El verdadero poder de la ultraderecha
La llegada de la extrema derecha al Parlamento ha coincidido en otros pa¨ªses europeos con un cambio en los temas de discusi¨®n
La llegada de partidos ultraderechistas al parlamento se ha convertido en una rutina democr¨¢tica en Europa, a la que Espa?a se sum¨® en las elecciones del domingo pasado con la entrada de Vox en el Congreso con 24 diputados y 2,6 millones de votos (10,26% de los sufragios). La experiencia en la UE demuestra que el poder de estas formaciones no viene tanto de su influencia legislativa o gubernamental, porque en muchos pa¨ªses se aplican cordones sanitarios a los ultras, sino de su capacidad para marcar la agenda pol¨ªtica. Se trata de un fen¨®meno que ocurre incluso en Francia, donde, a causa del sistema de elecciones a dos vueltas, su presencia institucional es muy inferior a las cifras cercanas al 20% que alcanza desde hace d¨¦cadas el Frente Nacional, ahora Agrupaci¨®n Nacional, elecci¨®n tras elecci¨®n.
El partido de Santiago Abascal ya demostr¨® ampliamente esa capacidad durante la campa?a, de hecho, desde que alcanz¨® la cifra de 12 diputados en las elecciones andaluzas del pasado diciembre, un resultado que represent¨® el regreso de la ultraderecha a las instituciones democr¨¢ticas espa?olas desde el principio de la Transici¨®n, cuando Fuerza Nueva, el partido neofranquista de Blas Pi?ar, logr¨® un esca?o en 1979 dentro de la coalici¨®n Uni¨®n Nacional, en la que tambi¨¦n estaba Falange. Lo perdi¨® en 1982.
"Con 24 esca?os, es dif¨ªcil que Vox logre aprobar muchas leyes, pero su impacto no deber¨ªa ser subestimado", explica Julia Ebner, investigadora del Institute for Strategic Dialogue de Londres, que ha seguido a la ultraderecha en campa?as electorales en Alemania, Italia, Suecia y ahora en Espa?a, as¨ª como en las pr¨®ximas elecciones europeas del 26 de mayo. "La ultraderecha puede bloquear el progreso en muchas ¨¢reas, que no se limitan solo a la inmigraci¨®n o a todos los asuntos relacionados con la integraci¨®n de los inmigrantes, sino tambi¨¦n el cambio clim¨¢tico o los derechos humanos. Nuestros an¨¢lisis muestran que la ultraderecha no se centra tanto en sacar adelante pol¨ªticas propias, sino en bloquear o boicotear las pol¨ªticas de otros".
Fue la ultraderecha la que ha puesto la inmigraci¨®n en el centro del debate pol¨ªtico en muchos pa¨ªses de la UE, incluso en Alemania, un pa¨ªs que necesita trabajadores extranjeros para sostener su econom¨ªa (el Gobierno impuls¨® en diciembre una ley para que trabajadores de fuera de la UE cubran 1,2 millones de empleos vacantes) o que acogi¨®, sin problemas serios, a 1,3 millones de refugiados durante la gran crisis de 2015. Se record¨® muchas veces la subida en las legislativas de 2017 del partido ultra Alternativa para Alemania (AfD), que logr¨® un 13,7% y se convirti¨® en la tercera fuerza, pero no tantas que decenas de miles de alemanes se presentaron voluntarios para ayudar a los refugiados, tantos que los Ayuntamientos no pod¨ªan gestionar tanta solidaridad.
"Si observamos lo que viene sucediendo en Europa en las ¨²ltimas d¨¦cadas, es evidente que la entrada de la derecha radical en los parlamentos ha radicalizado las posiciones de otros partidos en cuestiones como la inmigraci¨®n", explica Luis Cornago, analista de riesgo pol¨ªtico en la consultora Teneo. "En general los partidos que m¨¢s se mueven hacia la derecha son los partidos tradicionales de centroderecha, pero tambi¨¦n hay casos, como Dinamarca, donde los socialdem¨®cratas tambi¨¦n se han girado hacia la derecha en materia migratoria. Adem¨¢s de contribuir a la normalizaci¨®n y la legitimaci¨®n de su discurso, no est¨¢ claro que esta estrategia les est¨¦ sirviendo para frenar la fuga de votantes. Por ejemplo, en las ¨²ltimas elecciones en Baviera la conservadora CSU perdi¨® un n¨²mero mayor de votos hacia los verdes (190.000) que hacia la ultraderecha (160.000), quiz¨¢s porque sus votantes m¨¢s centristas se vieron desencantados por el viraje a la derecha".
Debates falsos
Adem¨¢s de copar la agenda, la otra gran habilidad de la ultraderecha europea es introducir en el debate p¨²blico problemas falsos, basados en datos manipulados. Gracias a Vox se debati¨® en la campa?a electoral espa?ola sobre la necesidad de legalizar las armas como forma de defensa personal en uno de los pa¨ªses m¨¢s seguros del mundo, con 0,7 asesinatos por cada 100.000 habitantes cuando la media mundial asciende a 5,3 y en Suecia, por ejemplo, est¨¢ en 1,1, mientras que en Brasil asciende hasta los 26,7, seg¨²n datos del Banco Mundial.
Se discuti¨® tambi¨¦n durante la campa?a como si el feminismo fuese un problema, esto es, como si lo que hay que poner en cuesti¨®n no es que las mujeres no tengan iguales derechos que los hombres, sino la misma lucha de las mujeres por lograr la igualdad. Lo mismo ocurri¨® con la violencia de g¨¦nero, donde el objetivo de Vox se centr¨® en los refuerzos legislativos para combatirla, no en la violencia en s¨ª. Emmanuel Carr¨¨re, uno de los escritores que ha reflexionado con mayor profundidad sobre las difusas fronteras entre lo verdadero y lo falso, se?ala en un ensayo que "el comunismo no aboli¨® la propiedad privada, sino que aboli¨® sobre todo la realidad". Se trata de una frase que se podr¨ªa aplicar a la mayor¨ªa de los partidos ultras de la UE.
Una triple influencia
El soci¨®logo Gilles Ivaldi, investigador en el CNRS franc¨¦s, actualmente miembro de la Unidad de Investigaci¨®n de las Migraciones y la Sociedad (URMIS) en la Universidad de Niza, resume as¨ª los tres niveles en los que la ultraderecha influye en la vida pol¨ªtica de un pa¨ªs, incluso fuera del parlamento como lo demuestra el caso franc¨¦s: "Influyen en la agenda pol¨ªtica y politizan cuestiones que no era tratadas por los partidos tradicionales, como ocurri¨® con la inmigraci¨®n en Francia desde los ochenta, cuando irrumpi¨® el Frente Nacional. En segunda lugar, la ultraderecha ha revolucionado los modelos tradicionales de coaliciones gubernamentales al imponerse a las derechas conservadores, como ha ocurrido en Italia y en 2017 en Austria. Finalmente, y es el m¨¢s importante, estos partidos influyen indirectamente en las posiciones y las pol¨ªticas de los partidos dominantes, sobre todo en cuestiones como la inmigraci¨®n. Es el efecto contagio sobre los partidos conservadores que ha sido identificado en muchos pa¨ªses europeos como Francia, Holanda o Austria. Incluso siendo marginal, la extrema derecha puede ejercer una influencia significativa".
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