Adi¨®s a un pol¨ªtico de Estado
El exvicepresidente del Gobierno ha dejado su impronta en los grandes acontecimientos y consensos de las ¨²ltimas d¨¦cadas
Alfredo P¨¦rez Rubalcaba (Solares, Cantabria, 28 de julio de 1951) no ha podido superar el ictus que sufri¨® en la tarde del mi¨¦rcoles en su domicilio de Majadahonda (Madrid), donde siempre ha vivido. Ha fallecido en el Hospital Puerta de Hierro, muy cerca de su casa. Sus muchos amigos, compa?eros y adversarios, del mundo de la pol¨ªtica y de la universidad, quisieron creer que la fuerza, la voluntad y la determinaci¨®n de este socialista, moderado pero de convicciones firmes, le har¨ªan superar el derrame cerebral. Velocista en su juventud pero maratoniano durante su largu¨ªsima carrera pol¨ªtica, se le supon¨ªa imbatible; falleci¨® ayer, al filo de las tres y media de la tarde, a los 67 a?os.
Su biograf¨ªa est¨¢ repleta de acciones de la m¨¢xima trascendencia, pero que en m¨²ltiples casos se mantienen en el cap¨ªtulo de la discreci¨®n e incluso como informaci¨®n reservada. Tanto en la oposici¨®n como en los Gobiernos que encabezaron Felipe Gonz¨¢lez y Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero ¡ªy tambi¨¦n como secretario general del PSOE, cargo que ocup¨® casi 30 meses, entre 2012 y 2014¡ª particip¨® en decisiones clave de la pol¨ªtica espa?ola y fue un mu?idor de grandes consensos en asuntos troncales. El final de ETA, la cuesti¨®n territorial o la abdicaci¨®n de Juan Carlos I llevar¨¢n siempre el sello de los desvelos y del sentido de Estado de Rubalcaba. ¡°Ser el ministro del Interior que acaba con ETA, eso vale toda una vida¡±, dijo hace unos meses en una entrevista.
Tal era su fortaleza que se permit¨ªa dejar traslucir sus debilidades. As¨ª fue desde que en 1974 se afili¨® al PSOE y comenz¨® su andadura en la pol¨ªtica, su pasi¨®n con may¨²sculas. Hijo de Dolores Rubalcaba y Alfredo P¨¦rez Vega, piloto de Iberia, estudi¨® en el colegio del Pilar de Madrid, como la mayor parte de las ¨¦lites de su generaci¨®n. Doctor en Qu¨ªmicas, fue campe¨®n universitario de los 100 metros lisos con una plusmarca por debajo de los 11 segundos. Pero su carrera pol¨ªtica fue m¨¢s la de un corredor de fondo.
Sus comienzos en 1982 como cargo en el Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez marcaron su obsesi¨®n por la mejora del sistema educativo, hasta llegar a ser ministro de esa cartera entre 1992 y 1993. En ese ¨²ltimo a?o empieza una etapa de enorme dificultad para los socialistas: Gonz¨¢lez le nombra entonces ministro de la Presidencia, cargo que ocupa hasta 1996, cuando los socialistas pierden las generales tras casi 14 a?os en el Gobierno. Fue portavoz en las postrimer¨ªas del felipismo, entre crisis pol¨ªticas como la del terrorismo de Estado de los GAL ¡ªque ¨¦l siempre neg¨®¡ª y reiteradas acusaciones de corrupci¨®n. Desde finales de los noventa hasta que abandon¨® la primera l¨ªnea de la pol¨ªtica en 2014, Rubalcaba es diputado nacional y miembro de la ejecutiva de partido.
En la pugna por la secretar¨ªa general del PSOE en 2000 apoya a Jos¨¦ Bono, finalmente derrotado por Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. Y aun as¨ª, poco a poco el ganador empieza a contar con ¨¦l, hasta hacerse imprescindible para el nuevo l¨ªder. En esa ¨¦poca ejerce como l¨¢tigo contra los Gobiernos del PP: Rubalcaba pertenec¨ªa al equipo de Zapatero cuando se producen los atentados yihadistas del 11-M de 2004, tres d¨ªas antes de las elecciones. La jornada de reflexi¨®n, critica duramente al Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar por mantener que ETA era la autora del mayor atentado de la historia de Espa?a. ¡°Los espa?oles se merecen un Gobierno que no les mienta¡±, enfatiza Rubalcaba en aquel momento, una frase que los populares le reprocharon durante a?os. Jam¨¢s admiti¨® la acusaci¨®n de haber incitado entonces a los ciudadanos a concentrarse a las puertas de la sede del PP. En privado ironizaba: ¡°Mal estar¨ªa el PSOE si solo fuera capaz de movilizar a 300 personas¡±.
