Casarse ante la tumba de Franco
EL PA?S acompa?a a expertos internacionales en memoria al Valle de los Ca¨ªdos, donde este s¨¢bado se celebr¨® una boda
¡°Estoy anonadada. En mi pa¨ªs resultar¨ªa impensable ver a alguien rezando junto a una tumba de Hitler¡±, cuenta en el Valle de los Ca¨ªdos Astrid Schmetterling, una de los 1.500 expertos que han participado esta semana en Madrid en el mayor congreso mundial de memoria celebrado nunca. En su m¨®vil, muestra la fotograf¨ªa que le envi¨® una de sus compa?eras con el retrato de Franco que se encontr¨® en el Airbnb de la capital en el que se hospedaba. Schmetterling vuelve a la Universidad de Londres, donde da clases sobrecogida por lo que ha visto en Espa?a. Y no es la ¨²nica.
EL PA?S acompa?¨® este s¨¢bado a una treintena de especialistas alemanes, italianos, estadounidenses, canadienses, franceses, taiwaneses, argentinos, ucranios... al Valle de los Ca¨ªdos junto al antrop¨®logo del CSIC Francisco Ferr¨¢ndiz, miembro del comit¨¦ de expertos al que el Gobierno de Zapatero encarg¨® en 2011 un plan para resignificar el monumento. En total, han subido al mausoleo casi 400 expertos. El grupo llega al final de una misa y la visita, que se prolonga durante casi tres horas, concluye con una imagen que aumenta a¨²n m¨¢s su desconcierto: la llegada de una pareja de novios que ha decidido darse el s¨ª quiero junto a la tumba del dictador. ¡°?Eso es una boda?¡±, pregunta, ojipl¨¢tico, el estadounidense Mark Rhodes.
Dentro del mausoleo se cruzan con mucha gente, pero pocos son turistas. La argentina Susana Kaiser trabaja en un estudio sobre c¨®mo reaccionan los visitantes a la Escuela de Mec¨¢nica de la Armada (ESMA), centro de torturas en la dictadura y desde 2015 museo de memoria. ¡°Me sorprende c¨®mo la gente muestra tan abiertamente su fascismo en Espa?a¡±, opina. "Esto es un gran homenaje p¨²blico a Franco. Un santuario al dictador¡±.
¡°Estoy impactada¡±, confiesa la estadounidense Natalie Romeri-Lewis, especialista en procesos de memoria transicional y comisiones de la verdad. ¡°No s¨¦ si la gente que viene aqu¨ª lo hace porque no entiende lo que significa o lo entiende y a¨²n as¨ª decide traer a sus hijos a un lugar como este. Esto es un homenaje a Franco, hecho con materiales para perdurar en el tiempo, y me sorprende que haya guardias vigilando la tumba. No podemos hacer fotos, pero la gente s¨ª puede dejar flores ¡ªhay seis ramos sobre la l¨¢pida¡ª. De alguna forma, el dictador a¨²n tiene protecci¨®n, guardas a su servicio. Todav¨ªa estoy intentando entender por qu¨¦ pasa esto en Espa?a¡±.
Un taiwan¨¦s pregunta extra?ado: ¡°?Pero en Espa?a no hab¨ªa una ley de memoria?¡±. La gu¨ªa que les acompa?a explica que s¨ª, y que desde que existe la norma est¨¢n prohibidos los actos de exaltaci¨®n del franquismo en el complejo. ¡°?Esto no lo es? ?Poner flores en una tumba p¨²blica no es una forma de enaltecimiento?¡±, repregunta, insatisfecho. Su investigaci¨®n es sobre Camboya, ¨²nico pa¨ªs del mundo que supera a Espa?a en n¨²mero de desaparecidos.
¡°Me parece interesant¨ªsimo como investigadora, pero me siento inc¨®moda como persona en un lugar as¨ª¡±, explica la ucrania Valentyna Kharkhun. ¡°Me ha sorprendido much¨ªsimo la mezcla entre lo pol¨ªtico y lo religioso. Creo que deber¨ªa convertirse en un monumento explicado, para que el visitante pudiera hacerse preguntas, reflexionar¡±, a?ade. A Emma Khaladjzadeh, estudiante de relaciones internacionales en la Universidad de Lille, de 23 a?os, le ha sorprendido que en todo el complejo "no se dice nada sobre los republicanos que est¨¢n enterrados -sin consentimiento familiar- en el mausoleo ni que Franco fue un dictador".?
¡°Es fascinante e inquietante a la vez¡±, opina el californiano Jonathan Wiesen. "Una buena muestra de lo dif¨ªcil que le resulta a este pa¨ªs gestionar su pasado", a?ade. "Me siento enfermo. ?C¨®mo es posible que exista este lugar a tan pocos kil¨®metros de una capital moderna como Madrid?", se pregunta Rhodes.Su compatriota Kathryn Hannum sugiere que porque la Transici¨®n se hizo "de forma apresurada". Rhodes le contesta que Franco estuvo 40 a?os imponiendo su dictadura, pero que han pasado otros 40 desde que muri¨®.
La alemana Jana Hornberger confiesa que no entiende "c¨®mo encaja" la permanencia de un lugar como el Valle de los Ca¨ªdos con el proceso de memoria hist¨®rica. ?Espa?a quiere o no quiere reflexionar sobre esto?", pregunta. Ella no tiene claro que exhumar los restos de Franco sea "la soluci¨®n". "No ser¨ªa suficiente". La argentina Susana Kaiser considera que es el principio para "cambiar de significado" del monumento. Marla Stone, especialista en el fascismo italiano, plantea la paradoja de que "algo tan visible, tan grande, no fuerce a la gente a abordar el pasado y resolverlo".
