¡°El Gobierno de Aznar me pidi¨® que asumiera su mentira sobre el 11-M¡±
El comisario y jefe de los Tedax (unidad de desactivaci¨®n de explosivos) cuenta c¨®mo se fragu¨® la mayor manipulaci¨®n informativa tras el peor atentado terrorista de Espa?a
El comisario principal Juan Jes¨²s S¨¢nchez Manzano, 65 a?os, llega en tren, puntual, a la cita en Atocha, uno de los principales escenarios de aquel 11 de marzo de 2004, cuando el yihadismo golpe¨® con mayor dureza en Espa?a, dejando un reguero de bombas y sangre en los trenes: 193 muertos y cerca de 2.000 heridos. Se jubil¨® el pasado mes de octubre y viene dispuesto a hablar sin tapujos y a desmontar la ¡°gran mentira¡± fraguada y cultivada por el Gobierno de Aznar tras el peor atentado terrorista de nuestra historia.
Pregunta. ?A qu¨¦ hora del 11 de marzo de 2004 estaba usted ya seguro de que se trataba de un atentado yihadista y que nada ten¨ªa que ver con ETA?
Respuesta. A las 15.00 del mismo d¨ªa 11. En ese momento se inspeccionaba la furgoneta Kangoo utilizada por los terroristas y se incautaron restos de Goma 2 Eco y unos detonadores. Adem¨¢s, se encontr¨® una cinta cassette que conten¨ªa c¨¢nticos del Cor¨¢n en ¨¢rabe. No obstante, antes ya surgieron indicios sobre la autor¨ªa yihadista, pues a primera hora de ese d¨ªa, cuando se encuentran las bolsas-bomba en la estaci¨®n de El Pozo y en la de Atocha, los Tedax (unidad de desactivaci¨®n de explosivos) ya comprobaron que la materia explosiva era blanca, no de color rojizo como la dinamita Titadyn, que era la que ETA usaba habitualmente. Tambi¨¦n ya observaron y nos informaron, en la misma estaci¨®n de Atocha, de que los efectos de las explosiones ten¨ªan que deberse a un explosivo m¨¢s potente y de mayor velocidad que la dinamita Titadyn.
P. ?Qu¨¦ hizo despu¨¦s de encontrar esos efectos en la furgoneta?
R. Comunic¨¢rselo al comisario general de Seguridad Ciudadana [Santiago Cuadro], que era mi superior inmediato. En el momento del hallazgo, estaba conmigo el comisario general de Informaci¨®n [Jes¨²s de la Morena], que observ¨® los mismos indicios que yo y formul¨® preguntas a los Tedax en relaci¨®n con los restos que hab¨ªan aparecido en la furgoneta. Los t¨¦cnicos le comunicaron que esos componentes y artefactos nada ten¨ªan que ver con lo que hab¨ªa utilizado ETA con anterioridad.
P. ?Lanzaron entonces ya la idea de que pod¨ªa tratarse de un atentado yihadista?
R. S¨ª, con esos indicios ya se empez¨® a pensar en los islamistas. Desde luego, lo que se descartaba con absoluta certeza era la autor¨ªa de ETA y as¨ª se comunic¨® a las 15.00 del 11 de marzo a las autoridades policiales.
P. ?C¨®mo se explica entonces que cinco horas m¨¢s tarde compareciera ?ngel Acebes, entonces ministro del Interior, y dijera que la principal hip¨®tesis era ETA aunque no se descartaban otras?
R. Eso es lo que comunica Acebes a la opini¨®n p¨²blica en la tarde, pero es que antes, a las 17.35, el Gobierno de Aznar ya hab¨ªa remitido a las embajadas y a los organismos internacionales un telegrama, firmado por la entonces ministra de Exteriores, Ana Palacio, en el que adjudicaba expl¨ªcitamente la autor¨ªa del atentado a ETA y se instaba a los embajadores a que mantuvieran esa teor¨ªa. No hab¨ªa necesidad de adelantar la autor¨ªa.
P. ?Por qu¨¦ cree que quiso el Gobierno lanzar ese mensaje hacia el exterior, contrario a las informaciones que se mandaban desde la polic¨ªa?