Ya con Zapatero como presidente, es nombrado portavoz socialista en el Congreso y en 2006 sustituye a Jos¨¦ Antonio Alonso en Interior. Tras la salida del Ejecutivo, en 2010, de Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega, Rubalcaba ser¨¢ vicepresidente y portavoz, pero sin dejar esa cartera. En Interior pilot¨® el final de ETA, conjugando la lucha policial con la voluntad de di¨¢logo sin hacer concesiones a la banda. Tras dos treguas fallidas y m¨²ltiples conversaciones con los terroristas ¡ªen las que nunca particip¨®, pero s¨ª impuls¨®¡ª, lleg¨® el cese definitivo?de ETA en 2011, tal vez la cumbre de su carrera pol¨ªtica.
Por aquel entonces ya es insustituible en la c¨²pula socialista: se le considera el autor intelectual de la reforma de la Constituci¨®n para limitar el d¨¦ficit, en la fase m¨¢s aguda de la Gran Recesi¨®n. Zapatero renuncia a presentarse a las generales de noviembre de 2011 y el comit¨¦ federal del PSOE nombra a Rubalcaba candidato. En plena crisis econ¨®mica, y tras las duras medidas adoptadas por los socialistas, la encomienda resulta muy dif¨ªcil y se traduce en 110 esca?os, entonces el peor resultado del partido. Pero ¨¦l est¨¢ dispuesto a seguir adelante y aspira a liderar el PSOE: lo consigue en febrero de 2012, frente a Carme Chac¨®n, por 22 votos.
Al frente de los socialistas, pidi¨® solemnemente al entonces presidente Mariano Rajoy que dimitiera por los casos de corrupci¨®n en el PP. Aun as¨ª, la relaci¨®n entre ambos fue de m¨¢ximo respeto, con m¨²ltiples conversaciones a solas en las que la situaci¨®n de Catalu?a era el asunto principal. El pol¨ªtico socialista se alarmaba por el auge del independentismo y el hecho de que el Estado no opusiera ni un relato ni un proyecto. Defend¨ªa una propuesta territorial que pasaba por la reforma de la Constituci¨®n y del Estatuto.
La abdicaci¨®n del Rey
No esper¨® a presentarse a unas segundas elecciones. En mayo de 2014, tras los p¨¦simos resultados en las europeas, renunci¨® a la secretar¨ªa general. Cundi¨® la extra?eza al no plasmarse la dimisi¨®n de inmediato: esper¨® hasta el 26 de junio, mes y medio despu¨¦s de anunciarlo. ?Por qu¨¦? Rubalcaba estaba en el secreto de que Juan Carlos I iba a abdicar y acept¨® esperar a que la sucesi¨®n del Rey se produjera sin sobresaltos. Y volvi¨® a la Universidad, pero mantuvo el contacto constante con barones del partido y miembros de su ejecutiva. No ocult¨® su apoyo a Susana D¨ªaz frente a Pedro S¨¢nchez. Pero, como ocurri¨® con Bono, el ganador de las primarias socialistas quiso tenerle cerca: S¨¢nchez le ofreci¨® aspirar a la alcald¨ªa de Madrid. ?l rechaz¨® la oferta.
La emotividad que ha despertado su muerte es la misma que ¨¦l mostr¨® numerosas veces al fallecer amigos y compa?eros. En los ¨²ltimos meses, no falt¨® al homenaje a dos periodistas fallecidos repentinamente: Gonzalo L¨®pez Alba y Montse Oliva. Siempre le atrajo el mundo de la prensa, al que pudo acercarse m¨¢s mientras fue miembro del Consejo Editorial de EL PA?S, entre septiembre de 2016 y julio de 2018.
Su esposa, Pilar Goya, era su referencia, como su amigo y casi hermano Jaime Lissavetzky. ¡°En Espa?a enterramos muy bien¡±, dijo con iron¨ªa tras su dimisi¨®n en 2014. Los cientos de personas con las que ha tratado en todos estos a?os le despiden ahora con dolor y admiraci¨®n. En ellos deja una huella personal no menor que la que ha dejado en la Espa?a democr¨¢tica. Se cuenta que en una reuni¨®n a puerta cerrada del PSOE, hace a?os, una frase del presidente extreme?o Guillermo Fern¨¢ndez-Vara fue recibida con una ovaci¨®n: ¡°Nos iremos todos, vendr¨¢n otros y nos sustituir¨¢n, pero quedar¨¢ Alfredo P¨¦rez Rubalcaba¡±.
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