¢rcel al principal encausado, y el juez instructor, Antonio Moreno, observaron en distintas resoluciones s¨®lidos ¡°indicios racionales¡± de que los abusos se hab¨ªan cometido. Bajo la tenaza de que hab¨ªan pasado a?os desde los hechos, el juez desglos¨® los delitos leves de los graves. Y archiv¨® los primeros. No porque no hubiesen existido, seg¨²n sus resoluciones, sino porque estaban prescritos. Y llev¨® a juicio a solo uno de los curas por el delito grave, agresi¨®n sexual con penetraci¨®n, pero el sacerdote acab¨® absuelto.
En la carta, Daniel le contaba a Francisco que los religiosos le convencieron para que se fuese a vivir con ellos a la parroquia. "Me dec¨ªan que no deb¨ªa seguir con mis padres, que ten¨ªa que estar con ellos en la parroquia para averiguar si Dios me estaba llamando... All¨ª nunca tuve cama propia, ten¨ªa que compartirla con alguno de ellos, muchas veces desnudo¡±. Tras varios a?os de investigaci¨®n, el juez Moreno decidi¨® llevar a juicio a solo uno de los nueve imputados por abuso sexual grave con penetraci¨®n: era el ¨²nico delito no prescrito.
El juicio empez¨® en marzo de 2017. La Audiencia de Granada absolvi¨® al ¨²nico acusado (las imputaciones sobre los encausados por los abusos leves, masturbaciones, tocamientos, estaban prescritas). La sentencia incluso fue dura contra Daniel. Entre otras cosas, concluy¨® que no hab¨ªa pruebas de los hechos. E incluso impuso las costas a Daniel por ¡°temeridad y mala fe¡± en su denuncia. El Tribunal Supremo, sin embargo, ha rectificado en abril de este a?o al tribunal granadino y anulado las costas que le impuso. Se?ala que la denuncia dispuso del aval del juez y la Fiscal¨ªa Superior de Andaluc¨ªa y que, adem¨¢s, en ning¨²n momento la sentencia de Granada acredita que los hechos denunciados por Daniel sean falsos.
¡°Despu¨¦s del resultado de mi denuncia, ?qui¨¦n se va a atrever ahora a dar el paso y denunciar que ha padecido abusos?¡±, se pregunta Daniel, indignado. ¡°Me dec¨ªan que ten¨ªa que haber denunciado antes, ?pero qui¨¦n con 17 a?os, todav¨ªa en el instituto, y traumatizado como yo estaba, iba a denunciar a unos curas, nadie me habr¨ªa cre¨ªdo... Luego [con 24 a?os] lo hice porque ve¨ªa a conocidos y familiares que iban por la parroquia y tem¨ªa que les pudiera estar ocurriendo a ellos lo mismo¡±, destaca.
¡°En la v¨ªa can¨®nica es posible todav¨ªa actuar contra los curas por los abusos sin penetraci¨®n que sufr¨ª¡±, afirma
Daniel contin¨²a desde Pamplona con su lucha contra los abusos sexuales cometidos en el seno de la Iglesia. ¡°Me han llamado v¨ªctimas de abusos descubiertos recientemente en Astorga, y desde otros sitios de Espa?a¡±. Quieren ¡°desahogarse¡±, y ¡°me piden ayuda y asesoramiento¡± sobre c¨®mo deben actuar. ¡°Hay personas que no han podido soportarlo y se han suicidado¡±, detalla Daniel. Recuerda el caso de un chico con el que mantuvo contacto y ¡°que se ahorc¨® el mismo d¨ªa que ten¨ªa previsto denunciar: al descolgarle, vieron que llevaba la denuncia en un bolsillo¡±. Sus vivencias nunca hicieron perder a Daniel su fe. ¡°Cuando trascendi¨® todo aquello, el Opus me mostr¨® todo su apoyo y me ayud¨® mucho¡±, agradece.
Daniel ha vuelto a escribir al papa Francisco. Lo hizo el pasado 8 de agosto. Esta vez para pedirle que se le informe sobre lo sucedido con el procedimiento can¨®nico, en paralelo al penal, que activ¨® la Iglesia a ra¨ªz de su denuncia al papa. ¡°Soy parte en ese procedimiento y no se me ha informado de nada, si sigue vivo, si est¨¢ archivado¡¡±, confiesa.
