Procesada una m¨¦dico militar por la muerte de un marinero por malaria

Alberto Morales Mora, de 29 a?os, falleci¨® el 14 de octubre de 2016 en Recife (Brasil) a causa de la malaria. Cuando el tripulante del Juan Sebasti¨¢n Elcano fue ingresado, los facultativos no pudieron hacer nada, pues la enfermedad estaba muy avanzada y sin tratamiento es mortal. El marinero la contrajo en una escala que el buque escuela de la Armada espa?ola hizo en Cabo Verde, pa¨ªs que la Organizaci¨®n Mundial de la Salud considera con riesgo de paludismo, entre el 21 y el 24 de septiembre de ese a?o. Antes de la escala, la dotaci¨®n fue informada de los riesgos sanitarios y se distribuyeron repelentes de mosquitos, aunque no f¨¢rmacos preventivos.

Una semana despu¨¦s de zarpar, lo que coincide con el tiempo de incubaci¨®n de la enfermedad, Morales empez¨® a sentirse mal (v¨®mitos, diarrea, fiebre y tiritonas) por lo que acudi¨® a la enfermer¨ªa del barco, donde se le prescribi¨® suero oral, creyendo que se trataba de una gastroenteritis. El 9 de octubre, el marinero regres¨® tres veces a la enfermer¨ªa, con 39,5¡ã de fiebre, pero la doctora, una alf¨¦rez reservista, insisti¨® en que padec¨ªa gastroenteritis aunque, por lo que tardaba en curarse, le a?adi¨® la calificaci¨®n de "cr¨®nica". La facultativa no le hizo el test r¨¢pido de la malaria ni tampoco le administr¨® Malarone, una medicina "generalmente eficaz" para curarla, aunque los llevaba a bordo.

"Ante la falta de suministro del f¨¢rmaco, se produjo la progresiva infestaci¨®n en malaria de los ¨®rganos del marinero", hasta acabar afectando al cerebro, se?ala el auto de la titular del Juzgado Togado Militar Territorial n¨²mero 12, la comandante Moncada, que ha investigado el caso.

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A la ma?ana siguiente, el marinero acudi¨® de nuevo a la enfermer¨ªa, donde le recetaron "dieta astringente" e interpretaron como un signo de mejor¨ªa la remisi¨®n de la fiebre. Por la tarde, alarmados porque Morales no les respond¨ªa, sus compa?eros acudieron a buscar a la doctora que, tras examinarlo, se march¨® dici¨¦ndoles que le dejaran descansar. Tres horas despu¨¦s, volvieron a pedir ayuda a un superior, "pues no confiaban en que la facultativa les atendiera", seg¨²n el auto, y lo subieron a la enfermer¨ªa, donde se procedi¨® a su intubaci¨®n.

El personal m¨¦dico del buque consult¨® por videoconferencia con el hospital militar G¨®mez Ulla, en Madrid, pero nadie pregunt¨® y tampoco se inform¨® de que el buque hab¨ªa hecho escala en un pa¨ªs afectado por paludismo, por lo que se le trat¨® como si sufriera una reacci¨®n a la vacuna trif¨¢sica.

Ante el agravamiento del marinero, el comandante orden¨® poner rumbo al puerto m¨¢s cercano, Recife, donde fue desembarcado en estado de coma. Tres d¨ªas despu¨¦s falleci¨® con un ¡°grado de infestaci¨®n brutal de malaria¡±, a?ade el auto.

En base a la propia declaraci¨®n de la doctora, la juez se?ala que si "no se pudo hacer nada" fue "por la tardanza del diagn¨®stico" y que la enfermedad era, "adem¨¢s de previsible, evitable". En consecuencia, ha procesado a la alf¨¦rez m¨¦dico P. L. por negligencia profesional y le ha impuesto 140.000 euros de fianza, adem¨¢s de la obligaci¨®n de comparecer peri¨®dicamente en el juzgado. Considera que la doctora "infringi¨® el deber objetivo de cuidado al no tomar las medidas de prevenci¨®n y vigilancia adecuadas" para evitar que la enfermedad le causase la muerte.