Ciudadanos cambia el paso para distanciarse de la estrategia del PP
“Hemos hecho demasiados favores a los populares”, aseguran fuentes de la dirección del partido de Rivera
Todo tiene un límite, llevábamos demasiado tiempo haciéndole el favor al PP”. Así justifican en la dirección de Ciudadanos el cambio de paso en su colaboración con el PP en la Mesa del Parlamento, en lo que de facto era un bloqueo de iniciativas a base de prorrogar continuamente el trámite de enmiendas. El partido de Albert Rivera ha decidido terminar esa asistencia al PP y dejar de apoyarle en esa estrategia, lo que viene a quebrar una unidad de acción entre los dos partidos en el órgano de gobierno del Congreso, aunque no iba más allá de ese ámbito. El contexto es el de una competición electoral entre ambas formaciones por el espacio de centroderecha que tiene su primer asalto en las próximas elecciones andaluzas de diciembre.
En la cúpula de Ciudadanos aseguran que estaban cansados de quedar supeditados a la conveniencia del PP y han optado por priorizar su propia estrategia. Era al PP al que le interesaba mantener bloqueadas esta veintena de iniciativas y pedía apoyo a Ciudadanos. En el partido de Rivera consideran que es hora de que los populares se enfrenten al trabajo de tramitar esas iniciativas de golpe desde la oposición, porque “se habían acostumbrado a que las leyes se las hacían en los ministerios”. “No es una ruptura con el PP, pero ya no hacemos más favores, tienen 100 diputados más que nosotros”, explican fuentes parlamentarias.
Ciudadanos comunicó hace días al PP que dejaría de apoyar sus prórrogas, y los populares trataron de que lo reconsideraran. La portavoz parlamentaria, Dolors Montserrat, telefoneó al portavoz de Ciudadanos, Juan Carlos Girauta, para preguntarle si se trataba de una ruptura de relaciones. Girauta le contestó que no pero que seguían su propia dinámica. Los de Rivera restan importancia a su gesto y explican que en la decisión de dejar de bloquear estas iniciativas ha pesado también que entre ellas hubiese propuestas de Podemos “irrealizables”, por lo que interpretan que en el fondo hacían un favor al PSOE, porque los socialistas no se veían obligados a posicionarse.
El PP y Ciudadanos son enemigos íntimos: como adversarios electorales siguen diferentes estrategias, pero como partidos en la oposición se necesitan mutuamente para desgastar al Gobierno. Hasta ahora habían coincidido también en la petición de comparecencias conjuntas del presidente y de varios ministros, pero han discrepado en otros asuntos de calado como la eutanasia: Ciudadanos votó a favor de la tramitación de la ley mientras el PP se opuso.
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