Gonz¨¢lez y Aznar, una conversaci¨®n en medio del ruido
Los dos expresidentes aparcaron sus viejas rivalidades para hablarse de t¨² e incluso intercambiar bromas
Aun sin saber las armas escogidas para el duelo, un debate entre Felipe Gonz¨¢lez y Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar tiene mucho morbo. Y no porque todav¨ªa resuene en la memoria colectiva aquel "v¨¢yase se?or Gonz¨¢lez" que el entonces l¨ªder del PP convirti¨® en l¨¢tigo y ariete para echar del poder al presidente socialista, sino porque solo un par de d¨ªas antes, en el Congreso de los Diputados, Aznar exhibi¨® sin recato su perfil m¨¢s duro, gust¨¢ndose en la descalificaci¨®n del contrario y sacando as¨ª de su letargo a su corte de nost¨¢lgicos, que tanto lo echan de menos. Teniendo en cuenta, adem¨¢s, que Gonz¨¢lez, para desesperaci¨®n de la direcci¨®n del PSOE, hace tiempo que va por libre, la noche en el Colegio de Arquitectos de Madrid se presentaba entretenida. La cita era para hablar, a instancias de EL PA?S y la cadena SER, del 40? aniversario de la Constituci¨®n, pero aquello pod¨ªa degenerar en cualquier cosa.
Y entonces, nada m¨¢s iniciarse el acto, dos intervenciones muy breves ¡ªla de Jos¨¦ Mar¨ªa Ezquiaga, decano de los arquitectos madrile?os, y la de Soledad Gallego-D¨ªaz, directora de EL PA?S¡ªmarcaron el tono de lo que iba a ocurrir. Dijo el arquitecto que la Constituci¨®n de 1978 es un monumento m¨¢s valioso que cualquier catedral, y sigui¨® la periodista contando una an¨¦cdota. Hace justo 40 a?os, siendo una joven cronista parlamentaria, presenci¨® c¨®mo un hombre de 43 a?os le tend¨ªa la mano a una mujer de 82. "Aquel hombre"; cont¨® Gallego-D¨ªaz, "era el presidente del Gobierno, Adolfo Su¨¢rez, y aquella mujer era Dolores Ib¨¢rruri". La joven periodista vio despu¨¦s c¨®mo aquella comunista ya anciana, el s¨ªmbolo de la lucha contra el franquismo, bajaba las escaleras de las Cortes. "Vi que su mirada se cruzaba con la de Leopoldo Calvo Sotelo, sobrino de Jos¨¦ Calvo Sotelo, el protom¨¢rtir del franquismo. 40 a?os despu¨¦s de aquella contienda, se miraban con curiosidad. La an¨¦cdota marc¨® mi vida, mi manera de ver la pol¨ªtica y mi aprecio por la Constituci¨®n".
Gonz¨¢lez y Aznar, los presidentes que m¨¢s han vivido en La Moncloa ¡ª"es la casa donde m¨¢s he vivido", confes¨® el socialista¡ª escucharon con atenci¨®n, y luego, cuando se pusieron a hablar de sus respectivas posturas sobre la Constituci¨®n y su hipot¨¦tica reforma, no parec¨ªan ellos mismos. No solo se hablaron de t¨², sino que se gastaron bromas e incluso intentaron buscar zonas de acuerdo. Aznar, quien de joven se mostr¨® muy cr¨ªtico con el trabajo de los constituyentes, lleg¨® a reconocer: "Lo hicieron bien. Y no solo pensando en ellos, sino en los que vendr¨ªan despu¨¦s". Gonz¨¢lez, sobre el momento actual, apostill¨®: "Ni aquello fue f¨¢cil ni las posiciones de partida eran pr¨®ximas. Por eso no me preocupa el enfrentamiento actual, sino la falta de valent¨ªa para proponer y empezar a hablar". El encuentro dur¨® hora y media, pero pod¨ªa haber durado tres sin que nadie se moviera de la silla. En medio del ruido ambiente, la simple conversaci¨®n ¡ªpausada, con argumentos y su dosis de retranca¡ª de dos viejos enemigos se convierte en una llamada de atenci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.