La vuelta de Aznar al PP divide al partido
El regreso del expresidente parte a la formaci¨®n entre los partidarios de un giro a la derecha y quienes temen que movilice a la izquierda
¡°Tengo la sensaci¨®n de que mi partido me quiere mucho¡±, asegur¨® Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar en la comisi¨®n de investigaci¨®n sobre la presunta financiaci¨®n ilegal del PP, inaugurada con un abrazo de Pablo Casado al expresidente delante de las c¨¢maras. La nueva c¨²pula popular se esfuerza por quitar hierro a la rehabilitaci¨®n del hombre que renunci¨® a ser presidente de honor del partido para que todos oyeran su portazo. En p¨²blico, insisten en que est¨¢n ¡°muy orgullosos¡± de su pasado, incluyendo en la misma frase los nombres de todos los presidentes de la formaci¨®n. En privado, admiten la trascendencia del cambio en la relaci¨®n con su antiguo l¨ªder y, seg¨²n se trate de partidarios o detractores de Aznar, es decir, de leales o contrarios a Mariano Rajoy, aventuran consecuencias diferentes.
EL PA?S pregunt¨® a varios dirigentes del partido sobre la historia de ese abrazo. As¨ª interpretan las dos familias del PP la relaci¨®n con su militante m¨¢s problem¨¢tico: Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar.
El flechazo. En realidad, nunca lo hubo. ¡°Aznar eligi¨® a Rajoy [como sucesor] por descarte ¡ª¨¦l mismo confes¨® que su primera opci¨®n fue Rodrigo Rato¡ª y se arrepinti¨® enseguida. Nunca digiri¨® bien su salida, pero ¨¦l se hab¨ªa comprometido a estar ocho a?os¡±, afirma un dirigente popular. ¡°Las relaciones no fueron buenas desde el principio¡±, coincide un ex alto cargo aznarista. ¡°Y ¨¦l nunca intent¨® disimular¡±, admite. S¨ª hubo flechazo entre Casado y Aznar, con el que el presidente del PP trabaj¨® como jefe de gabinete en 2009 y 2011.
La ruptura. Las dos familias del PP culpan a la otra del divorcio. Para los aznaristas, el motivo de la ruptura fue un tema de fondo, ¡°ideol¨®gico¡±. Para los marianistas, algo mucho m¨¢s prosaico, la ¡°qu¨ªmica¡±. ¡°La primera legislatura de Rajoy fue descorazonadora: en lugar de bajar los impuestos, los subimos; no derog¨® la ley de memoria hist¨®rica, no defendi¨® los principios y valores de este partido. Por eso nos dejamos tres millones y medio de votos en las urnas. Y luego la gesti¨®n de la crisis catalana, la lamentable actuaci¨®n con Bolinaga [puesto en libertad condicional por un c¨¢ncer terminal]¡±, afirma un exdirigente popular. ¡°?Ideol¨®gico? Siempre fue algo personal entre ellos. Rajoy fue el presidente que aplic¨® el 155 en Catalu?a. Aznar, el primero en pactar con los nacionalistas, el que hablaba catal¨¢n en la intimidad y el que dijo aquello del movimiento de liberaci¨®n vasco¡±, opina, no obstante, un exdirigente de la era Rajoy.
Las dos almas del PP citan una amplia colecci¨®n de agravios. ¡°Aznar presentaba un libro y no iba nadie. Y lo de no invitarle al congreso [para elegir al sucesor de Rajoy] fue impresentable¡±, dicen de un lado. ¡°Se dedic¨® a promocionar a Albert Rivera por todas las esquinas. Eso sent¨® fatal¡±, advierte el otro bando. El adi¨®s parec¨ªa definitivo. Nadie en el partido contaba con la reconciliaci¨®n, pero tampoco nadie esperaba que ser¨ªan desalojados de La Moncloa por una moci¨®n de censura impulsada por alguien que ni siquiera era ya diputado.
La salida de Rajoy provoc¨® el estreno de primarias en el partido. Las dos familias del PP se enfrentaron en una campa?a en la que Mar¨ªa Dolores de Cospedal subray¨® que Aznar estaba detr¨¢s de la candidatura de Casado para tratar de restarle apoyos. La secretaria general qued¨® eliminada en la primera vuelta, y la batalla final se redujo a un duelo en el que la heredera de Rajoy, Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa, se enfrent¨® al heredero de Aznar, Casado, que gan¨® con el 57% de los votos. Fue ¨¦l quien decidi¨® que el expresidente d¨ªscolo y el PP merec¨ªan una segunda oportunidad.
La reconciliaci¨®n.¡°Es cierto que fue Rajoy quien le hizo vicesecretario, pero Casado era m¨¢s de Aznar y de Aguirre y ten¨ªa detr¨¢s al PP de Madrid¡±, explica un ex alto cargo marianista. El nuevo l¨ªder le recibi¨® nada m¨¢s ser nombrado para hablar de ¡°los desaf¨ªos de Espa?a¡±. Ahora la nueva direcci¨®n afirma que contar¨¢ con ¨¦l en las campa?as electorales y en la convenci¨®n de diciembre de la que saldr¨¢ la base del nuevo programa para los comicios.
¡°Rajoy no va a intervenir mucho. Y Casado debe medir la participaci¨®n de Aznar porque es un pol¨ªtico que moviliza a la izquierda, que est¨¢ encantada con esta vuelta. Dudo que muchos alcaldes o Juan Manuel Moreno [candidato a la presidencia andaluza] quieran que haga campa?a con ellos. Convocas un mitin con Aznar y tienes a gente en la puerta manifest¨¢ndose¡±, afirma un marianista. ¡°Su regreso ya supone, en imagen, un escoramiento a la derecha, pero en la convenci¨®n se ver¨¢ hasta d¨®nde se materializa en el programa. Para m¨ª ser¨ªa un error seguir esa l¨ªnea; las elecciones se ganan en el centro¡±, a?ade. ¡°La llegada de Casado es una bendici¨®n. Est¨¢bamos en ca¨ªda libre¡±, opina otro dirigente. ¡°Casado y Aznar defienden los principios del PP. Ellos no decepcionar¨¢n a nadie¡±.
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