Catalu?a mat¨® a Rajoy. ?Lo har¨¢ con S¨¢nchez?
La ola de derecha que ha tumbado a la presidenta andaluza tambi¨¦n puede echar a Pedro S¨¢nchez de La Moncloa
Mucho m¨¢s tarde que los pa¨ªses centrales, Espa?a se europeiz¨® de la peor manera posible. La ola de derecha xen¨®foba lleg¨® a Andaluc¨ªa y todo indica que entrar¨¢ en el Congreso por primera vez en democracia en cuanto haya elecciones generales. Ahora en La Moncloa vuelcan toda la presi¨®n sobre Ciudadanos para que no pacte con Vox y culpar¨¢n a Susana D¨ªaz para esquivar el primer golpe, pero saben que el giro completo de escenario no se resuelve con un par de movimientos t¨¢cticos.
La ola de derecha que ha tumbado a la presidenta andaluza tambi¨¦n puede echar a Pedro S¨¢nchez de La Moncloa. Los estrategas de S¨¢nchez lo saben. Buscaban una noche electoral en la que se hablara del hundimiento del PP, pero han encontrado el peor escenario posible: una derecha motivada y con ganas de mandarlos a casa, y una izquierda ap¨¢tica que se qued¨® en casa en buena medida. S¨¢nchez y su estratega principal, Iv¨¢n Redondo, saben que sin una movilizaci¨®n de la izquierda est¨¢n acabados. Y ahora se pondr¨¢n a trabajar en esa l¨ªnea usando el combustible que mejor funcion¨® en el pasado: el miedo a la derecha, ahora m¨¢s derecha que nunca.
Todos los caminos para explicar la situaci¨®n llevan a un mismo lugar: Catalu?a. La crisis pol¨ªtica provocada por el auge del independentismo ya acab¨® con Mariano Rajoy. El desastre catal¨¢n del PP est¨¢ en el origen de la crisis de este partido y explica en buena parte el ¨¦xito de Vox como reacci¨®n de la derecha cl¨¢sica espa?ola.
Sin Catalu?a tampoco se entiende por qu¨¦ Rajoy perdi¨® la moci¨®n de censura, apoyada por los exconvergentes que un d¨ªa fueron sus aliados y el PNV, aterrado ante un ascenso de Ciudadanos que en el Euskadi Buru Batzar, quintaesencia del pragmatismo, ya ve¨ªan venir hace tiempo. Pero la misma Catalu?a que acab¨® con Rajoy puede hacerlo con S¨¢nchez. En La Moncloa negaban que el acuerdo con los independentistas tuviera un coste pol¨ªtico real. Insist¨ªan en que los votantes socialistas est¨¢n hartos de este tema y quieren una soluci¨®n que solo puede venir de una estrategia de apaciguamiento como la que dirige el presidente. Pero el resultado andaluz tambi¨¦n cuestiona esta teor¨ªa. Y Andaluc¨ªa es casi el 18% del electorado de toda Espa?a.
S¨¢nchez estaba convencido de tener la posici¨®n m¨¢s c¨®moda: las encuestas le dec¨ªan que puede jugar a su izquierda con Podemos y a su derecha con Ciudadanos en funci¨®n de los n¨²meros, pero siempre ser¨ªa el eje central ante la ca¨ªda del PP. Pero ahora todo est¨¢ en el aire. ?Y si la derecha suma en toda Espa?a como lo ha hecho en Andaluc¨ªa? Por eso S¨¢nchez ahora se ver¨¢ obligado a hacer muchas jugadas a la vez. Necesita cuidar el centro y no mojarse demasiado con los independentistas. Y a la vez convencerles en privado de que tienen que ayudarle a consolidar las reformas progresistas si no quieren al PP, a Ciudadanos o incluso a Vox en La Moncloa. Y adem¨¢s motivar a la izquierda consolidando un acuerdo con Podemos que no ha tenido el tir¨®n esperado en Andaluc¨ªa pero a¨²n podr¨ªa tenerlo en las municipales y auton¨®micas, si S¨¢nchez no convoca antes o al mismo tiempo las generales.
El presidente vive una gran contradicci¨®n: necesita m¨¢s que nunca a los independentistas para aprobar medidas progresistas en el Congreso y tener un relato que contar a la izquierda cuando lleguen las elecciones. Pero a la vez tiene menos margen que nunca para hacer concesiones a ese independentismo. Ciudadanos tiene una decisi¨®n dif¨ªcil fruto de su ¨¦xito: pactar o no con Vox. Ahora jugar¨¢ una estrategia que en este partido sintetizan recordando la serie Borgen: intentar que las cosas lleguen a un punto en que los dem¨¢s se vean obligados a hacer presidente al l¨ªder del grupo m¨¢s peque?o pero clave para cualquier suma, esto es Ciudadanos. Todas las jugadas pasan por ellos en Andaluc¨ªa. Y hay posibilidades de que ser¨¢ as¨ª en el Congreso despu¨¦s de las generales. As¨ª que ellos tienen tiempo para jugar a Borgen.
El PP, que ha logrado evitar el peor escenario posible, ya est¨¢ decidido por completo a ahondar en el giro a la derecha para tratar de competir con Vox. Hace solo unos a?os Rajoy estaba completamente solo en el centro derecha y se regodeaba con la fractura de la izquierda. Ahora la derecha se ha roto en tres aunque la apat¨ªa de los votantes de izquierda le permite que incluso partida pueda formar mayor¨ªas. Todo est¨¢ abierto para 2019. Andaluc¨ªa marca un escenario nuevo en el que ning¨²n votante puede alegar ya desconocimiento cuando llegue la hora de la verdad. Todas las cartas se han puesto encima de manera descarnada. Los pol¨ªticos y los ciudadanos ya saben a qu¨¦ se enfrentan. Una ola de derecha cuyo ¨¦xito definitivo depende de la movilizaci¨®n o no de la izquierda. Ya nadie puede llamarse a enga?o con encuestas positivas. La realidad es esta. Y todos se van a mover para tratar de cambiarla o consolidarla.
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