Las defensas entran en ruta de colisi¨®n
El lunes, el abogado Javier Melero le hizo un roto a la estrategia de Jordi Pina, quien al d¨ªa siguiente se lo devuelve
El testigo n¨²mero uno de la jornada se llama Joan Porras, pero en Catalu?a es m¨¢s conocido por su apodo, Joan BonaNit. Durante meses acudi¨® cada noche a la puerta de la c¨¢rcel de Lledoners armado de un meg¨¢fono para desear un feliz descanso a los l¨ªderes independentistas que se encontraban all¨ª presos:
¡ªBona nit, Oriol, bona nit, Jordi¡ ¡ªiba gritando el joven independentista hasta que, una vez recitada la alineaci¨®n, guardaba el artefacto y regresaba a casa.
La imparcialidad, o al menos la apariencia, solo es exigible a los jueces, pero tal vez no estar¨ªa de m¨¢s que los testigos, o al menos algunos de ellos, acudieran a declarar sin saberse de antemano de qu¨¦ pie cojean ¡ªy esto vale tanto para los de las acusaciones como para los de la defensa¡ª. Tirando por lo bajo, el 90% de los 17 testigos que han declarado este martes, llamados todos por el abogado Jordi Pina, defensor de Jordi S¨¤nchez, Josep Rull y Jordi Turull, portaba alg¨²n tipo de abalorio independentista, entraba o sal¨ªa de la sala saludando a los acusados y, cuando el juez Marchena le preguntaba si conoc¨ªa a algunos de ellos, casi todos dec¨ªan que s¨ª, que ten¨ªan amistad con este o con aquel.
¡ª?Jura o promete decir la verdad?
¡ªLo prometo, y ojal¨¢ la verdad los haga libres ¡ªresponde uno, arriesg¨¢ndose a un ga?af¨®n de Marchena, que a estas alturas de la tarde no est¨¢ para que lo toreen.
El caso es que este martes todos los testigos son ciudadanos que acudieron a votar el 1 de octubre conscientes de que el refer¨¦ndum hab¨ªa sido declarado ilegal. A falta de los detalles, ya es previsible cu¨¢l va a ser su declaraci¨®n. Se trata de una esas etapas llanas del juicio en las que parece que todo est¨¢ escrito. Pero precisamente esas, como los mansos, son las m¨¢s peligrosas.
Bien lo sabe el propio Pina, que el lunes estaba contemplando tranquilamente c¨®mo uno de sus compa?eros de estrado, Javier Melero, interrogaba al inspector de los Mossos 5422 sobre su actuaci¨®n el 20 de octubre cuando el guion se torci¨® y el susodicho agente le hac¨ªa un roto considerable a uno de sus clientes, Jordi S¨¤nchez, destrozando en cuesti¨®n de minutos su tan cultivada imagen de santo var¨®n.
¡ªPara ser sinceros, la actitud del se?or Jordi S¨¤nchez fue altiva, fue prepotente y fue complicada para m¨ª. Fue muy complicada. Porque lo que me exigi¨® es que retirara a la Brigada M¨®vil. Me dijo que esto que est¨¢s haciendo no es lo que hemos acordado, largaos de aqu¨ª.
Estaba escrito que, antes o despu¨¦s, ten¨ªa que pasar. Que las respectivas estrategias de los abogados defensores acabar¨ªan entrando en ruta de colisi¨®n. Y si lo del lunes fue un aviso ¡ªMelero le hizo un siete a Pina¡ª, lo del martes se convierte en la confirmaci¨®n. El objetivo de Pina para este martes era demostrar ante el tribunal que los polic¨ªas y los guardias civiles que cerraron los colegios el 1 de octubre lo hicieron a lo bruto, sin siquiera avisar de que iban a intervenir, llev¨¢ndose por delante a quien se les cruzara, ya fuera un alcalde, un anciano o una joven con muletas. Y todo eso lo hace Pina en sus sucesivos interrogatorios, breves, bien planteados, a 10 minutos por cabeza, sin agotar la paciencia del tribunal, sabedor de que ¨¦l mismo hab¨ªa escogido los testigos cuidadosamente ¡ªdesde Joan BonaNit hasta el ¨²ltimo¡ª para que todo estuviera atado y bien atado.
Pero no hay etapa llana sin sorpresa. Y la de este martes es que Pina va m¨¢s all¨¢ de lo previsible. Le plantea a sus testigos, a todos, sin excepci¨®n, un cuestionario extra?o, m¨¢s propio de los fiscales que de las defensas.
¡ª?Se dio cuenta usted si hab¨ªa mossos en la puerta de los colegios? ¡ªpregunta el abogado de S¨¤nchez.
¨CS¨ª, hab¨ªa una pareja fuera ¡ªresponde el profesor V¨ªctor Manuel Su?¨¦.
¨C?Y se dirigieron a ustedes?
¨CS¨ª, nos dijeron que ten¨ªan que desalojar. Pero les dijimos que no nos marchar¨ªamos. Nos dijeron que tendr¨ªan que levantar un acta y se fueron.
¨C?Hubo alg¨²n tipo de violencia?
¨CNinguna.
Las mismas preguntas a sus 17 testigos. Las mismas respuestas. Pero para demostrar que la gente fue pac¨ªfica, que en los lugares donde no llegaron los antidisturbios Catalu?a fue una fiesta ¡ª"hicimos una paella en medio de la calle", dice tan contenta una se?ora¡ª, al abogado de S¨¤nchez no le duelen prendas en dejar claro que aquel 1 de octubre los mossos no fueron m¨¢s que figuras contemplativas. Exactamente lo mismo que intent¨® demostrar la Fiscal¨ªa d¨ªas atr¨¢s llamando a declarar a un ej¨¦rcito de guardias y polic¨ªas. El resultado impacta de lleno en la l¨ªnea de flotaci¨®n de la defensa de Joaquim Forn, cuyo pecado original es haber declarado durante los d¨ªas previos al 1 de octubre que los Mossos d¡¯Esquadra garantizar¨ªan la celebraci¨®n del refer¨¦ndum. Aquellas palabras, que siguen pes¨¢ndole como una losa, son las que el abogado Javier Melero lucha por borrar jornada tras jornada, y que este martes vuelven a tomar vigencia cuando 17 testigos de la defensa aseguran que el famoso "binomio" siempre estuvo all¨ª, pero como si no estuviera.
¡ªIncluso les invitamos a tomar caf¨¦ ¡ªdice uno de los testigos para demostrar la sinton¨ªa entre agentes y votantes¡ª, pero nos dijeron que estaban all¨ª trabajando.
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