R. No lo s¨¦, no entro en valoraciones. A m¨ª me sorprendi¨® mucho, me lo dijo mi esposa a la 1.00 de la madrugada ya del d¨ªa 12, cuando regresaba a mi casa. Ella lo hab¨ªa escuchado en las noticias. Poco despu¨¦s, me llamaron los Tedax de servicio para decirme que hab¨ªan encontrado otra bolsa con una bomba en Puente de Vallecas. Ignoro qu¨¦ finalidad ten¨ªa ese comunicado internacional, que no se ajustaba a los datos sobre nuestros hallazgos y a nuestras hip¨®tesis.
P. ?C¨®mo y cu¨¢ndo cree usted que comienza la mentira?
R. Seg¨²n publicaron posteriormente los medios de comunicaci¨®n, fue en Moncloa. El 11 de marzo era jueves y el domingo hab¨ªa elecciones generales. Al parecer, uno de los asesores del presidente Aznar le dijo: ¡°Si ha sido ETA barremos, pero si son los yihadistas ganar¨¢ el PSOE¡±. A partir de que en Moncloa se hablara en esos t¨¦rminos, empiezan los comunicados adjudicando la autor¨ªa a ETA.
P. ?En cu¨¢ntas ocasiones, a lo largo de ese d¨ªa 11, recuerda haber hablado con sus superiores acerca de que no pod¨ªa ser ETA?
R. A partir de las 13.00, cuando llega el comisario general de Seguridad Ciudadana a la unidad de los Tedax, y habla con la inspectora qu¨ªmica del laboratorio y otros Tedax, le comunican que lo incautado hasta ese momento no apuntaba a ETA. Le dijeron que no se pod¨ªa determinar la clase de explosivo, solo que era dinamita, con m¨¢s velocidad de detonaci¨®n que la usada habitualmente por la banda terrorista, por los efectos de las explosiones en los trenes. Se ratific¨® m¨¢s tarde, cuando encontraron en la furgoneta detonadores y restos de dinamita Goma 2 ECO. En ese momento, a las 15.00 del mismo d¨ªa 11, yo se lo comuniqu¨¦ a mi comisario general de Seguridad Ciudadana y al comisario general de Informaci¨®n [Jes¨²s de la Morena], que se hab¨ªa desplazado hasta all¨ª. Delante de m¨ª, efectu¨® la llamada para informar al secretario de Estado, Ignacio Astarloa.
P. ?Qu¨¦ pens¨® cuando supo que se hab¨ªan enviado esos telegramas a embajadas y organismos internacionales?
R. Como me avisaron casi en ese momento, sobre la una de la madrugada, del hallazgo de una bolsa con un artefacto explosivo en la Comisaria del Puente de Vallecas, me tuve que trasladar inmediatamente a Vallecas. Por el camino iba pensando que alguien tendr¨ªa que justificar ese telegrama y las comparecencias del ministro del Interior, en las que atribu¨ªa la autor¨ªa de los atentados a ETA. Necesitar¨ªan un chivo expiatorio, y el m¨¢s propicio era yo, que era el jefe de los Tedax. As¨ª que, cuando llegu¨¦ a Puente de Vallecas, lo primero que hice fue ordenar al jefe de secci¨®n que encargara al jefe de grupo de informes la elaboraci¨®n de una memoria de todas las actuaciones y comunicados que emitiera la unidad: notas informativas y documentos, todo. As¨ª lo hicieron hasta el d¨ªa 23 de junio que se cerr¨® esa memoria de actuaciones, se registr¨® en el libro oficial y se envi¨® a la Comisar¨ªa General de Seguridad Ciudadana y al director general de la Polic¨ªa [Agust¨ªn D¨ªaz de Mera]. Ah¨ª consta todo lo que se hizo y lo que se comunic¨®. Esa memoria era nuestra salvaguarda.
P. Sin embargo, le pidieron explicaciones a usted.
R. D¨ªas antes de que arrancara la comisi¨®n de investigaci¨®n en el Congreso de los Diputados, a principios de julio, instancias superiores del Gobierno de Aznar me pidieron que asumiera que los Tedax hab¨ªan utilizado la palabra Titadyn como el explosivo usado en los atentados del 11-M, el que usaba habitualmente ETA. De esa manera el Gobierno podr¨ªa justificar su error. Nunca fue as¨ª.
