Sin Rep¨²blica y sin Generalitat

Si hoy no es la intemerata, pues no se ve cu¨¢ndo. Si el d¨ªa del aniversario que plantaba ¡°la semilla constituyente¡± de la Rep¨²blica catalana ¨Ccomo dijo el siempre enf¨¢tico Quim Torra¡ªhay cortes de comunicaciones solo selectivos, solo aislados, solo simb¨®licos, es que el fruto est¨¢ muy verde.

Quiz¨¢ el sufl¨¦ no se desinfle mucho. Pero desde luego que no sube. No le ayudan acciones violentas como las del s¨¢bado, las palizas de los Comit¨¦s de Defensa de la Rep¨²blica (CDR) a manifestantes discrepantes. Esos excesos vac¨ªan las plazas (salvo en la inexcusable misa solemne de la Diada) de quienes antes las llenaban. Porque cre¨ªan en una estrategia pacifista, enarbolando im¨¢genes de Gandhi, Mandela y Luther King. Otras ¡°pantallas pasadas¡±. Y van¡­

El problema estriba en si el suave pero creciente aumento de las dosis de violencia (y en ocasiones de su salto de grado) es inherente al actual proc¨¦s-2, o prescindible. En si se repite el paradigma Arzallus o no. Dijo el excura vascongado a los batasunos, en 1994, que es intr¨ªnseco a la ¡°liberaci¨®n nacional¡± que ¡°unos arreen y otros discutan¡±, que ¡°unos sacudan el ¨¢rbol pero sin romperlo para que caigan las nueces y otros las recojan para repartirlas¡±.

El president conmina a ¡°atacar al Estado espa?ol¡± (el 17 de agosto). Apremia (hoy) a los CDR a presionar. Y valida sus excesos: ¡°hac¨¦is bien en presionar¡±. En vez de investigar a los ultraviolentos del s¨¢bado les promete hacerlo a los Mossos que cumplieron con su obligaci¨®n.

No solo les da consignas. Tambi¨¦n ejemplo y doctrina. Llama a la desobediencia (de los dem¨¢s: un ¡°proceso constituyente¡± que protagonizar¨¢ la sociedad civil indepe). Desprecia a otras instituciones constitucionales (se ceba en la Jefatura del Estado). Presume de que el 1 de octubre ¡ªun refer¨¦ndum carente de ninguna condici¨®n democr¨¢tica seg¨²n los baremos del Consejo de Europa¡ª dio un ¡°mandato claro a favor de la independencia¡±. Si el jefe ordena, encabeza e instruye as¨ª, ?a qu¨¦ escandalizarse porque los chavales sean los m¨¢s coherentes? Sacuden el ¨¢rbol (y a quien convenga). El orbe Waterloo ya recoger¨¢ las nueces y las trocar¨¢ en alimento para Austerlitz.

De ah¨ª la viscosidad interactuante entre las proclamas pacifistas y las complacencias con los violentos. Entre las procesiones secesionistas y los escasos actos ejecutivos autonomistas, no perseguibles por los jueces. Entre las homil¨ªas unilateralistas y las conductas bilaterales y hasta multilateralistas (negociaci¨®n con el Gobierno central, actuaci¨®n cuidadosa en el Congreso, asistencia a los consejos sectoriales Gobierno/autonom¨ªas).

Todo el mundo sabe, Torra incluido, que no hay Rep¨²blica en Catalu?a, ni aparecer¨¢ por ensalmo movilizador. Pero tampoco hay apenas Generalitat: el Govern se ocupa sobre todo de la agitaci¨®n, de visitar prisiones y viajar a Flandes. No de apoyar el magno encuentro de (1.500) empresarios en favor del Corredor Mediterr¨¢neo? el pasado jueves; el president no fue aunque ten¨ªa la agenda vac¨ªa. No de presentar su plan de gobierno al Parlament (lo hizo a la prensa el 25/9). No de comprar mantas para los ni?os inmigrantes que llegan sin compa?¨ªa adulta. Y no hay a¨²n certeza de que alcance un acuerdo consigo mismo para reabrir la C¨¢mara a fin de celebrar un pleno prometido como inminente.