Los sargentos a los que no entregar¨¢ su despacho el Rey
Dos soldados no pueden ascender a suboficial porque Educaci¨®n no reconoce el t¨ªtulo que les recomend¨® el Ej¨¦rcito
El pr¨®ximo 5 de julio, casi 500 militares del Ej¨¦rcito de Tierra se graduar¨¢n en la Academia General B¨¢sica de Suboficiales de Talarn (Lleida) y recibir¨¢n su despacho de sargentos en un acto presidido por el Rey. Pero no para todos ser¨¢ un d¨ªa de fiesta. Sergio Mart¨ªn Ruiz, barcelon¨¦s de 34 a?os, y V¨ªctor Calvo Evia, melillense de 32, se volver¨¢n con las manos vac¨ªas, a pesar de haber compartido con sus compa?eros tres a?os de estudio, maniobras y ex¨¢menes.
Los expedientes disciplinarios y acad¨¦micos de ambos est¨¢n inmaculados: no han sufrido un solo arresto y han aprobado todas las asignaturas. Pero han tropezado con un obst¨¢culo aparentemente insalvable: oficialmente, carecen de la titulaci¨®n requerida para iniciar la carrera de suboficial. Es decir, nunca debieron ser admitidos en el centro de ense?anza del Ministerio de Defensa en el que han cursado tres a?os de estudios.
La culpa no es suya. Como otros soldados rasos, Mart¨ªn, 14 a?os en filas, y Calvo, ocho de servicio, un artillero y un legionario curtidos en las misiones de Kosovo y Mali, respectivamente, buscaban la promoci¨®n profesional. En 2014, ingresaron en el Patronato Militar Virgen de la Paz de Ronda (M¨¢laga), una residencia del Ej¨¦rcito donde se prepara en r¨¦gimen de internado a los aspirantes a ingresar en la academia de Talarn. Pasaron all¨ª nueve meses pagando 450 euros mensuales.
Ambos ten¨ªan la prueba de acceso a la FP de Grado Superior, que les abr¨ªa la puerta para el 20% de las plazas de suboficial, pero la residencia de Ronda hab¨ªa admitido a demasiados aspirantes. ¡°Ahora sois caballos perdedores, pero yo os puedo convertir en vencedores¡±, les dijo el teniente coronel jefe de Estudios.
Los mandos de la residencia militar aconsejaban un centro paname?o
La ministra de Defensa recibi¨® en audiencia a los dos soldados en abril
La f¨®rmula ganadora consist¨ªa presentarse al 80% de las plazas reservadas para quienes tuvieran el t¨ªtulo de bachiller, del que Mart¨ªn y Calvo carec¨ªan. Un d¨ªa, despu¨¦s de comer, los mandos de la residencia militar convocaron a los alumnos a una charla a cargo de representantes del Instituto Internacional del Pac¨ªfico (Dharma College La Marina) de Panam¨¢. Les ofrecieron un curso online para sacar el bachillerato por solo 2.000 euros. Un general de brigada del Mando de Personal del Ej¨¦rcito y un teniente coronel jur¨ªdico fiscalizaron el curso y le dieron luz verde. Animados por sus superiores, muchos opositores se apuntaron y 11 lograron ingresar en la academina de suboficiales con el t¨ªtulo paname?o.
Ni Mart¨ªn ni Calvo lo hubieran necesitado, pues la nota que sacaron en los ex¨¢menes les habr¨ªa permitido acceder al cupo del 20%, pero ingresaron por la v¨ªa que requer¨ªa bachillerato. La sorpresa lleg¨® en mayo de 2016 cuando, ya iniciado el curso, les comunicaron que Educaci¨®n no homologaba sus estudios, algo indispensable al haberlos cursado en un centro extranjero, por lo que les dieron de baja como alumnos. ¡°Entonces comprendimos que hab¨ªamos sido v¨ªctimas de un enga?o¡±, rememora Mart¨ªn.
Acudieron a la justicia y la Audiencia Nacional, como medida cautelar, orden¨® que fueran readmitidos en la academia de suboficiales, lo que hicieron al a?o siguiente, con la 44? promoci¨®n, que el d¨ªa 5 recibir¨¢ sus despachos.
Se acerca el d¨ªa D y, tras negarles la raz¨®n la Audiencia Nacional, los militares recurrieron al Supremo, que a¨²n no se ha pronunciado. El pasado 11 de abril los recibi¨® la ministra de Defensa, Margarita Robles, a quien expusieron ¡°el calvario que han sufrido por haber confiado en sus superiores¡±.
No consta que se haya actuado contra los mandos que indujeron a los soldados a apuntarse a un instituto educativo extranjero. La Direcci¨®n de Asistencia al Personal del Ej¨¦rcito de Tierra se limit¨® a se?alar que hab¨ªa tomado ¡°las medidas correctivas oportunas para evitar que situaciones similares se puedan reproducir¡± y a asegurar que los jefes de la residencia militar no ten¨ªan ninguna vinculaci¨®n con dicho centro.
Uno de los soldados que ingres¨® en Talarn con el t¨ªtulo paname?o falleci¨® en accidente de tr¨¢fico y los dem¨¢s buscaron una alternativa o desistieron. Solo Mart¨ªn y Calvo siguen en la brecha, aunque a veces les pesa el des¨¢nimo. A su edad, no pueden volver a presentarse a las oposiciones para suboficial. Solo les queda seguir como soldados y reclamar una indemnizaci¨®n por los perjuicios que les ha causado el mal asesoramiento de los mandos. ¡°No queremos dinero sino cumplir nuestro sue?o de ser sargentos¡±, alegan.
Fuentes de Defensa aseguran que Robles les prometi¨® que podr¨ªan acabar el curso, pero no que podr¨ªan lucir sus ansiados galones de suboficial. Eso de momento sigue siendo un sue?o.?
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