P. ?Y qu¨¦ hizo usted?
R. A las instancias que me lo solicitaron les dije que no asumir¨ªa esa cuesti¨®n, porque no era verdad. Como m¨¢ximo responsable de la especialidad no iba a permitir que se manchara el prestigio que ten¨ªan los Tedax a nivel nacional e internacional. No pod¨ªa quedar para la Historia, con may¨²sculas, que hab¨ªan confundido al Gobierno de Espa?a. Me negu¨¦ rotundamente.
P. El d¨ªa 12 [viernes] ya hab¨ªa personas identificadas, se detuvo a gente ya ese mismo s¨¢bado, mientras aumentaban las cifras de muertos [fueron 193 en total] y de heridos ?C¨®mo pod¨ªa el Gobierno mantener la mentira?
R. Pues no lo s¨¦. Pero desde que los Tedax consiguen desactivar la bomba de Puente de Vallecas, en la madrugada del d¨ªa 12 ¡ªun hecho de suma importancia¡ª, se obtiene la tarjeta del m¨®vil utilizado como sistema de activaci¨®n de la bomba. Esa tarjeta llev¨® a los servicios de investigaci¨®n directamente a Lavapi¨¦s. Por otro lado, los detonadores y el explosivo hallados en la furgoneta nos llevaron a una mina de Asturias, lo que permiti¨® establecer las conexiones entre los autores del atentado. Pero es que, adem¨¢s, cualquiera que haya trabajado el terrorismo de ETA sabe que una organizaci¨®n aut¨®ctona, que necesita el apoyo social para subsistir, no puede cometer un atentado con v¨ªctimas indiscriminadas, porque inmediatamente ser¨ªa aniquilada por la colaboraci¨®n de la propia gente de su organizaci¨®n.
P. ?Qui¨¦n dir¨ªa que aliment¨® la mentira?
R. Lo ignoro. Si bien es cierto que a medida que se acercaba la comisi¨®n de investigaci¨®n parlamentaria, algunos periodistas, como Pedro J. Ram¨ªrez, Casimiro Garc¨ªa-Abadillo, o Jim¨¦nez Losantos, comenzaron a difundir teor¨ªas para tratar de mantener la relaci¨®n de los atentados con ETA. Fueron creando lo que luego se llam¨® las ¡°teor¨ªas de la conspiraci¨®n¡±. Llegaron a decir cosas tan delirantes como que la mochila que conten¨ªa la bomba hallada en Puente de Vallecas la ten¨ªa yo en la cocina de mi casa. El objetivo era hacer creer que la polic¨ªa estaba detr¨¢s de una conspiraci¨®n contra el Gobierno de Aznar. Una estramb¨®tica idea que mantuvieron durante 10 a?os y que estaba centrada en la actuaci¨®n de los Tedax, de otras unidades policiales y tambi¨¦n de la Fiscal¨ªa y la judicatura.
P. ?De d¨®nde sali¨® entonces la palabra Tidadyn?
R. Lo desconozco. Lo que s¨ª trascendi¨®, tanto en la comisi¨®n como en la vista oral del juicio, es la controversia surgida entre el entonces subdirector adjunto operativo [Pedro D¨ªaz-Pintado] y el comisario general de Seguridad Ciudadana [Santiago Cuadro]: uno se lo imputaba al otro y el otro lo negaba; as¨ª que nunca qued¨® claro de qui¨¦n parti¨® la palabra Titadyn. Lo que qued¨® claro es que de los Tedax no sali¨®, porque desde primera hora de la ma?ana estaban seguros de que el Titadyn no pod¨ªa producir los efectos observados en los trenes de cercan¨ªas. El exjuez Garz¨®n tambi¨¦n utiliz¨® el t¨¦rmino Titadyn en la comisi¨®n parlamentaria. Asegur¨® que un Tedax le hab¨ªa informado de que el explosivo utilizado hab¨ªa sido Titadyn. El mismo d¨ªa que lo dijo en la comisi¨®n, orden¨¦ una investigaci¨®n interna; ese documento est¨¢ registrado en el libro oficial de la unidad Tedax, adjuntado en el libro Las bombas del 11-M. En esta investigaci¨®n se determin¨® que no era cierto. Cuando la comisi¨®n le cit¨® para que se ratificara en sus declaraciones, el exjuez dijo que no lo recordaba.
