La corrupci¨®n que nunca existi¨®
El empresario Del Rivero asombr¨® a los diputados al negar que las constructoras pagasen a los partidos
Son las nueve menos cuarto de la noche. Es mi¨¦rcoles. Un hombre de 68 a?os, murciano, de bigote encanecido y con cinco baip¨¢s, millonario y jubilado forzoso de la presidencia de Sacyr, una de las constructoras m¨¢s importantes del pa¨ªs, anda perdido por los pasillos del Congreso de los Diputados. Es Luis del Rivero. Va solo, sin los abogados y asesores que antes no le conced¨ªan ni sombra. Acaba de soportar un duro examen mucho m¨¢s que parlamentario que en otro tiempo ni imagin¨®. Los diputados de Bildu, Podemos, ERC y del PSOE le han masacrado a preguntas e increpaciones, sobre todo, por su comportamiento ¡°chulesco¡± y ¡°machista¡±. El objeto era la comisi¨®n de financiaci¨®n ilegal del PP y Rivero dispersa su responsabilidad menospreciando los ¡°apuntecitos de B¨¢rcenas¡±, insinuando teor¨ªas de la conspiraci¨®n y rechazando un sistema general de corrupci¨®n de las constructoras con los partidos, excepto en el caso de la Catalu?a del 3% que gobern¨® CiU.
Durante las horas que dur¨® su comparecencia, Rivero lo pas¨® mal, se confes¨® incluso ¡°exaltado¡± en alg¨²n momento y tuvo que admitir que el tono de sus r¨¦plicas a varias diputadas es de otra ¨¦poca. El presidente de la comisi¨®n, Pedro Quevedo, le rega?¨® varias veces. La pr¨¢ctica totalidad de los diputados que le interrogaron le reprocharon su estilo y displicencia. Solo el portavoz del PP, Carlos Rojas, que no pregunt¨® nada, intent¨® aprovechar el ruido y la bronca final para ventilar el caso hacia otros asuntos de corrupci¨®n de otros partidos ajenos a la trama G¨¹rtel. Pero el retrato de aquella ¨¦poca hab¨ªa quedado revelado por Luis de Rivero, todo menos un empresario cualquiera.
Durante su etapa en la presidencia de Sacyr Vallermoso entre 2004 y 2011, Rivero lleg¨® a acumular cientos de millones de patrimonio, figur¨® en la lista Forbes de los millonarios espa?oles, maniobr¨® con diversos gobiernos y partidos en todo tipo de operaciones e inversiones, algunas tan estrat¨¦gicas como la ampliaci¨®n del Canal de Panam¨¢ o la frustrada fusi¨®n de Repsol y la mexicana Pemex. Y se reuni¨® al menos 13 veces con Luis B¨¢rcenas, el exgerente y extesorero del PP condenado por el juicio de G¨¹rtel que sentenci¨® la caja b del PP.
Los diputados de ERC, Joan Tard¨¢, de Podemos, Carolina Bescansa, de Bildu, Oskar Matute, y de Ciudadanos, Toni Cant¨®, imaginaron que en esa comparecencia sonsacar¨ªan de Rivero las definitivas confesiones que no concedi¨® en el juicio. No sucedi¨®. Rivero ratific¨®, eso s¨ª, que lleg¨® a tener una cuenta con 100.000 euros en Suiza en el Coutts Bank, en 2006, que seg¨²n lo aportado por rogatorias de ese pa¨ªs fue donde recibi¨® la comisi¨®n del empresario zaragozano Amando Mayo, imputado en el caso G¨¹rtel. Pero lo hizo para mofarse de la cantidad y para explicar que incluso ahora el 5% de su multinacional patrimonio lo dispersa entre Estados Unidos, Francia y Alemania.
Rivero neg¨® que existiera ¡°dopaje sist¨¦mico¡± en aquella burbuja de la corrupci¨®n en Espa?a ¡°una cultura de los empresarios para comprar a los partidos, porque ni lo necesitaban los empresarios ni los partidos con la ley de financiaci¨®n que ten¨ªan¡±. Aludi¨® a ¡°la naturaleza humana¡± para individualizar ¡°los golfos¡± en ese mundo, como podr¨ªa haberlos entre los cardenales o en el circo. Rechaz¨® haber donado nada al PP, aunque en ese per¨ªodo recibi¨® 117 adjudicaciones de obras de administraciones gobernadas por ese partido que sumaron m¨¢s de 6.000 millones de euros.
Donde s¨ª quiso ser m¨¢s expl¨ªcito Rivero fue en las acusaciones a los gobiernos nacionalistas de CiU en la Generalitat, sobre todo en la ¨¦poca de Jordi Pujol. Rivero se dirigi¨® a Tard¨¢, de ERC, para se?alarle que la corrupci¨®n del 3% que denunci¨® en su d¨ªa el expresidente Pasqual Maragall le pillaba ¡°muy cerca¡±. Y fue ah¨ª cuando solt¨® su alegato de recomendaci¨®n para evitar todos estos esc¨¢ndalos: ¡°Lo que tienen que hacer es procurar que en sus partidos no haya gente que pida dinero¡±.
A Matute, de Bildu, le explic¨® que con aquella Generalitat su empresa, Sacyr, no trabajaba por culpa de lo que denomin¨® el ¡°m¨¦todo de Montecarlo de inducci¨®n cient¨ªfica¡±. Es decir: ¡°Ped¨ªan el 3%, aunque a m¨ª no me lo ped¨ªan, pero nos presentamos n veces a competir y no ganamos ninguna adjudicaci¨®n y cuando no estuvo CiU s¨ª trabajamos, incluso durante el tripartito, o sea que algo raro pasaba¡±.
Luis del Rivero pormenoriz¨®, con los apuntes de su agenda, las cuatro veces exactas que se entrevist¨® en esos a?os con Mariano Rajoy en la sede central del PP, y tambi¨¦n las que vio a Dolores de Cospedal o ?ngel Acebes, sus distintos n¨²meros dos en el partido, y las que se cit¨® con B¨¢rcenas: 13. Pero para enfatizar que lo mismo hac¨ªa con los dirigentes m¨¢ximos del PSOE: para anticiparles y tenerles al tanto de sus operaciones empresariales de Estado. Con B¨¢rcenas no. Al extesorero lo ve¨ªa en el caf¨¦ Orfila despu¨¦s de algunas comidas mensuales y futboleras que le gustaba celebrar con Francisco Villar, su anestesista particular y exsecretario de Estado para el Deporte, y con el futbolista Emilio Butrage?o, a las que B¨¢rcenas se pegaba para luego preguntarle por inversiones en bolsa, su aut¨¦ntica obsesi¨®n.
Cuando Rivero se sinti¨® m¨¢s inc¨®modo y fuera de lugar fue cuando se le escap¨® para referirse a Cospedal que era ¡°una abogada del Estado guap¨ªsima¡± o cuando defini¨® a Marta Silva, tambi¨¦n abogada del Estado del Gobierno de Rajoy y seis a?os secretaria general de Sacyr, como ¡°esa chica de val¨ªa excepcional¡±. Silva es hija del ex ministro franquista Federico Silva M¨²?oz y sobrina de ?lvaro Lapuerta, el extesorero tambi¨¦n imputado del PP. Bescansa e Isabel Rodr¨ªguez le reconvinieron ese lenguaje y resaltaron el empoderamiento de las mujeres con el respaldo del presidente ¡°a rastras¡± de una comisi¨®n imposible. Rivero se azor¨®.
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