Terapia para olvidar a tu ¡®ex¡¯
Ciudadanos corre el riesgo de convertirse en el verdadero partido de los indignados: indignados porque les quitaron la silla
Hace unos meses, preparando un art¨ªculo sobre la renovaci¨®n de candidatos del PP en Madrid, apunt¨¦ de varias personas una frase que me insistieron dejara reflejada en la pieza: el exquisito encaje con que ?ngel Garrido, presidente interino de la Comunidad, hab¨ªa asumido que no ser¨ªa el candidato pese a su ambici¨®n de serlo. ¡°Lo acept¨® con much¨ªsima elegancia¡±, contaban.?
La elegancia en pol¨ªtica no se entiende salvo como pre¨¢mbulo de la traici¨®n. En general, aceptar con much¨ªsima elegancia las malas noticias es algo despiadado. Prueba de ello es el momento en que Ciudadanos hace p¨²blico el fichaje de ?ngel Garrido: a cuatro d¨ªas de las elecciones generales y dos horas despu¨¦s de que la candidata a la Comunidad, el puesto que ansiaba Garrido en el PP, dijese en un desayuno con Vanity Fair que Madrid ya no es lo que era porque no se encuentra ni un atasco. Como echar de menos aquellos momentos en el bar en el que un se?or te estampaba el humo del pitillo en la cara de tal forma que te dejaba marca. Bien: hay gente que le encuentra belleza a la cosa m¨¢s inesperada. Defensor de los atascos en la M-30, con el caf¨¦, la m¨²sica y la relajaci¨®n total durante su media hora libre como padre de familia, era David Gistau, pero en lo suyo hab¨ªa un placer casi de flaneur en autom¨®vil, no el fetichismo de ¡°qu¨¦ orgullo de ciudad¡±.
Garrido ha elegido, de todas las traiciones, la que peor le deja a ¨¦l, que atacaba sin piedad a Ciudadanos y defend¨ªa hace unos d¨ªas a Casado como el mejor presidente del Gobierno posible (si lo sigue defendiendo, entonces mis respetos) y peor deja a C's, su nuevo partido, que anda con los aparejos de la pesca de arrastre por las puertas de las sedes corriendo el riesgo de ser el verdadero partido de los indignados: indignados porque les quitaron la silla. Como si la salvamizaci¨®n de Albert Rivera expuesta en los debates tuviera un recorrido estrat¨¦gico cuyas disposiciones ampliadas recogiesen tambi¨¦n la posibilidad de establecer alianzas insospechadas con quien antes te pon¨ªa a caer de un burro. Como Gustavo Gonz¨¢lez y Mar¨ªa Lapiedra, nunca sabes qu¨¦ te vas a encontrar en el plat¨®.
Puede presumir Ciudadanos, eso s¨ª, de tener ya un expresidente de la Comunidad de Madrid, salt¨¢ndose el desgaste del gobierno. Como los ex suelen ser una buena cantera de resentimiento, quiz¨¢ C's consiga con el tiempo formar listas con tantos que parezca que, bajo su mando, en el imperio nunca se pon¨ªa el sol, como esos partidos de f¨²tbol de Amigos de Zidane contra Amigos de Ronaldo.
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