P. ?Qu¨¦ fall¨® en Legan¨¦s?
R. Bueno, antes de Legan¨¦s, el 2 de abril se evit¨® un atentado en las v¨ªas de AVE, en Mocej¨®n, con 10 kilos de explosivo Goma 2 Eco colocados estrat¨¦gicamente bajo un puente, y que pod¨ªa haber matado a cientos de personas. Esto siempre se olvida.
P. Los terroristas segu¨ªan teniendo capacidad operativa.
R. Como he dicho antes, se pudo evitar el atentado en el AVE. Nosotros hicimos el c¨¢lculo de cu¨¢nto explosivo les pod¨ªa quedar y se concluy¨® que una cantidad considerable, teniendo en cuenta la capacidad del coche que utilizaron para trasladar el explosivo de Asturias hasta Madrid.
P. El que usaron para inmolarse en Legan¨¦s.
R. No se inmolaron, es un t¨¦rmino incorrecto. Lo de Legan¨¦s fue un atentado kamikaze contra la polic¨ªa. Los terroristas esperaron para activar la explosi¨®n, buscaron matar al mayor n¨²mero de polic¨ªas posibles.
P. ?Y qu¨¦ fall¨®? Muri¨® un GEO.
R. No fall¨® nada. Fue una operaci¨®n perfectamente planificada por los GEO (Grupo Especial de Operaciones), que era a quienes correspond¨ªa llevarla a cabo. Nosotros sab¨ªamos que ten¨ªan all¨ª una cantidad considerable de explosivo y que, seg¨²n lo que se deduc¨ªa de sus gritos en la casa, estaban movi¨¦ndolo hacia la puerta de entrada de la vivienda. Por eso la intervenci¨®n, que ten¨ªa mucho riesgo, se hizo de manera escalonada y con mucha distancia entre los miembros del GEO. Ya vencida la tarde de ese 3 de abril y despu¨¦s de muchas valoraciones previas, se decidi¨® actuar. Desgraciadamente, falleci¨® el subinspector Torronteras. Habl¨¦ con ¨¦l cuando sus compa?eros lo sacaban despu¨¦s de la explosi¨®n. Parec¨ªa que pod¨ªa sobrevivir a las lesiones sufridas: "No creo que haya problema", me dijo. No fue as¨ª.
P. ?Si tuviera a Acebes delante de usted ahora, que le dir¨ªa?
R. Le dir¨ªa que debi¨® ejercer las funciones de ministro del Gobierno de Espa?a con m¨¢s responsabilidad y que, como en otros atentados, no hab¨ªa ninguna prisa de comunicar la posible autor¨ªa del atentado. Que no ejerci¨® su responsabilidad adecuadamente. Que hay que saber mantener la independencia y la autonom¨ªa en algunos puestos respecto a otros poderes. Y, por supuesto, le mostrar¨ªa mi desagrado ante la falta de respeto hacia los t¨¦cnicos, que son los expertos.
P. ?Y a Zaplana?
R. Su comportamiento deja mucho que desear, sobre todo en relaci¨®n con las preguntas [300] que lleg¨® a formular en el Parlamento y que sirvieron para institucionalizar la teor¨ªa de la conspiraci¨®n, que hab¨ªan dise?ado y difundido Casimiro Garc¨ªa-Abadillo y Pedro J. Ram¨ªrez. Lleg¨® a decir que la mochila de Vallecas la ten¨ªa el jefe de los Tedax, es decir yo, en la cocina de su casa. Su comportamiento, como portavoz de la oposici¨®n, se merece calificativos duros que no procede pronunciarlos aqu¨ª. Pero el ciudadano puede valorar su calidad moral: en la mayor¨ªa de esas preguntas parlamentarias no se respetaba a las instituciones ni a las v¨ªctimas.