¡°El procedimiento can¨®nico es diferente del penal en cuanto a los plazos de prescripci¨®n, que para los abusos sexuales se eleva a 20 a?os, el doble que la justicia ordinaria¡±, revela Daniel. Es decir, si el juez penal entendi¨® prescritos los abusos sexuales sin penetraci¨®n aun cuando vio ¡°indicios racionales¡± de que se hab¨ªan perpetrado, ¡°desde el ¨¢mbito can¨®nico estos no est¨¢n prescritos aun¡±. ¡°En la v¨ªa can¨®nica", a?ade, "es posible todav¨ªa actuar contra los curas por los abusos sin penetraci¨®n que sufr¨ª, los que no han sido juzgados por estar prescritos, y que afectaban, no solo a uno de ellos, sino a todos los investigados¡±, a?ade Daniel.
¡°Querid¨ªsimo Santo Padre (¡) Yo soy el joven que le escribi¨® a principios de agosto de 2014 exponi¨¦ndole los abusos sexuales de los que fui v¨ªctima a manos de tres sacerdotes de la Di¨®cesis de Granada¡±. As¨ª comienza Daniel su nueva misiva, en la que le explica que, pese al fallo absolutorio en uno de los casos, los hechos de su denuncia son ciertos. ¡°El Tribunal Supremo espa?ol se?ala muy bien en su sentencia sobre mi caso", a?ade en la carta, "que una cosa es que no se haya podido probar, a juicio de la Audiencia de Granada, la comisi¨®n del delito de abuso sexual con penetraci¨®n, y otra bien distinta es que los hechos no sean ciertos¡±.
El otro perd¨®n de Francisco
El objetivo de la nueva carta enviada por Daniel el pasado 8 de agosto al papa Francisco ha sido aportarle las distintas resoluciones dictadas por los jueces penales sobre su caso; y, sobre todo, reclamarle informaci¨®n acerca de la investigaci¨®n que abri¨® la Iglesia a instancias del Arzobispado de Granada. ¡°Le explico en la carta que el hecho de que haya sido absuelto el ¨²nico de los nueve curas investigados que se sent¨® en el banquillo, no significa que los hechos sean inciertos, que no lo son tal como dice el Tribunal Supremo y que, adem¨¢s, esos delitos no estar¨ªan prescritos seg¨²n el Derecho Can¨®nico¡±, destaca Daniel.
En la nueva carta a?ade Daniel: ¡°Le rogar¨ªa santo Padre que alguien me comunicara que ha ocurrido en este proceso (¡) lo que espero alcanzar de su santidad, cuya bendici¨®n pido humildemente¡±. Asegura Daniel que, tras estallar su caso, dos curas se desplazaron a Pamplona para interrogarle. "Pero no s¨¦ nada de en qu¨¦ qued¨® todo aquello, y tengo derecho a que se me informe oficialmente, pues soy parte en ese procedimiento¡±, se?ala. ¡°Si lo han archivado, pues que me lo comuniquen y lo razonen¡±, reclama. Tras la sentencia absolutoria al principal implicado (los dem¨¢s no han sido juzgados porque los delitos que se les atribu¨ªan estaban prescritos), el Vaticano ha reincorporado a sus puestos a todos los sacerdotes investigados.
Daniel ha tenido conocimiento a trav¨¦s de la prensa (¡°aunque oficialmente no he podido contrastar si es verdad o no¡±), que el papa Francisco pidi¨® ¡°perd¨®n¡± el pasado 12 de julio, en un encuentro en Roma, a varios sacerdotes implicados en este asunto y, en concreto, al que se sent¨® en el banquillo y que luego fue absuelto por la Audiencia de Granada.
¡°Siento rabia y dolor¡±, escribe Daniel al papa Francisco en su carta del pasado 8 de agosto, ¡°de ver c¨®mo usted da audiencia, recibe, abraza y respalda a unos sacerdotes (¡) que han destrozado mi vida¡±. "Yo s¨¦ lo que viv¨ª, y me preocupa que los sacerdotes sigan donde estaban", advierte Daniel.
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