Al salir, Romeri-Lewis comenta la respuesta de una se?ora cuando le pregunt¨® si ella tambi¨¦n se casar¨ªa all¨ª. ¡°Claro que s¨ª. ?Es una iglesia muy bonita!, me dijo¡±. Sus colegas no dan cr¨¦dito. Abandonan el Valle de los Ca¨ªdos cargados de preguntas. "?C¨®mo se ense?a la Guerra Civil espa?ola en los colegios?"; ?Por qu¨¦ dicen que es un monumento de reconciliaci¨®n?"; "?Por qu¨¦ hay una iglesia dentro?"; "?Qu¨¦ dice la Uni¨®n Europea sobre esto?...".
"Ning¨²n pol¨ªtico discute esto en Argentina"
El Gobierno de Pedro S¨¢nchez plante¨® la exhumaci¨®n de los restos de Franco -suspendida cautelarmente por el Tribunal Supremo- como un primer paso para cambiar de significado el monumento. El comit¨¦ de expertos nombrado por Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero en 2011 baraj¨® entre otras opciones la de ubicar all¨ª un museo de la memoria similar a los que han construido otros pa¨ªses con un pasado traum¨¢tico.Uno de los m¨¢s emblem¨¢ticos es el ubicado en la Escuela de Mec¨¢nica de la Armada (ESMA), antiguo centro de torturas de la dictadura argentina. Su directora, Alejandra Naftal, convers¨® con EL PA?S sobre el proceso hasta el levantamiento del museo y las diferencias con el caso espa?ol.
"Sin los perpetradores de cr¨ªmenes de lesa humanidad presos en c¨¢rceles comunes, los procesos de memoria y la existencia de los museos no ser¨ªa como es ahora", asegura. "En Argentina hubo un proceso imparable. El movimiento de derechos humanos, integrado por madres, padres, hijos... y distintos sectores de la sociedad nunca dej¨® de pedir verdad, memoria y justicia para las v¨ªctimas de la dictadura. La democracia llega en 1983, en 1984 se hace la comisi¨®n nacional de desaparici¨®n de personas, en 1985, el juicio a las juntas militares... Luego hay un periodo de impunidad, donde se hacen las leyes de obediencia debida y punto final [similares a una amnist¨ªa], y el Estado tapa todo, pero el movimiento de derechos humanos busca otras estrategias para continuar: ?No podemos hacerlo en Argentina?Acudimos a la justicia universal, a Baltasar Garz¨®n... Todo eso es lo que lleva a que puedan existir museos de memoria".
"Nuestro proceso es completamente diferente al de Espa?a", a?ade, "porque desde que se recuper¨® la democracia, en 1983, nunca se dej¨® de hablar del tema.? En Argentina esto es una pol¨ªtica de Estado, venga el que venga. Por ejemplo, a m¨ª me nombr¨® directora del museo el gobierno anterior. No soy de la l¨ªnea pol¨ªtica del gobierno actual, y sin embargo, me han confirmado en el puesto. Partidos pol¨ªticos que no coinciden en otras muchas cuestiones, s¨ª lo hacen en esto. Saben que no lo pueden parar¡±.
En Argentina hubo m¨¢s de 700 centros de tortura durante la dictadura. La ESMA fue uno de los mayores: por all¨ª pasaron 5.000 hombres y mujeres. "Se les desnudaba, se les daba una inyecci¨®n, se los sub¨ªa a aviones y eran arrojados vivos al mar. Hoy es una prueba judicial, la evidencia material de la maquinaria del terror. Y el museo sirve como un centro de homenaje, pero tambi¨¦n para molestar, para que la gente se pregunte c¨®mo fue posible que en el medio de la ciudad de Buenos Aires hubiese un lugar donde se torturaba y se mataba con recursos del Estado.? Tiene una funci¨®n educativa, concienciadora".
Preguntada por qu¨¦ futuro ve al Valle de los Ca¨ªdos, no considera tan importante exhumar los restos de Franco como "desacralizar" el lugar para cambiar su mensaje. "Hay muchas maneras de resignificar el monumento. Derribar es tapar. Soy mucho m¨¢s partidaria de dejar las huellas, pero explicadas. La apuesta museogr¨¢fica que hicimos en la ESMA se puede levantar y el edificio queda igual que como lo recibimos. Y lo hicimos as¨ª no solo porque es una prueba judicial, sino porque creemos que es importante dejar las marcas del pasado, explicadas. Creo que Espa?a terminar¨¢ encontrando su camino".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
M¨¢s informaci¨®n
Archivado En
- Exhumaci¨®n Franco
- ESMA
- Memoria hist¨®rica
- Valle de Cuelgamuros
- Familia dictador Franco
- Argentina
- Academia militar
- Historiograf¨ªa
- Franquismo
- Francisco Franco
- Instalaciones militares
- Fascismo
- Dictadura
- Ultraderecha
- Zona militar
- Historia contempor¨¢nea
- Ideolog¨ªas
- Sudam¨¦rica
- Latinoam¨¦rica
- Defensa
- Historia
- Am¨¦rica
- Pol¨ªtica