Pactos a la carta
Ciudadanos, a diferencia de lo que ocurri¨® en las elecciones andaluzas, no desvela su pol¨ªtica de alianzas
Cuando se habla del pacto a la andaluza como si fuera un plato de buf¨¦, tipo huevos a la flamenca, se olvida que ese acuerdo a tres bandas entre el PP, Ciudadanos (Cs) y la extrema derecha de Vox fue posible porque compart¨ªan (y a¨²n lo hacen) un ingrediente com¨²n y principal: acabar con casi 37 a?os de gobiernos ininterrumpidos del PSOE y propiciar por primera vez la alternancia pol¨ªtica en el Gobierno de la Junta.
Esa es la percha de la que cuelgan los acuerdos firmados por el PP con Cs, con su mano izquierda, y con Vox, con su mano derecha. La coincidencia entre ambos documentos program¨¢ticos no son los guisantes ni el jam¨®n ni el chorizo del plato, sino los huevos mismos: la convergencia en temas econ¨®micos como la bajada de impuestos, la aportaci¨®n de m¨¢s recursos para la ense?anza concertada o la eliminaci¨®n de la subasta de medicamentos.
Cs, a diferencia de lo que ocurri¨® en las elecciones andaluzas, en las que arranc¨® la campa?a con la promesa de ¡°acabar con 40 a?os de pr¨¢ctica dictadura socialista¡± y el compromiso de no pactar en ning¨²n caso con el PSOE andaluz, al que hab¨ªa apoyado en la anterior legislatura, no ha desvelado ahora qu¨¦ pol¨ªtica de alianzas desplegar¨¢ tras los comicios en 12 autonom¨ªas y en m¨¢s de 8.000 municipios.
Por ejemplo, no dice si va a jugar a la regeneraci¨®n en la Comunidad de Madrid ¡ªcinco lustros de Gobiernos populares y varios casos abiertos por corrupci¨®n¡ª con las mismas reglas que aplic¨® en Andaluc¨ªa. Si girar¨¢ a la derecha o la izquierda, si aqu¨ª s¨ª y all¨ª no, si pactar¨¢ a la carta o si alimentar¨¢ al PP al que quiere superar en el c¨®mputo global de votos para alzarse con la medalla de principal partido de la oposici¨®n. Ya acarici¨® esta meta en las generales del 28 de abril, cuando el partido de Rivera qued¨® casi a menos de un punto del PP, una diferencia de nueve esca?os (57 frente a 66) y 219.423 votos. Por el contrario, est¨¢ por ver, aunque hay menos dudas, lo que har¨ªa el PP all¨ª donde Cs sea la primera fuerza de la derecha. Pero, si fuesen necesarios, ?tambi¨¦n reclamar¨ªan los naranjas los votos de Vox? Fuentes de Cs aseguran que en el comit¨¦ ejecutivo del partido no se ha dado ninguna directriz ni se ha hablado de qu¨¦ pasos seguir. El ¨²nico objetivo fijado es el de multiplicar el n¨²mero de concejales y diputados para aumentar su implantaci¨®n en el territorio, tocar poder institucional y condicionar los gobiernos locales ¡°desde la responsabilidad y para dar estabilidad¡±. Tambi¨¦n en las Diputaciones, unas instituciones que abogaba por suprimir en su programa electoral. ¡°El pacto a la andaluza no tiene por qu¨¦ ser exportable¡±, afirman en Cs, que aparcan cualquier decisi¨®n hasta ver colocadas todas las chinchetas de colores en el mapa de resultados. Admiten que las p¨¦simas relaciones de Albert Rivera y Pedro S¨¢nchez no ayudan ¡ªtampoco los discursos de campa?a: In¨¦s Arrimadas ped¨ªa este fin de semana en Sevilla que los Ayuntamientos y comunidades aut¨®nomas se conviertan en ¡°escudos naranjas¡± frente al sanchismo¡ª, pero apelan al pragmatismo. ¡°Lo que no cabe en la l¨®gica, cabe en la pol¨ªtica¡±, comparte un dirigente socialista, que admite no saber a lo que va a jugar Ciudadanos, aunque conf¨ªa en que despu¨¦s del 26-M ¡°se relaje¡±.
Pactos en Castilla y Le¨®n
Por el contrario, en el PP s¨ª creen que el modelo andaluz puede implantarse en Castilla y Le¨®n o en Murcia. La encuesta del CIS otorga la victoria a los socialistas en esas comunidades, pero los populares quieren cerrarles el paso con una reedici¨®n de tripartitos de derechas, aunque a esas alianzas les faltase el ingrediente principal del pacto a la andaluza: el del discurso de la renovaci¨®n y de la impugnaci¨®n del partido hegem¨®nico. 32 a?os lleva el PP gobernando en Castilla y Le¨®n, y 24, en Murcia, donde los sondeos detectan cansancio con los gobiernos populares, pulsi¨®n de cambio y tensi¨®n entre los candidatos regionales de ambos partidos de centro derecha.
Por el lado de la izquierda, no hay temor en la direcci¨®n federal del PSOE sobre la repetici¨®n de los pactos con Unidas Podemos como los que se lograron en la anterior legislatura auton¨®mica, que situaron a socialistas al frente de los Gobiernos de Extremadura, Castilla-La Mancha, Arag¨®n, Asturias y Baleares. Tampoco dudan del acuerdo en los Ayuntamientos. ¡°Ese es el no problema de la izquierda. No hay que pensar mucho. Existe una tradici¨®n de los pactos de izquierdas desde 1979. Si el alcalde de C¨¢diz (Podemos) o Ada Colau sacan un voto m¨¢s que los candidatos socialistas, los apoyaremos¡±, aseguran las fuentes consultadas.
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