P. ?Dir¨ªa que el Gobierno fabric¨® en el 11-M una de las mayores noticias falsas [fake news] de la historia de nuestro pa¨ªs?
R. S¨ª, esta es la gran mentira propagada por determinados periodistas y, adem¨¢s, hemos visto las consecuencias: crisparon a la sociedad, la dividieron, dividieron tambi¨¦n a las v¨ªctimas, las ofendieron porque no respetaron su dolor. Aquella campa?a, orquestada por algunos medios, llev¨® al PP a perder de nuevo las elecciones en el 2008. Previamente, en 2004, Rajoy hab¨ªa puesto a Acebes como secretario general del partido y a Zaplana como portavoz del Congreso, que era como poner a la zorra a cuidar las gallinas.
P. ?Y c¨®mo afectaron a su vida personal estas teor¨ªas de la conspiraci¨®n propagadas por algunos medios e institucionalizadas por algunos pol¨ªticos?
R. Al final tiene uno que crearse una coraza, aunque ten¨ªa la conciencia muy tranquila, porque sab¨ªa que los Tedax y yo hab¨ªamos hecho bien las cosas. Adem¨¢s, ten¨ªa la confianza de la gente que me conoce y mis compa?eros me arroparon. Fueron 10 a?os de difamaciones y mentiras, hasta 2014 estuvieron publicando cosas relativas a mi persona y que afectaron a mi familia, principalmente a mi esposa. Es un sufrimiento que trat¨¦ de no exteriorizar hacia mi mujer y mis hijos. Me hice la promesa de que a los 10 a?os publicar¨ªa todo, por eso escrib¨ª el libro Las bombas del 11-M, relato de los hechos en primera persona, cuyos beneficios est¨¢n donados a la Fundaci¨®n de Hu¨¦rfanos de la Polic¨ªa. Mi objetivo es que sea un libro did¨¢ctico, para escuelas, que nadie pueda cambiar la verdad de lo que ocurri¨®, la historia. Por eso incluye documentos oficiales.
P. ?Y profesionalmente le ha afectado?
R. S¨ª, afect¨® a mi carrera, porque una vez que alg¨²n medio de comunicaci¨®n cuestiona tus actuaciones, es dif¨ªcil que un superior decida asignarte puestos de mayor responsabilidad. Yo ascend¨ª a comisario muy joven, con 42 a?os, por lo que mi trayectoria podr¨ªa haber sido muy distinta de no haber sido jefe de los Tedax en los atentados del 11-M. No obstante, mi trabajo como comisario de M¨®stoles, donde he estado los ¨²ltimos 10 a?os, ha sido muy gratificante.
P. ?Cu¨¢l fue el momento m¨¢s duro en este proceso?
R. Cuando se publicaban noticias por esos periodistas que no respetaron el dolor de las v¨ªctimas y trataron de sembrar dudas sobre la actuaci¨®n policial, era como estar metiendo el dedo constantemente en la herida de las v¨ªctimas y sus familias. Algunas veces me llamaban desde alguna asociaci¨®n quej¨¢ndose de esas noticias y mostr¨¢ndome su apoyo; ellos se merec¨ªan la verdad, no esa tergiversaci¨®n interesada de los datos.
P. ?Qu¨¦ le dir¨ªa a una de esas v¨ªctimas hoy, 15 a?os despu¨¦s?
R. Lo que me gustar¨ªa que supiera es que se trabaj¨® con mucho esfuerzo y rigor. Ning¨²n Tedax dio un paso atr¨¢s y contribuyeron a resolver la situaci¨®n de forma ¨¢gil y eficaz. Lo lamentable fue que la polic¨ªa no pudiera evitar que el atentado se cometiera.
P. ?Si tuviera que extraer una lecci¨®n de lo vivido cu¨¢l ser¨ªa?
R. La resistencia. Al final, si resistes, ganas. Desde principios y valores s¨®lidos, se puede resistir cualquier situaci¨®n, m¨¢s a¨²n cuando no tienes duda de que las cosas se han hecho de la mejor manera posible.
P. ?Dir¨ªa que ha ganado la verdad?
R. Por supuesto. ?Claro que ha ganado la verdad!
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